El Ayuntamiento de Madrid, liderado por José Luis Martínez-Almeida, anuncia que intentará que el Museo del Hermitage, que ha rechazado el Ayuntamiento de Barcelona. La propuesta llega pocas semanas después de que la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, proclamase su intención de realizar el Mobile World Congress en la capital.
La delegada del área Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento, Andrea Levy, ha anunciado que iniciará "próximamente" un diálogo con los representantes del museo de arte de San Petesburgo. La voluntad de la capital es aprovechar la negativa de Ada Colau y la voluntad de la pinacoteca de llevar una filial en España para intercambiar la idoneidad del proyecto en esta ciudad. Desde el departamento del lamentan la oportunidad perdida por Barcelona, ya que "era buena para los vecinos de un área como La Barceloneta, tras varios años de gobierno de la actual alcaldesa", aseguran.
Inversión atractiva
El proyecto del Hermitage es una golosina para muchos municipios españoles. Podría suponer una inversión cercana a los 50 millones de euros e impulsar la economía en general, especialmente la que se genera desde el sector turístico. "Barcelona también pierde muchos millones de euros además del Hermitage", indicaron el lunes fuentes cercanas a la obra frustrada, "más allá de los 52 millones directos de inversión, todo el impacto tangible sobre la restauración y hotelería, y el intangible sobre la Marca Barcelona: otros destinos turísticos se pelearían por tener un museo así".
El equipo de Colau ha mareado a los promotores de la iniciativa avalada por el museólogo Jorge Wagensberg durante años. No parecía que tuviera una voluntad sincera de hacer llegar la pinacoteca a Barcelona pese a que en abril de 2018 el pleno aprovó el cambio de usos de la zona del puerto donde se debía ubicar, de 3.552,64 metros cuadrados. La excusa perfecta para acabar de tumbar la iniciativa han sido los destrozos provocados por la tormenta Gloria, que fulminó el proyecto.
Rechazo del Mobile
Pese a que Madrid pretende recoger el guante ignorado por Barcelona, hay otras ciudades costeras que son un buen marco para el museo ruso como Alicante, Valencia o Málaga, en el Mediterráneo. También se ha postulado Lisboa, la capital portuguesa convertida en destino de moda en los últimos años.
El Ayuntamiento de Madrid ha manifestado sólo la intención de acercarse a los impulsores del Hermitage y asegura que su capitalidad le beneficia. Es la segunda ocasión en que pide atraer hasta la capital una iniciativa de Barcelona. La semana pasada Díaz Ayuso aseguró que pelearían por el congreso más importante de móviles de Europa y anunció que representantes de la comunidad habían mantenido contactos iniciales e informales con la organización. Los negó el director general de GSMA, John Hoffman. No sólo eso, también anunció que la capital catalana no tiene que sufrir en exceso por un cambio de sede en 2023, el último año en que el MWC está confirmado en la capital catalana.
La gran diferencia entre Martínez-Almeida y Díaz Ayuso es que el primero se lanza a por una iniciativa cultural que ha sido rechazada por el actual equipo de Gobierno de Barcelona, conformada por BComú y PSC. La presidenta de la comunidad se lanzó a por un evento que sí se pretende retener en el municipio.