La cuenta atrás para las elecciones autonómicas se ha activado ya en Cataluña. Si la evolución de la pandemia no lo impide, sus ciudadanos están llamados a las urnas el próximo 14 de febrero y algunos partidos han empezado ya a confeccionar sus candidaturas. Es el caso de Junts per Catalunya (JxCat), que ya tiene decididos los 18 primeros nombres de su lista. Los herederos de la antigua Convergència han radicalizado su discurso con el fugado Carles Puigdemont al frente, tal y como se ha visto a lo largo de la legislatura, y también por las propias declaraciones de muchos de sus fieles en los últimos tiempos.
Entre los candidatos elegidos en las primarias del partido destaca no sólo su perfil independentista, sino también su mensaje, en algunos casos rayano en la hispanofobia y el supremacismo. Algo que, por otra parte, no es nuevo --ni exclusivo de esta formación--, vistos algunos de los artículos y tuits del expresidente de la Generalitat, Quim Torra, en el pasado, así como ciertos bulos para denigrar la democracia española. Sirvan, a modo de ejemplo, casos como los siguientes.
Laura Borràs y “la España real”
Laura Borràs, que a priori se presenta como la candidata efectiva a presidir la Generalitat pese al reciente ofrecimiento de Puigdemont para ser el número uno de la lista de JxCat, equiparó hace apenas diez días a España como país con el fascismo, aprovechando la noticia sobre un grupo de una decena de militares que hicieron el saludo fascista en la carpa de un cuartel de Paracuellos del Jarama (Madrid) durante la fiesta de la Inmaculada de 2019. “Esta es la España real”, generalizó la nueva líder posconvergente al hacerse eco del suceso.
Borràs cuenta con diversos comentarios similares en su perfil de Twitter. Desde llamar “estrangulador” al “Estado español” --haciendo un juego de palabras con la palabra catalana “escanya”-- hasta aludir a la genética del mismo diciendo que “esta gente lleva en el ADN todo lo que sea prohibir, impugnar, suspender” días antes de la consulta secesionista del 9N de 2014. O bien reproduciendo frases como la siguiente: “Si algún español os exige hablar en castellano, podéis decir: ningún problema, mi cultura compensa tu ignorancia”.
En este sentido, cabe recordar que Borràs --doctorada en filología románica-- fue una de las firmantes del manifiesto Koiné en contra del bilingüismo real y oficial en Cataluña, y que propugna el catalán como única lengua oficial en esta comunidad. La aspirante posconvergente a presidir la Generalitat considera al castellano una “lengua de imposición”, y su rechazo a emplearlo en Cataluña lo demuestran hechos como su negativa a usarlo cuando daba clases en la Universidad de Barcelona si algún alumno se lo pedía por no entender el catalán. A su modo de ver, tales peticiones suponían "una falta de respeto" porque "vulneraban los derechos del resto, que se matricularon sabiendo que la clase era en catalán". “Esta actitud de sumisión y colonización nos la tenemos que sacar de encima", sostuvo en una conferencia hace apenas nueve meses.
Canadell, los “colonos” y el “España es paro y muerte”
El rechazo al castellano de Borràs es compartido por su número dos, el más votado en las primarias de JxCat: Joan Canadell, quien considera el bilingüismo “una herencia del franquismo”, según afirmó en una conversación con la concejal del ultraderechista Front Nacional de Catalunya en Ripoll, Sílvia Orriols, el año pasado en Twitter.
Del ultranacionalismo del actual presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona dan cuenta manifestaciones bien recientes. Así, en plena pandemia de coronavirus ha llegado a decir que “España es paro y muerte; Cataluña, vida y futuro” y a tomarse a mofa el elevado número de víctimas del Covid-19 en Madrid, aludiendo a esta región como “la España vaciada” en un tuit que acabó eliminando el pasado 19 de marzo.
Capaz de avalar el revisionismo histórico del Institut Nova Història, según el cual personajes históricos como Leonado Da Vinci, Cervantes o Colón eran catalanes --en el caso de este último, incluso “familiar del 30º presidente de la Generalitat”--, Canadell llegó a afirmar en el pasado que existen “15 generaciones de catalanes que han sufrido a los españoles”. Y a referirse en su perfil de Twitter a los inmigrantes en Cataluña como “colonos” no capacitados para hacer trabajos cualificados.
