La izquierda intenta hurgar en las debilidades de ERC
El PSC marca perfil institucional y se implica en la búsqueda de soluciones al cierre de empresas, mientras que los comunes subrayan el pacto 'contra natura' de Aragonès con JxCat
5 marzo, 2021 00:00Pere Aragonès protagonizó ayer un acto de reafirmación como presidenciable. Sin embargo, no pudo ocultar las debilidades que, a día de hoy, tiene como candidato a gobernar Cataluña. Ni las negociaciones están cerradas, ni hay garantías aún de que los neoliberales de Junts per Catalunya (JxCat) y los antisistema de la CUP quieran convivir en el futuro Ejecutivo catalán.
Y, sobre todo, que haya acuerdo en la hoja de ruta hacia la independencia. Por ello, tanto PSC como los comunes hurgan estos días en esas contradicciones, al que el propio líder de ERC se refirió en su conferencia. Así, mientras los socialistas se implican en la búsqueda de soluciones a la crisis laboral --apoyo a los trabajadores afectados por el cierre de la planta de Bosch--, En Comú Podem subraya el pacto contra natura de Aragonès con JxCat y aprovecha la pugna de esta formación con la CUP por la presidencia del Parlament para proponer al sindicalista Joan Carles Gallego para ese cargo.
Nuevos confictos
Se trata de movimientos sutiles, pero cargados de simbolismo, que intentan poner en evidencia la apuesta de Esquerra por un eje independentista, sin hoja de ruta definida, pero que preconiza nuevos conflictos. Eso es precisamente lo que no quieren los empresarios y así lo expresaron, alto y claro, en un gran acto celebrado ayer. Aragonès, que contraatacó con otra conferencia, hizo caso omiso a esos llamamientos a la reconciliación y la estabilidad, claves de la futura recuperación económica, dicen patronales y organizaciones gremiales. Pero el republicano insiste en pedir "amnistía y autodeterminación". No pone fechas a ese referéndum que, de nuevo, reclamó, mientras que CUP y JxCat, reunidos ayer por segunda vez, quieren que se celebre en este nuevo mandato.
No es la única pugna interna existente en ese eje secesionista, del que los comunes se desmarcó. De hecho, en los últimos días, mientras las negociaciones siguen bloqueadas, el partido de Jèssica Albiach ha intensificado su ofensiva progresista, insistiendo en un gobierno ERC-En Comú Podem apoyado desde fuera por PSC. Los socialistas recuerdan que ellos ganaron las elecciones, pero se trata de una fórmula que, según Albiach, es más posibilista, dado que Aragonès tiene otras opciones.
Los comunes no pierden el contacto con ERC y con la CUP. Además de los de rigor para la formación de gobierno, las tres formaciones han encontrado un canal de comunicación a través del Institut Sobiranies, del que forma parte el exlíder de los comunes, Xavier Domènech, quien estuvo presente en la conferencia de Aragonès. Esta organización ha promovido la campaña “Un gir a l'Esquerra” (Un giro a la izquierda) y el próximo martes acogerá el primer debate postelectoral entre Raül Romeva (ERC), Mireia Vehí (CUP) y Joan Mena (En Comú Podem).
El coloquio girará en torno a las 15 propuestas programáticas que el Instituto hizo públicas tras las elecciones del 14F con el objetivo de marcar la agenda del futuro gobierno. Entre ellas, un green new deal, un pacto para la economía social, universalización de la educación pública de 0 a 3 años, plan de choque contra el abandono escolar y la pobreza infantil, ley de barrios o una reforma tributaria de progreso.
Aragonès, también de espaldas a los trabajadores
Son iniciativas perfectamente asumibles por los tres partidos, e incluso por el PSC, pero que ERC ha renunciado a liderar. Los comunes son conscientes y, sin perder la esperanza de que, finalmente, socialistas y republicanos levanten sus vetos, subraya esos objetivos económicos y sociales. Todo ello, de forma paralela a su reivindicación de las opciones institucionales que disponen. Albiach ha anunciado que propondrá al exdirigente de CCOO Joan Carles Gallego y número dos de la lista de los comunes como candidato a la presidencia del Parlament, sabedora de que CUP y JxCat aspiran también a ese cargo. Y es precisamente esa pugna uno de los principales escollos de las negociaciones entre las formaciones independentistas.
Es difícil que esta confluencia de izquierdas se salga con la suya, pero de esta forma, visualizan que están al lado de la clase trabajadora, la que peor lo está pasando con la crisis pandémica, mientras que Aragonès pertenece a un partido --así se lo reprochó Albiach el pasado miércoles en el Parlament-- que ha gobernado durante años sin haber revertido los recortes ni el aumento del paro, especialmente juvenil.
Seat y Bosch
También a la crisis laboral están dirigidos los últimos movimientos del PSC, ganador de las elecciones, pero empatado en escaños con ERC (33). Su candidato, Salvador Illa, no renuncia a la investidura y propone a Eva Granados para la presidencia del Parlament --podría ser la gran beneficiaria de esas pugnas independentistas--, y ayer se reunió con el comité de empresa de Bosch con la finalidad de expresar su apoyo a los trabajadores afectados por el cierre de la planta de Lliçà (Barcelona). Mientras, el Govern admitía que ignoraba los planes de la empresa.
Asimismo, que la ministra de Industria Reyes Maroto anunciara que la fabricación del primer coche eléctrico de Seat en la planta de Martorell cuenta con el apoyo de un consorcio público-privado que tiene como objetivo construir una fábrica de baterías, no solo es una buena noticia --todavía está reciente la crisis de Nissan--, sino que vuelve a dejar descolocado al Ejecutivo de Aragonès, entregado al mercadeo independentista.