Lambán congela la candidatura olímpica con su giro de guion
La propuesta de Juegos Olímpicos en los Pirineos ha pasado del nacionalismo catalán identitario a la aprobación junto con el Gobierno, aunque con el rechazo electoralista de Aragón
2 abril, 2022 00:00El círculo vicioso de enfrentamientos entre Cataluña y Aragón por la candidatura de los Juegos Olímpicos (JJOO) de Invierno en los Pirineos en 2030 acaba con el desplante del presidente aragonés, Javier Lambán (PSOE). Aunque todo comenzó con una apuesta identitaria del nacionalismo catalán, planteando una consulta al territorio y buscando la exclusión de estaciones de esquí de la cordillera oscense. Al final, Aragón ha sido la mano ejecutora que intenta congelar el proyecto conjunto, que ya había sido acordado con el Comité Olímpico Español (COE).
Pero competir por los JJOO de Invierno en 2030 no fue la primera opción. El exsecretario general de Deportes de la Generalitat, Gerard Figueras, ya reavivó la llama olímpica en 2017 cuando se marcó el objetivo de que Barcelona fuera candidata. El objetivo era adelantar la cita a 2026, pero las dificultades técnicas antes de abril de aquel año les impidió llegar a tiempo a Laussanne (Suiza). Todo quedó en un cajón, con diferentes propuestas por parte de Andorra en 2019, y con el freno de la pandemia pocos meses después.
La candidatura de la identidad catalana
Después de los meses más duros de la pandemia del Covid-19, en julio de 2020 saltó de nuevo la chispa olímpica. El expresident Quim Torra (JxCat) la avivó, aunque no fue hasta el verano siguiente, ya con Pere Aragonès (ERC) al frente del Govern, que las comarcas de los Pirineos comenzaron a tomar partido por la candidatura. La propuesta Barcelona-Pirineos cuajó, y los dirigentes locales se sumaron en masa como alternativa para paliar las deficiencias en infraestructuras y servicios de los últimos 30 años en la zona.
La cohesión saltó por los aires en pocos meses, cuando la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà (ERC), anunció la consulta “vinculante” en el ámbito del Alt Pirineu i Aran. Sin territorios fundamentales de la cordillera como el Ripollès, el Berguedà y el Solsonès, y la apuesta por una candidatura exclusivamente catalana, todo parecía un giro hacia el procés con un escenario distinto: los Pirineos. Sin embargo, tras las acusaciones cruzadas entre Lambán y Aragonès, con incluso una cumbre en Balaguer (Lleida) anulada por el presidente de Aragón, la propuesta siguió adelante. Pero con matices.
Aran pide calma entre Aragón y Cataluña
Previo al acuerdo de este viernes entre el COE, el Gobierno y la Generalitat, los dirigentes territoriales de ERC y JxCat cargaron con relativa fuerza contra el Ejecutivo de Pere Aragonès, mientras Aragón plantaba a Cataluña y se desmarcaba del plan Barcelona-Pirineos del Govern. En este impasse, la síndica de Aran, Maria Vergés (UA), jugó un papel clave como nexo entre la cordillera con Zaragoza y Barcelona.
Vergés se anticipó en noviembre de 2021 con la primera declaración institucional a favor de los Juegos, con la que logró unir a casi todos los Pirineos catalanes y aragoneses a favor de la candidatura. Pero las discrepancias por la consulta se mantuvieron, con Aran pidiendo al Govern que respetara su autonomía en la votación, según el artículo 13.4 de la Ley de Aran, y las comarcas del Ripollès, el Berguedà y el Solsonès instaban ser incluidas en el plebiscito. El alcalde de Berga, Ivan Sànchez (CUP), aseguró que realizaría su propio sufragio si Vilagrà no les incluía, algo que poco después adoptó también el Solsonès.
Acuerdo unitario, sin Aragón
La consulta ha pasado ahora --al menos hasta julio, cuando se celebre-- a un segundo plano. La carta que el dirigente del COE, Alejandro Blanco, envió el lunes a los presidentes de gobierno español, aragonés y catalán zanjó las desavenencias territoriales con la Generalitat. Ese documento permitía tirar adelante una candidatura conjunta entre Cataluña y Aragón, tras una acuerdo técnico entre las dos autonomías y el Gobierno. Pero Lambán lo rechazó: al parecer no fue de su agrado, a pesar de que sus representantes autonómicos designados para la Comisión Técnica se mostraron favorables a la propuesta, que fue aprobada.
Los tintes electoralistas del socialismo aragonés han sido algo recurrente entre las voces consultadas del territorio desde la negativa de Lambán de asistir a la reunión en Madrid para ratificar el documento de la propuesta técnica este viernes. Sin Aragón presente, la firma de la candidatura de los JJOO de 2030 ha seguido adelante junto al presidente del COE, el secretario de Estado de Deporte en representación del Gobierno, José Manuel Franco, y la consejera de Presidencia en nombre de la Generalitat. “Esperamos y confiamos en que el Gobierno de Aragón se sume a la propuesta”, sentenciaba en un comunicado el Comité Olímpico Español.
Aran rompe su neutralidad y Lambán se queda solo
El Conselh Generau d’Aran se ha mostrado siempre partidario de la colaboración y el apoyo para que el proyecto olímpico saliera adelante. Vergés ha pedido aclaraciones en algunos casos, como con la consulta del Govern o la exclusión de los Pirineos aragoneses. Pero el desplante de Lambán ha sorprendido a la síndica, quien ha manifestado este viernes su decepción por la negativa de Aragón de unirse a la candidatura. Un asombro que va más allá, después de que Aran diera a conocer que El Pignatelli aragonés había logrado contar con 13 pruebas deportivas más que Cataluña.
“Es una irresponsabilidad impropia de un representante público y que lo hará pasar a la historia como el responsable de que los Pirineos pierdan una oportunidad única para el futuro”, reprochaba la síndica de Aran a Lambán tras no asistir a la reunión para ratificar el documento del COE este viernes en Madrid. El presidente aragonés se ha mantenido en sus trece y ha asegurado que su “obligación” es “defender los intereses de Aragón”.
Pese a todo este show político, con más giros de guion que Downtown Abbey, la candidatura seguirá adelante, a la espera de las negociaciones con Lambán o su exclusión definitiva. El presidente regional ha congelado unos Juegos que, salvo que tomen otro cariz tras las elecciones autonómicas de 2023 en Aragón, acabarán pronto su carrera en Laussane ante el Comité Olímpico Internacional (COI). Las fisuras territoriales y políticas son algo que no aplauden precisamente los organizadores olímpicos, y si desaparecen pueden ser determinantes para ganar a los potenciales competidores: Sapporo (Japón), Salt Lake City (Estados Unidos) y Vancouver (Canadá).