El exjefe del Departamento de Patrimonio del Ayuntamiento de Barcelona rechaza la construcción del polémico Tanatorio de Sants, que se eleva en una fábrica protegida a seis metros de un bloque de viviendas junto a la estación ferroviaria. El prestigioso arquitecto Jordi Rogent, que dirigió la protección patrimonial durante 20 años, de 1993 a 2013, con gobiernos del PSC, ha firmado un demoledor informe contra la obra.
El dossier, al que ha accedido este medio, nutre de argumentos a un recurso de Mémora Serveis Funeraris para que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) declare nulo el planeamiento del Tanatorio, que aprobaron BComú, PSC y BCN pel Canvi, el grupo del ex primer ministro francés, Manuel Valls. Rogent es meridianamente claro en su dictamen. "No todos los edificios sirven para todos los usos", aduce, de lo que se desprende que cree que la antigua fábrica novecentista Germans Climent no es el lugar adecuado para la inversión que proyecta Funeraria San Ricardo, vinculada al grupo asegurador Ocaso.
Problemas de movilidad
El arquitecto, ahora en el sector privado con su propio despacho, da cuatro argumentos para que la justicia invalide el planeamiento del equipamiento funerario. El primero es que los coches fúnebres no cabrán en la zona. "Las maniobras de los vehículos funerarios para entrar y salir del edificio serán muy complicadas", advierte el profesional en su análisis de 39 folios. Ello es así porque Funeraria San Ricardo ha previsto su acceso técnico por la calle Puiggarí, pues no puede hacerlo por el frontal ni el patio trasero. Pero la calle es muy estrecha y, según el experto, las comitivas no cabrán.
La solución del operador de la familia Almirall Bellido, una nueva apertura de 2,91 metros en el lateral del bien novecentista, con una rampa hacia el interior, "no es compatible con las determinaciones de la ficha de protección" del bien, concluye Rogent. Porque "altera gravemente la imagen de la actual ventana y las proporciones de vacío y lleno correspondientes al paño de pared", agrega.
Incompatible con el edificio
Asimismo, el ex alto cargo municipal alerta de que las máquinas de conservación y distribución de frío no serán compatibles con la nave protegida. "Se desvirtuará", advierte. Y, también, la instalación se alterará por la necesidad de instalar "máquinas y envolventes de amortiguación" para evitar las molestias a los vecinos. Se afeará el tejado, que es una de las partes protegidas de la pieza patrimonial, apostilla.
De hecho, el arquitecto considera que las renderizaciones aportadas por los promotores no se ajustarán a la realidad y quedarán "desvirtuados" por las canalizaciones.
Diseñado con "prisas"
Algo similar, expone Rogent, ocurrirá con la estación transformadora que dará luz al conjunto. La necesidad de electrificar la nave "reducirá" los espacios previstos, que "ya son bastante justos". De hecho, no haber previsto soluciones alternativas, como un generador subterráneo, aflora "no haber pensado en el problema [de la luz] o las prisas" en el diseño de la polémica inversión.
Ello "es extraño" en los urbanistas privados que trabajan para Funeraria San Ricardo, recuerda Rogent, pero "cuesta de entender" cuando se trata de los arquitectos municipales que tenían que avalar el proyecto.
"Poca fundamentación" de los informes municipales
En relación a ello, el firmante lamenta la "poca fundamentación" de los análisis municipales de la propuesta, que examina la transformación de la nave, pero no su imbricación el global de la ciudad. Máxime, recuerda el ex alto cargo, cuando la nave "no está aislada" --como prescribe el artículo 20 de la ordenanza funeraria municipal-- y quedará en mitad de una superisla, según el proyecto de ciudad del Ejecutivo local.
Como avanzó Crónica Global, la propuesta de reforma de la nave conllevará la "privatización", dictamina Rogent, de una plaza pública. Ocurrirá porque los espacios de la edificación son muy justos, y estarán copados por el párking de bicicletas --añadido al proyecto a toda prisa--, entrada y salida de materiales y familiares de difuntos. Los espacios interiores, pues, quedarán "comprimidos", obligando a ocupar la plaza colindante y las calles Puiggarí y Comtes de Bell-lloc, vaticina el experto.
Daño al patrimonio
En paralelo, el ahora arquitecto en el sector privado recuerda que los usos en torno a la nave son incompatibles con los funerales. No en vano, Germans Climent queda pegada al local de ensayo de los Castellers de Sants y linda con un camino escolar. Pero quizá por su formación y trayectoria profesional, el ex jefe de Patrimonio del Ayuntamiento de Barcelona alerta de que la actuación funeraria dañará el acervo arquitectónico de la Ciudad Condal.
Enfatiza Jordi Rogent que ve "contradicciones" entre el proyecto y la ficha de BCIL de Germans Climent. Habrá "modificaciones" al edificio, como las puertas laterales de acceso y, lo que es más, ve "especialmente grave" abrir una puerta en el lateral de la estructura, como propone Funeraria San Ricardo. "Recuperar edificios protegidos, industriales en este caso --argumenta-- [...] es una práctica deseable y loable [...] pero cabe recordar que no todos los edificios sirven para acoger cualquier otro uso para el que fueron proyectados".
Disputa judicial
El dictamen del arquitecto añade proyectiles a la batalla judicial que se libra en torno a esta obra. Cabe recordar que los tribunales examinan tres escritos contra el proyecto, dos contra el plan urbanístico y uno contra la licencia de obras. Los han presentado Stop Tanatori y Mémora Serveis Funeraris. Ahora, como informó este medio, el parecer final lo emitirá el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). El operador ha pedido medidas cautelares para detener los trabajos, algo que depende también de la segunda instancia judicial.
Antes, el proyecto pudo ver la luz por la aprobación que llevaron a cabo BComú, PSC y la fuerza de Valls. Los partidos avalaron una inversión que pilota Funeraria San Ricardo, vinculada a Ocaso y a Hygeco, un proveedor de Cementiris de Barcelona a la que salpicaron acusaciones de favoritismo por parte del ex director general de la empresa municipal, Jordi Valmaña.