Fran S. cerrará su bar en Girona "harto del acoso" independentista. El hostelero regenta el local de tapas Sport Tapes desde mayo de 2019. Ha dicho basta y echará la persiana después de una campaña de asedio por parte de independentistas y medios de comunicación nacionalistas. El ayuntamiento de Marta Madrenas (JxCat), a su vez, le ha hecho el vacío. Todo empezó cuando colgó una bandera del Betis y otra roja y gualda durante el derbi con el Sevilla disputado el pasado 11 de junio.
En conversación con este medio, Fran relata su calvario. "Yo soy muy del Betis. Originariamente de Almendralejo (Extremadura), seguía al equipo a menudo. El pasado derbi, al no poder asistir por tener el bar aquí, decidí organizar un encuentro bético para seguir el partido. Colgamos diversas banderas, incluida una con el escudo del club, los colores de la enseña nacional y el lema Ser bético, una pasión; ser español, un orgullo, explica. Ello le sentenció.
"Acoso y denuncias"
Tras 13 meses de operar con absoluta normalidad en la calle del Riu Freser en Girona, arrancó una auténtica campaña de acoso y derribo. "Recogieron firmas para cerrar el bar. Me llamaban hasta cinco o seis veces al día. Avisaban a la policía cada día. Me difamaron en las redes sociales y en los medios, publicando posts en Facebook", enumera. Los presuntos autores del acoso eran dos vecinas del lugar. Éstas, en lugar de canalizar su descontento con el ayuntamiento, enviaron notas de prensa a los medios nacionalistas. "Fue suficiente. Uno de ellos publicó que yo amenazaba a los vecinos y promovía el consumo de drogas en mi local, Que incumplía con la terraza", lamenta el restaurador.
Zafándose de la persecución indepe --"llegaron a recoger firmas a cinco kilómetros del bar", admite-- entró una petición especial para colocar su terraza con distancia de seguridad por el Covid-19, tal y como han hecho centenares de establecimientos en Girona y el resto de España. "Ha pasado un mes y hoy [por ayer] aún no me han contestado. A los otros bares, les responden al día siguiente o la misma semana", critica. Es por ello que ha dicho basta. Cerrará.
"Fue por la bandera"
Pero, ¿qué pasó? "No me meteré en política. Jamás. Yo, ni soy independentista, ni no lo soy. Yo amo al Betis, a Cataluña, donde trabajo, y a mi tierra. El día del derbi colgamos la bandera. El día de la victoria de Liga del Madrid, hubo gente tirando petardos, pero lejos del bar. Como antes habían venido los aficionados del Huesca en febrero y armaron un follón bebiendo y cantando que hasta vino la ARRO (antidisturbios volantes de los Mossos). Pero nadie se quejó, porque no llevaban banderas españolas", avisa. En efecto, Fran, desolado, cree que le han señalado porque colgó una bandera del Betis con un fondo bicolor.
"En mi bar hay, había, de todo. Banderas y bufandas del Betis. Camisetas de Reyes, que en paz descanse, de Joaquín, del Girona... Es un bar deportivo, futbolero", reconoce. Todo ello pasó inadvertido durante 13 meses hasta que, durante un encuentro bético, alguien colocó la enseña nacional. En el centro de Girona, ello no gustó a la ciudad-búnker del independentismo. Y empezó la campaña. Contra la intimidación le han apoyado el PSC, Ciudadanos y el PP. También Societat Civil Catalana (SCC). Pero no ha sido suficiente para mantener el negocio a flote. "Continuaré en otros bares que tiene mi mujer", avanza Fran.
Su abogado: "Denuncias por daño al honor"
En conversación con este medio, su abogado, Joan Pere Zapata, confirma que ha interpuesto una demanda por la vía civil para resarcir el honor de su cliente. ¿Por qué? "Porque mancillaron su honor en las redes sociales, en público e incluso en un medio digital. Afirmaron que en el local se toleraba y consumía droga, que mi cliente amenazaba y que era un establecimiento conflictivo", explica el letrado. ¿Qué hizo él? "Interpuse una reclamación por daños al honor que ha recalado en el juzgado de Primera Instancia. Estamos a la espera de admisión", ilustra.
Si el juez acepta el escrito, citará a dos vecinas y al director de un medio digital por, presuntamente, difamar al restaurador. "Habrá una audiencia previa y después el juicio si no hay solución consensuada", agrega Zapata. Todo ello, lamenta la defensa legal, porque "los vecinos se tomaron la justicia por su mano e iniciaron una campaña contra mi cliente, en lugar de protestar por la vía administrativa". El abogado asegura que a él "no le interesa" si el origen de todo fue una bandera española u otro motivo. "Yo solo evalúo el daño que ha sufrido mi cliente: ahora le tratarán como a un criminal vaya donde vaya. Si quiere reabrir en otro sitio, estará señalado", asevera. Fran, su cliente, lo tiene claro: fue todo por la bandera.