Javier Arias (Granada, 1959) quiere ser el próximo rector de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), la mayor de España. Este catedrático de Cirugía ha ocupado el cargo de decano de la Facultad de Medicina del campus desde 2018, y cuenta con una dilatadísima trayectoria en el sector público: excirujano en los hospitales Clínico San Carlos y 12 de octubre --dos de los mejores de España, según los ránkings--; exdirector de la Escuela Nacional de Sanidad; exsubdirector del Instituto de Salud Carlos III... Y también es miembro de diversas fundaciones y comités de Bioética --incluido el del Consejo de Europa-- y vocal de la Comisión de Formación Continuada de médicos del Sistema Nacional de Salud (SNS).
El profesor Arias habla con Crónica Global antes de las elecciones universitarias del 21 de marzo, en pleno contexto de movilizaciones de sanitarios en todo el país y de las comparaciones entre sistemas asistenciales autonómicos. Y antes de la polémica por la enfermera del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona que criticó la necesidad de tener el nivel C1 de catalán para poder opositar en Cataluña.
-Pregunta. Usted se presenta a rector de la Universidad Complutense de Madrid. ¿Por qué?
-Respuesta. El motivo por el cual me presento es porque creo que puedo poner mi experiencia al servicio de la UCM. Experiencia en el campo académico, por ejemplo, pues soy decano de la facultad de Medicina desde 2018 --fui reelegido el año pasado-- y eso es un valor añadido. Al ser reelegido, de alguna manera, la Facultad reconoce una gestión adecuada. Quiero poner esa experiencia al servicio de la universidad, toda vez que nuestra facultad es la más compleja dentro de todo el campus: tenemos hasta cinco hospitales públicos asociados, tres de ellos muy grandes: el 12 de Octubre, Gregorio Marañón y Clínico San Carlos.
-Usted pasó también por el sector investigador.
-Sí, estuve diez años como subdirector general del Instituto de Salud Carlos III. Esa etapa me dio un gran conocimiento de la gestión y financiación de la investigación. Y formé parte de dos comités de bioética, trayectoria que provoca que no solo me centre en las ciencias biomédicas. La Complutense es una gran universidad con, también, muchas facultades de humanidades, como filosofía o ciencias políticas. Son muy potentes, con gran investigación. Con el prisma de médico solo se entendería a medias.
-¿Qué proyecto tiene para la UCM?
-Deseo promover la esencia de la universidad. Se trata de generar conocimiento, transmitirlo y ponerlo al servicio de la sociedad. Y la ciudadanía, de alguna manera, debe ser consciente que lo que transmite la universidad está basado en el conocimiento, y no en opiniones. Es lo que estamos acostumbrados en las redes sociales.
-Se refiere al fenómeno 'influencer'?
-Por ejemplo. O a Youtube. Estas personas atesoran cierta influencia que no está basada en el conocimiento. Bajo mi punto de vista, la universidad tiene mucho potencial en ese campo, de servicio a la sociedad. Pero hay que ordenar la generación de conocimiento y su transmisión. Y su comunicación a la sociedad. Se trata de que el conocimiento se transforme en sistemáticas útiles que se vuelquen en la sociedad.
-¿Cómo?
-Fíjese que nuestra candidatura tiene como lema Por una universidad basada en valores. Queremos promover la transparencia o la honestidad. Abogamos por generar confianza en los proyectos. Hay que alinearse con el enorme talento que tiene la UCM.
-Se enfrenta a otros siete candidatos, incluido al actual rector, Joaquín Goyache. ¿Qué aporta usted que no tengan sus rivales?
-La Complutense ha salido en la prensa por cosas negativas: los escraches, incluido el escándalo a la presidenta [Isabel Díaz] Ayuso; las novatadas o insultos machistas... La percepción social de la Complutense ha sido negativa. Hay que revertir eso, trabajando en la comunicación. Situar la comunicación a nivel de vicerrectorado, o en una unidad potente integrada en el equipo de gobierno. Para comunicar lo que se hace aquí en la universidad, que es mucho y bueno.
