El descontento de los catalanes con la sanidad pública dispara las agresiones a enfermeras

El número de agresiones físicas y verbales contra el personal de enfermería en Cataluña se ha duplicado en el último año, según datos del Consejo General de Colegios Oficiales de Enfermería (CGE). Uno de los motivos principales de este incremento es, de acuerdo con sindicatos, el descontento de la población con la sanidad pública. Las listas de espera, la falta de recursos y otros fallos del sistema llevan a algunos exaltados a ejercer la violencia contra este colectivo. 

“Durante años nos han vendido que tenemos la mejor sanidad del mundo. La gente llega con unas expectativas muy altas que luego no se cumplen y lo pagan con los trabajadores, que no somos responsables de los males del sistema”, aseguran desde el Sindicato de Enfermería de Cataluña (SATSE). A todo ello le suman también la crispación y agresividad que ha desarrollado la población en general tras la pandemia y la impunidad de los agresores.

Cataluña, a la cola de España

En 2022 se constataron 18 agresiones a enfermeras en Cataluña, el doble que el año anterior. Aún así, fue la cuarta comunidad autónoma con menos casos registrados. En el conjunto de España se contabilizaron un total de 2.580 agresiones, un 60% más respecto al año 2021. Andalucía fue la comunidad que sufrió un mayor número (728), seguida de Castilla y León (317) y el País Vasco (315). 

No obstante, desde el propio CGE advierten de que estos datos no reflejan el total de las agresiones reales, pues existe una "infranotificación" de los incidentes violentos en los centros sanitarios que no se denuncian, "sobre todo cuando se trata de insultos o amenazas”. De ahí que la entidad insista en la necesidad de que las víctimas denuncien los hechos para dar visibilidad al problema.

Una enfermera agotada tras su jornada laboral SATSE

Piden la colaboración políticos, ciudadanos y enfermeras

Para poner fin a esta realidad, el Consejo General de Colegios Oficiales de Enfermería pide la colaboración de las formaciones políticas para buscar una solución. También hace un llamamiento a que la ciudadanía muestre más "comprensión y solidaridad" con los trabajadores y que intervengan o testifiquen si es preciso. A las enfermeras les anima a "no dejar pasar la más mínima vejación".

Las agresiones, sean verbales o físicas, pueden suponer mucha frustración y preocupación al trabajador, también le puede provocar una baja laboral y afectar a nivel profesional. "Los pacientes o acompañantes tienen que ser conscientes de que los problemas del sistema no son nuestra responsabilidad, y que nos afectan tanto como a ellos", subrayan desde el sindicato.

Agresiones al personal administrativo y médico

Otro de los colectivos que suelen sufrir agresiones por parte de pacientes o acompañantes es el personal administrativo. “Son la primera línea y encima tratan temas burocráticos. Tanto en hospitales como en los centros de atención primaria son trabajadores que también son susceptibles de sufrir este tipo de incidentes violentos”, apuntan desde el sindicato de enfermería.

Y también los médicos. De hecho, el Observatorio Contra las Agresiones del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España (CGCOM) registró un total de 380 agresiones a médicos en 2022, situando a Cataluña como la comunidad donde se producen más agresiones físicas y verbales. En el 61% de los casos, las víctimas fueron mujeres.

Dos enfermeras en un 'box' de Urgencias EUROPA PRESS

Crece el descontento con la sanidad

En diciembre de 2022, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicó los resultados de la tercera oleada del Barómetro Sanitario 2022, un informe que ponía de manifiesto que el descontento con el funcionamiento del sistema sanitario público sigue creciendo. Casi la mitad de los encuestados consideró que funciona mal y necesita cambios, subrayando como gran problema las listas de espera.

Un malestar que se ha intensificado tras el informe publicado por la Sindicatura de Cuentas sobre la gestión de las listas de espera en la red hospitalaria pública catalana. La auditoría concluyó que la accesibilidad de los pacientes a la atención sanitaria "empeoró", ya que el tiempo medio de espera aumentó y el Departamento de Salud no respetó los plazos de garantía.