Carrizosa: "Hay síntomas de que Sánchez podría claudicar sobre el modelo de Estado"
El dirigente de Cs insta a los socialistas a abandonar su "política del apaciguamiento con el nacionalismo voraz" y se sume a una estrategia común para ensanchar el constitucionalismo en Cataluña
27 septiembre, 2020 00:00Carlos Carrizosa (Barcelona, 1964) asegura que existe una "fórmula mágica" para ensanchar el constitucionalismo, que pasa por la suma de los socialistas a una estrategia común con PP y Ciudadanos. En una entrevista con Crónica Global, el candidato de la formación naranja reivindica la labor de su partido para contener la "influencia exagerada de unos pocos votos nacionalistas sobre el Gobierno de España, algo que ahora está en fase aguda".
--Pregunta: Ha sido especialmente polémica la decisión unilateral de la ejecutiva de nombrarle candidato a las elecciones catalanas, a pesar de que Lorena Roldán había sido elegida en primarias.
--Respuesta: La decisión no fue unilateral, fue la propia candidata que ganó las primarias la que tomo la decisión. Examinando con la dirección la posibilidad de una coalición con los constitucionalistas aquí en Cataluña, se llegó a la conclusión de que en ese objetivo podía estorbar la batalla política contra PSOE y PP siendo ella portavoz en el Senado. Conjuntamente con la dirección, Lorena decidió que daba una paso al lado y eso hizo que entrara en juego un capítulo de los estatutos que da la facultad al comité ejecutivo de nombrar al candidato que sustituye al que fue elegido en primarias, pero que renuncia al puesto.
Carrizosa: "Hay síntomas de que Sánchez podría claudicar sobre el modelo de Estado"
--Un grupo de militantes y dirigentes piden que su candidatura también se someta a primarias. ¿Se les hará caso?
--Eso lo tiene que decidir el comité de garantías. Ellos, que son relativamente pocos, tienen la inquietud respecto a si todo se ha hecho conforme a los estatutos. Estoy convencido de que sí y el comité de garantías avalará la decisión de la junta ejecutiva.
--Las decisiones de la ejecutiva de Ciudadanos están muy centralizadas en Madrid. Inés Arrimadas ya dijo que no quería baronías, pero ¿eso no provoca desajustes con las peculiaridades del territorio, que en Cataluña son muchas?
--Ahora precisamente vamos a proceder a constituir los comités territoriales autonómicos. Y efectivamente, tenemos una estructura en la que se toman decisiones en los comités autonómicos donde hay un poder territorial, pero también es verdad que ese poder territorial se configura para que esté en sintonía y en coordinación con el poder nacional. Nosotros queríamos evitar, y fue votado por la amplia mayoría de militantes en el congreso, que Cs fuera un partido de baronías. Esa propuesta de Arrimadas fue ratificada por la inmensa mayoría de compromisarios en el congreso. Por lo tanto, ese es el modelo que tenemos, distante al del PSC, que tiene en Cataluña un partido diferenciado al del PSOE. Nosotros somos un partido que tiene claro que quiere el bien común y que este pasa por una coordinación territorial, incompatible con el “qué hay de lo mío” que se genera con las baronías.
--Cs ha dado bandazos ideológicos, ha pasado de la socialdemocracia al liberalismo. ¿Cómo define hoy a su partido?
--No somos muy amigos de las etiquetas, nos queremos alejar de la España de los rojos y azules, pero sí tenemos una definición clara: somos un partido de centro, al que llegamos desde una ideología liberal progresista que tenemos por congreso. Siempre ha sido así, siempre se ha definido en ese espectro. Pertenecemos a la gran familia liberal europea, o sea, no estamos ni con la socialdemocracia ni con los partidos conservadores. Tampoco desde luego con los partidos antisistema o de corte podemita.
--¿Qué es el liberalismo progresista?
--El liberalismo progresista quiere decir que ponemos el acento en el individuo y no en los colectivos, no en los países o naciones. Para conseguir la realización del individuo tenemos que limar las desigualdades que hay en las sociedades. La riqueza se crea, pero se debe redistribuir para igualar a los individuos.
--Esa ideología es compatible con la del PSOE. Hemos asistido al deshielo entre ese partido y Cs. ¿Las negociaciones con Sánchez sobre los Presupuestos Generales del Estado (PGE) son compatibles con un acuerdo con ERC?