-¿Cómo ve ese escrache a la presidenta autonómica cuando se la nombraba alumna ilustre?
-Como candidato a rector me pareció lamentable que se hiciese algo así a alguien que se nombre alumni. Ahora bien, tampoco me parece bien que se nombre a alguien para este título de forma discrecional o unipersonal. Hay que seguir los mecanismos, y cuando se respetan los mecanismos, no suele haber problema. La decisión la toma la facultad por medio de su junta, y luego el rector solo analiza la propuesta. Si se hubiese hecho de esa manera, con el consenso de la Facultad de Ciencias de la lnformación, no habría habido tanta confusión mediática. Que la hubo.
-¿Su proyecto pasa por alejar a la universidad de ese ruido mediático que menciona?
-Del negativo, sí. Fíjese en el Covid-19. Al principio de la pandemia, había mucha confusión, la gente tenía mucha demanda de la información. Y los hospitales que más pacientes Covid recibían, de toda España, y quizá entre los mayores de Europa, eran los asociados a la Complutense: el Clínico San Carlos, el 12 de octubre y sobre todo el Gregorio Marañón. El máximo conocimiento lo teníamos nosotros. Pero no hubo comunicados oficiales, la universidad enmudeció. Y cuesta de entender. Y ante ello, mucha gente recurrió a los youtubers. Nuestro punto fuerte, el conocimiento desde la máxima evidencia, no lo ejercimos.
-El campus está asociado a cinco grandes hospitales...
-No son asociados, son casi parte de la universidad, con equipo docente y vicedecanos propios. Los alumnos, a partir de tercero, ya no pisan las clases, sino que estudian en los propios complejos médicos.
-¿Por qué son los mejores de España, según diversos ránkings?
-La excelencia se basa en los equipos y el talento. La atracción de talento es fundamental. En mi caso, yo soy de Granada, y obtuve el número nueve del examen MIR en sus tiempos. Elegí Madrid. Quería hacer Cirugía en aquel tiempo, y elegí el Hospital 12 de octubre, que era referente en esta disciplina. Creo que como yo, muchas personas de muchos puntos de España que obtienen buenas notas en el MIR, si pueden elegir, optan por los mejores hospitales, y Madrid tiene una concentración de estos equipamientos excelentes.
-Cataluña también tiene grandes hospitales, pero no atrae tanto talento médico como Madrid. ¿Por qué?
-Cataluña tiene excelentes hospitales, con grandes equipos de especialidades concretas, como cirugía laparoscópica u oncología, entre otras. Es una comunidad con una sanidad muy potente, como también es cierto que las preferencias del MIR van por oleadas. En este MIR --el de 2023--, la gente decía que "han salido muchas preguntas de endocrinología". Al ser un examen abierto, y tener que hacer una elección abierta, hay tendencias que van variando. La preferencia por Madrid es, creo, porque uno, está en el centro, y dos, porque se percibe como una comunidad muy cosmopolita.
-¿A qué se refiere?
-Yo, cuando vine de Granada a Madrid no me sentí para nada extraño, no tuve que aprender ninguna lengua y demás. En algunas decisiones son muy importantes las percepciones, y las percepciones permean en la sociedad. En el campo de la elección de talento sanitario, Madrid sale ganando.
-¿Madrid sale ganando frente a Cataluña?
-Creo que la Comunidad tiene más variedad de profesionales en la que elegir. Tiene un menú mucho más amplio. Si hay mucha demanda de sanitarios para unos hospitales determinados, generas estímulos para la competición. Y esa competición provoca que acabes teniendo a los mejores. Porque a más demanda, más opciones de atraer a los mejores. Es sentido común: los mejores de entre más serán, por probabilidad, mejores que los mejores de entre menos.