“Los españoles no tienen solución. Al final harán buena la propuesta de que Cataluña sea un Estado libre asociado a EEUU”, llegó a manifestar también en uno de sus mensajes en esta red social, donde ha expresado incluso afinidad por el ya expresidente estadounidense Donald Trump.
Vergés Tejero y la “vergüenza del DNI español”
Una de las sorpresas en las primarias de JxCat fue la elección, por la demarcación de Girona, del ex secretario general de la ANC Salvador Vergés Tejero, que en un discurso por la Diada en su Olot natal, ya en plena epidemia, hizo gala de su ardor nacionalista con afirmaciones como esta: “Nosotros somos diferentes, no tenemos nada que ver con esa gente. A muchos nos da vergüenza tener que seguir llevando el DNI español en nuestra cartera o bolso. Nosotros tenemos otra manera de hacer y de ser”.
En el mismo, Vergés sostuvo que “España nos roba 16.000 millones cada año” y acusó al Estado de tener "torturadores y represores". "Si nosotros fuéramos un gran Estado poderoso y dominante y España fuera una nación sometida por nosotros... ¿les haríamos lo que ellos nos hacen a nosotros, les robaríamos, les negaríamos la lengua y la cultura, los maltrataríamos, los encarcelaríamos, les impediríamos el derecho de autodeterminación, los querríamos destruir como pueblo? ¡Nosotros a ellos nunca les haríamos eso!", afirmó.
Nada más ser elegido como candidato de JxCat el pasado 13 de diciembre, Vergés culminó un mensaje de agradecimiento en Twitter con la soflama “¡que tiemble el enemigo!” --parafraseando un verso del himno catalán Els Segadors--, y cambió su excéntrica foto en esta red social, en la que aparecía ataviado como un CDR, con la cara tapada con una bandera estelada independentista y con un fusil de juguete en la mano.
Artadi y el “España nos roba”
La manida consigna nacionalista del “España nos roba” --de la cual también echaron mano en el pasado dirigentes de ERC como el actual vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès-- es uno de los lugares comunes del mundo posconvergente. Es el caso, por ejemplo, de la concejal barcelonesa Elsa Artadi, que este mismo 2020 insistió en el mismo aludiendo al tuit de un profesor de la UPF que sostenía que “el déficit fiscal de Cataluña asciende a 16.800 millones anuales, según la Generalitat”.
La exconsellera del Govern ha aludido también a este término --"expolio"-- para hablar del retorno a Aragón de las obras de arte de Sijena.
Puigneró, el "ADN jacobino" y la medalla de los mongoles
La hispanofobia de determinados mandatarios de JxCat llega en algunos casos al ámbito de los chistes de mal gusto. El actual conseller de Políticas Digitales, Jordi Puigneró --reciente impulsor de la denominada NASA catalana--, intentó hacer uno con motivo de los Juegos Olímpicos de 2012, despachándose con el siguiente chascarrillo: "¿Sabéis cuál es la diferencia entre un español y un mongol? Una medalla”.
Tampoco estuvo nada afortunado en el pasado a la hora de hacer comparaciones. Así, a los intelectuales españoles que defienden el federalismo les equiparó a “un marido alcohólico/maltratador gritando 'cambiaré' el día que la mujer está haciendo las maletas”.
Y, al igual que Borràs, en su timeline de Twitter no faltan las apelaciones al “ADN” español. Con teorías como la siguiente, defendiendo la proliferación de mutuas y escuelas privadas: “La colaboración público-privada forma parte del ADN catalán; en cambio, los que lo queréis todo y sólo público es ADN jacobino español”. Más recientemente, con motivo de la fuga de Puigdemont a Bélgica, Puigneró comparó a España con Turquía, junto al emoticono de una defecación sonriente.