--En el eje ideológico, es evidente que nosotros podemos bascular entre la socialdemocracia y el centro-derecha. Por eso somos un partido de centro, liberales progresistas. En ese marco, no hay problema, a priori. Pero ahora en España sí que tenemos un problema grave. Pedro Sánchez está abrazado en una coalición de gobierno a un partido antisistema, populista de izquierdas, y además busca los apoyos de los nacionalistas o de los separatistas que quieren destruir España. Eso conlleva que el populismo de izquierdas cuestiona nuestro régimen del 78 y nuestro modelo de Estado. Y luego quienes quieren destruir ese Estado encuentran en ese partido un cómplice ideal. Como Sánchez no hace ascos a los separatistas para pactar, nosotros nos vemos en la obligación de matizar o contener la influencia de Podemos en los PGE y, por otro lado, intentar que aquellos que intentan destruir el Estado no pongan condicionamientos económicos a nuestros presupuestos. Curiosamente, ERC y Bildu están más cerca ideológicamente de Podemos. Para nosotros, está mandado influir en esos presupuestos. Llegará el momento en que Sánchez tenga que elegir si los cierra con ERC y Bildu, o con Cs.
--¿Hay alguna línea roja? Por ejemplo, ahora se ha empezado a tramitar la petición de indultos para los presos independentistas. ¿Cómo cae eso en Cs?
--Cae fatal que se hable de una posible modificación de la sedición, de posibles indultos, que se hable de la mesa de diálogo, que se haga un feo al Rey y a los jueces. Todo ello es síntoma de que Sánchez podría estar claudicando en cuanto al modelo de Estado. Sánchez y todos esos partidos de los que estoy hablando tienen una barrera importantísima, que es la Constitución. Ellos no tienen mayoría suficiente para cambiar nuestro modelo de Estado. Por tanto, de momento, lo erosionan. Nosotros tenemos la responsabilidad de denunciar esta erosión y, a más corto plazo, hay un hito fundamental para los españoles, que son los PGE, que deben afrontar esta situación angustiosa de crisis pandémica con 140.000 millones que vienen de Europa. En esta situación excepcional y con este Gobierno, no creo que los PGE sean la herramienta para contener la erosión del Estado que lleva a cabo Sánchez con sus socios. Sánchez sacará los presupuestos con esos socios y les hará concesiones. Sabíamos que había esta operación, nunca quisimos este Gobierno. A menos que Cs logre moderarlo. Eso nos obliga a aguantar hasta el final. Motivos para que descabalguemos nos los dan continuamente y nosotros acusamos el golpe porque es muy incómodo. Cs debe ser responsable, hace lo que debe hacer.
--Cuando dice 'aguantar el golpe' ¿se refiere en el ámbito electoral? ¿Les puede pasar aún más factura, como ya ha ocurrido?
--Créame usted que no lo decía en ese sentido. Arrimadas lo ha dicho, anteponemos nuestro deber a los votos. Creo que los españoles valorarán la aportación de cada uno al bien común. Pero no lo hacemos por eso. No estamos en el rédito político. Ciudadanos nació para evitar la influencia exagerada de unos pocos votos nacionalistas sobre el Gobierno de España y ahora eso está en fase aguda.
--Lo decía porque hay quien defiende la ruptura de los bloques políticos que ahora existen en Cataluña y, para ello, es necesario diálogo, desarmar a los independentistas. En las elecciones de 2017, Cs fue un referente incluso de sectores de la antigua CDC. ¿Cómo combatir al independentismo de forma definitiva? ¿Manteniendo posturas firmes o, como se dice ahora, ensanchando la base electoral?
--Para ensanchar definitivamente la base electoral del constitucionalismo hay una fórmula mágica, una coalición no solo de PP y Cs, sino que el Partido Socialista, en lugar de contemporizar y practicar la política del apaciguamiento con un nacionalismo voraz que no se ha arrepentido de nada, que no ha pedido perdón, ni excusa y dice que lo va a volver a hacer, tuviera una postura más inequívoca a favor de la Constitución y las leyes; sería esa fórmula mágica. Una potencia pedagógica de un PSOE en España y del PSC en Cataluña. Una coalición de Cs con PP, la gente la da casi por descontada. Ya gobernamos juntos en varias autonomías, e hicimos un coalición electoral en País Vasco, pero en Galicia no pudo ser. En cambio todo el mundo piensa que con el socialismo es más difícil, y eso es una pena porque eso quiere decir que el Partido Socialista estaría dispuesto a arrojarse a los brazos de ERC y los comunes para hacer un tripartito. Iceta lo niega, pero también niega una coalición con nosotros. Nos tememos que si dice que no a unos y a otros, a alguien le está mintiendo. Y si la hace con ERC, eso significará muchos más años de nacionalismo en Cataluña.