-¿Las líneas rojas del nacionalismo reducen la capacidad de atraer talento?
-No lo sé, lo que creo es que las inquietudes o las percepciones individuales dependen de factores emocionales que no obedecen a la lógica. Creo que pueden existir percepciones de que la Comunidad de Madrid puede ser más acogedora que alguna otra comunidad que pueda tener barrera lingüística o exigencia adicional. No tengo datos objetivos para opinar, pero sospecho que existe esa tendencia.
-El debate sobre lengua y prestación sanitaria tiene lugar en Cataluña, pero también en las Islas Baleares. ¿Cómo percibe las exigencias de lenguas cooficiales en el campo asistencial?
-Si buscas a los mejores médicos, tienes que evaluar las competencias médicas. Lo mismo con los investigadores o docentes. Los criterios de selección que pones responden a lo que tú buscas. Cuantos más criterios de selección frente a la competencia colocas, más se reduce el peso de la misma. Si tu criterio de selección es quiero a los mejores especialistas con el mejor currículum posible, los captarás. Pero si pones un requisito lingüístico, elegirás a los mejores menos ese requisito. Equis menos la lengua. Te has quitado de enmedio a muchos candidatos.
-¿La barrera lingüística hace perder talento?
-Se trata de elegir entre la máxima población. Si eliges entre una población más reducida, en términos estadísticos tienes menos probabilidades estadísticas de encontrar a los mejores. ¿Por qué? Porque a lo mejor, el mejor talento está entre los que has descartado. Es una cuestión de sentido común.
-Usted eliminaría las barreras lingüísticas, pues.
-Yo de lo que soy partidario es de no poner requisitos para aquello que no buscas. Otra cosa es que lo que buscas no sea la excelencia académica, la profesional o la docente. Puede ser que busques otro tipo de personal.
-Regresando a la universidad, en Cataluña ha habido una gran polémica por la politización de los centros. ¿Cómo lo abordará usted si es elegido rector?
-La universidad debe centrarse en el conocimiento. El enfoque académico es el principal. La universidad no puede basarse en sentimientos o fanatismos o cualquier otro elemento que no sea la razón. La universidad necesita de todas las opiniones para obtener un debate real y correcto, con todas las opciones, siempre que éstas se expresen desde una posición de paz y respeto. Para, como he dicho antes, generar conocimiento. La política es importante en la sociedad, la Complutense mismo tiene una Facultad de Ciencias Políticas. Pero lo que no es bueno son la polarización y el fanatismo. No podemos excluir a nadie, porque de ser así, una parte de la verdad la sacrificas. Y la verdad que obtienes no será óptima. Hay que cultivar la tolerancia y respetar todas las opiniones para obtener el mejor conocimiento.
-En este sentido, no se puede soslayar que ha recalado en la Complutense como profesor todo un exvicepresidente del Gobierno de España, Pablo Iglesias.
-Lo importante para mí son los valores. En cualquier organización debe haber transparencia, para que podamos trabajar juntos y crear juntos. Y el otro es la equidad. La Complutense es una universidad pública, y su valor fundamental es ser un servicio público y de valor para la sociedad. Por ello, creo que quien más se esfuerce, quien más mérito tenga, acceda a los puestos de responsabilidad, también el profesorado. Hay que bregar contra el clientelismo o los equilibrios de poder. Eso debe quedar fuera de la universidad.
-¿Se refiere a la influencia de Podemos en la universidades?
-Me refiero a los lobis. Siempre hay lobis que intentan influir en el profesorado o en el personal de administración y servicios para que salgan elegidas unas personas concretas. En mi opinión, lo nuclear es que se elija por los criterios de igualdad, mérito y capacidad. Es muy manido, sí, pero es lo más eficaz. Y en el ingreso de los estudiantes, debe primar la equidad. Equidad en el esfuerzo, porque todo el mundo debería poder pagarse la universidad. Hay que preservar la equidad de aporta una universidad pública y también sus valores.