El Pleno del Parlament ha defendido hoy que la rumba catalana sea declarada patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad por la Unesco. Y como no podía ser de otra manera, los artistas de este género lo celebraron en la Cámara catalana interpretando la Gitana hechicera de Peret, mientras los dirigentes políticos, incluido el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, les acompañaban con tímidas palmas y algún amago de baile.
La vicepresidenta primera en funciones de presidenta del Parlament, Alba Vergés, ha leído una declaración de la Junta de Portavoces en defensa de que esa candidatura, firmada por PSC-Units, ERC, JxCat, CUP, En Comú Podem y Ciudadanos. En la misma se expresa el apoyo de la Cámara catalana a la iniciativa promovida por la Plataforma por la Defensa de la Rumba Catalana e invita "al conjunto de la sociedad a respetar, disfrutar e impulsar la difusión de la rumba catalana como expresión musical y cultural que forma parte de la riqueza y la diversidad de la cultura catalana".
Gran tradición
La Comisión de Cultura del Parlament aprobó el pasado 12 de abril por unanimidad una propuesta de resolución (PR) presentada por PSC-Units per Avançar para apoyar la candidatura de la rumba catalana como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. En la iniciativa también se insta a llevar a cabo las gestiones necesarias para declarar el 24 de julio Día Internacional de la Rumba Catalana.
La PR pide, asimismo, dotar de una línea de apoyo y ayuda directa a la Plataforma por la Rumba --cuyos representantes asistieron a la sesión parlamentaria--, impulsar un Plan de estudio y difusión del valor de este género y garantizar la difusión de la rumba catalana en todos los canales de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA).
La rumba catalana, recordaba la iniciativa socialista, nació en Barcelona en los años cincuenta. Artistas como Pedro Pubill Calaf, más conocido como Peret, y Antonio González Batista, conocido como El Pescaílla, "son voces indisolublemente ligadas a la cultura catalana. El barrio del Raval, como el de gràcia, la comunidad gitana de Hostafrancs y toda la ciudad de Barcelona han sido cuna de la Rumba y referente de la gran tradición musical enriquecida y proyectada internacionalmente con las aportaciones valiosas de la comunidad gitana desde finales del siglo XIX, que la avalan, sin duda, para ser considerada Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad”