La fecha de las elecciones catalanas sigue siendo una incógnita. También los efectos que el coronavirus pueda tener en el calendario parlamentario. Sin embargo, crece la idea en Junts per Catalunya (JxCat) de que los problemas judiciales de Carles Puigdemont podrían acelerar la fecha. De ahí que los nervios dentro del cada vez más fraccionado espectro neoconvergente se hayan desatado. Sobre todo en el Parlament, donde peligra la continuidad de los fichajes estrella de Puigdemon, estos son, personajes de la sociedad civil sin experiencia política y que poco han aportado al quehacer cotidiano del grupo, y sí algunos quebraderos de cabeza.
Así, varios de esos independientes están convencidos de que no repetirán en la próxima legislatura. Los más veteranos de Convergència les han puesto el apodo de “estrellas del rock”, elegidos por el fugado de Waterloo en apenas un fin de semana. “Puigdemont hizo la lista a golpe de teléfono y buscó caras conocidas para generar un golpe efectista. Pero la realidad es que la actividad parlamentaria de los electos ha dejado mucho que desear”, explican desde PDeCAT.
Pugna entre moderados y duros
De hecho, aseguran fuentes soberanistas, una de las principales pugnas entre moderados y duros es precisamente la composición de esa futura lista que, según los más críticos con la gestión del expresidente escondido en Waterloo, “llenó de frikis que quedan muy bien mediáticamente”, pero que ponen en entredicho la credibilidad del partido, afirma esa voz de PDeCAT. Esa misma fuente alude al enfrentamiento que, por este asunto, mantiene Artur Mas --que intenta mediar para evitar el cisma definitivo dentro de JxCat-- y Puigdemont.
Las mismas fuentes soberanistas afirman que el de Girona es consciente de la situación, así como de la imposbilidad de repetir ese cartel de figuras inexpertas. Puigdemont aceptaría las exigencias de PDeCAT, siempre y cuando pueda elegir los nombres de los nuevos miembros de la candidatura neoconvergente. ”El expresident no quiere tensar más la cuerda, pues es consciente de que los convergentes de toda la vida siguen mandando en la tecnoestructura de la Generalitat”, aseguran.
Diputados en la cuerda floja
¿Quiénes son esos diputados en la cuerda floja? Destacan Anna Tarrés, exseleccionadora de natación sincronizada, o Eduard Pujol, exdirector de RAC1 y portavoz del Parlament, cuyos comentarios sobre el “hombre del patinete” que le seguía por los alrededores del Parlament o sobre las “listas de espera que distraen de la independencia” le han hecho perder muchos enteros. Se postuló para todos los papeles: consejero, diputado en el Congreso e incluso presidenciable. Pero no corren buenos tiempos para Pujol.
Tampoco es bien vista Aurora Madaula, licenciada en Historia y que representa la cuota más izquierdista de JxCat, aunque su fidelidad a Puigdemont --forma parte del Consejo para la República-- podría servirle de patente de corso en un futuro. Madaula ha hecho méritos a toda costa y a cualquier precio para continuar, se posiciona como la más de izquierdas del grupo.
Francesc de Dalmases, siempre a la sombra de la diputada en el Congreso Laura Borràs, se ha visto involucrado en el desvío de subvenciones de la Diputación de Barcelona, de las que se habrían beneficiado las fundaciones que comparte con Víctor Tarradellas. La propia Borràs tiene serios problemas con la Justicia, lo que acabado con sus aspiraciones a presidenciable.
Los casos Calvo y Llach
Quienes no son diputados, pero dieron el salto a la política por Puigdemont, son Pilar Calvo y Lluís Llach. La periodista deportiva que se dio a conocer en las retransmisiones de Joaquim Maria Puyal en Catalunya Ràdio para luego incorporarse a TV3, nunca ha perdido el contacto con los medios de comunicación, tanto como tertuliana --cuota convergente-- como portavoz de los presos independentistas.
Por su parte, al cantautor catalán, que fue diputado entre 2015 y 2017, se le asignó la importante misión de sentar el embrión de una futura Constitución catalana, impulsando el debate social a través del Fòrum Cívic i Social pel Debat Constituent creado por el presidente Quim Torra. Llach fracasó estrepitosamente, el Fòrum se disolvió, pero sigue amenizando cortes de tráfico, mítines y protestas independentistas.