Jordi Fàbrega y la “colonia” de los españoles
La gestión de la pandemia de coronavirus ha sido otro argumento recurrente a la hora de criticar al Gobierno español por parte de los dirigentes nacionalistas. Al igual que Joan Canadell, unos de los que más han recurrido a ello ha sido el alcalde de la Seu d'Urgell, Jordi Fàbrega, quien, al igual que el expresidente de la Generalitat Quim Torra, no escatimó reproches y acusaciones por no haber confinado Madrid, en concreto el pasado mes de marzo, atribuyendo a la capital buena parte de los males de la pandemia: “Ahora estamos en septiembre, la situación es similar y tampoco se confina”, insistía hace tres meses. Convencido de que en España “no hay futuro ni presente democrático”, Fàbrega ha aludido al supuesto hecho diferencial catalán al que tanto se refieren los nacionalistas con argumentos como este: “El 11 de septiembre, los catalanes pedimos pacíficamente poder votar. El 12 de octubre, los españoles sacan al Ejército a la calle para demostrar fuerza. Somos diferentes”.
Asimismo, en 2012 también se hizo eco de unas supuestas declaraciones sobre Cataluña del cantautor Raimon --quien se declara no independentista--, en las que presuntamente afirmaba que “los españoles tienen una colonia y tienen miedo a perderla”. “¡Al resto también las trataron muy bien. ¿Nos vamos?”, apostillaba Fàbrega.
Mònica Sales ‘echa’ a Convivencia Cívica
Entre los argumentos más radicales de algunos dirigentes posconvergentes figuran las invitaciones verbales a marcharse de Cataluña. Al igual que la expresidenta del Parlament Núria de Gispert, cuando animó a irse a la dirigente de Cs Inés Arrimadas, la diputada y candidata de JxCat por Tarragona Mònica Sales hizo algo parecido en 2012 con la asociación constitucionalista y defensora del bilingüismo Convivencia Cívica Catalana. “Yo invitaría a la gente de Convivencia Cívica a abandonar Cataluña. En la España profunda se sentirían más a gusto y todos contentos”, llegó a afirmar en su perfil de Twitter.
En otro de sus mensajes por esas fechas, Sales reconocía que “a mí no me importaría que se extinguiera la unión entre España y Cataluña. La línea que nos engancha podría desaparecer y todo hecho”.
Campdepadrós, Madaula y la pandemia
Otro candidato convencido de que España “no es una democracia” y que “es peor” en este sentido que Turquía es el candidato por Tarragona Eusebi Campdepadrós, que en alguna ocasión también ha echado mano del manido España nos roba. “España nos roba, nos ha querido robar el pasado, nos roba el presente y el futuro”, afirmaba hace un año, poniendo como contraste el ejemplo de “dignidad” a seguir de los políticos presos por el procés.
Al igual que otros dirigentes de JxCat, Campdepadrós también ha utilizado el coronavirus para defender la gestión de Quim Torra, en particular, y hacer propaganda de la causa secesionista. Algo que también hizo su correligionaria Aurora Madaula, que pese a no figurar entre las 18 elegidas en las primarias de JxCat, cuenta con opciones de repetir como diputada. “El nacionalismo español nos matará a todos. ¡Cuánta ignorancia e incompetencia en este Gobierno español", proclamaba el pasado 29 de marzo.
Los bulos de Ramon Tremosa
Al margen la hispanofobia como tal, otro candidato de JxCat que ha destacado por sus meteduras de pata en los últimos años ha sido el exeurodiputado por CiU Ramon Tremosa, actual conseller de Empresa de la Generalitat, y criticado por su propensión a dar pábulo a todo tipo de fake news con la intención de contribuir a la causa secesionista. Empezando por su afirmación en una entrevista, nada más acceder al cargo, de que Torra fue "el presidente más votado de la historia" en Cataluña, sin haber sido siquiera candidato, y habiendo ganado Ciudadanos dichas elecciones en 2017.
En sus redes sociales, Tremosa ha intentado hacer pasar como una manifestación de apoyo al procés en Bilbao una celebración futbolística de hinchas del Athletic, y otra imagen de protestas en Chile para criticar la actuación policial el día del referéndum ilegal del 1-O en Cataluña.
Como eurodiputado, Tremosa sorprendió con sus denuncias, como un pisotón del defensa Pepe a Leo Messi en un Madrid-Barça, o por un chiste de la serie de humor de Telecinco Aída ante la Comisión Europea. Y con preguntas como el presunto uso de productos químicos rociados desde aviones para controlar la meteorología por parte del Gobierno, dando credibilidad de este modo a lo que resultó ser en realidad una fake new.