El presidente de la Generalitat, Quim Torra (d), junto al vicepresidente de Economía, Pere Aragonès, de Esquerra (i) / EFE

El presidente de la Generalitat, Quim Torra (d), junto al vicepresidente de Economía, Pere Aragonès, de Esquerra (i) / EFE

Política

ERC exhibe su ayuda a JxCat para proteger su negociación con Sánchez

Los republicanos necesitan que Torra tenga un papel protagonista con el deseo de que los exconvergentes decidan abstenerse en la investidura de Sánchez

13 diciembre, 2019 00:00

Es un deseo, pero también una convicción. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), siempre con muchas dudas y complejos ante los herederos de Convergència, ha decidido cambiar de estrategia. La dirección republicana exhibe los apoyos que presta a Junts per Catalunya (JxCat) para proteger su negociación con el PSOE, con el ánimo de que, de esa forma, los dos partidos centrales del independentismo podrán abstenerse en la investidura de Pedro Sánchez y, con ello, evitar una guerra interna cruenta con un resultado incierto.

La encargada de publicitarlo ha sido la portavoz de ERC, Marta Vilalta, con un mensaje que no se ha querido ni disimular ni ocultar. Los republicanos habrían pedido a Pedro Sánchez que incluyera al presidente de la Generalitat, Quim Torra, en las negociaciones. “Le pedimos al PSOE que se tenía que respetar las instituciones catalanas y a sus máximos dirigentes”, señala Vilalta en una entrevista en Nació Digital.

¿Tiene 'plan B' el PSOE?

El PSOE no entra en esa petición, no la hace suya, pero el hecho tangible es que Pedro Sánchez iniciará la próxima semana una serie de encuentros con dirigentes políticos --Pablo Casado e Inés Arrimadas, por parte del PP y Ciudadanos-- que incluirá a todos los presidentes autonómicos. ¿Con qué objetivo? Con la idea de que asista Torra y se pueda establecer un canal de comunicación. ¿Es necesario?

Sánchez, según las fuentes conocedoras de esa estrategia, gana dos cosas con esa decisión: algo de tiempo, mientras se mantiene la negociación con Esquerra, y explorar un posible plan B, que pasa, principalmente, por una abstención o voto a favor de los diez diputados de Ciudadanos. Como tercera derivada está que con todo ello indica a ERC que podría tener una alternativa.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez / EFE

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez / EFE

La 'buena cara' de ERC

Pero para Esquerra se trata de una verdadera cuestión de Estado. Arropar a Junts per Catalunya, defender el discurso de los postconvergentes para que se cuente con Torra, supone una cobertura para negociar con más garantías con el PSOE. Junto a esa decisión, ERC añade que se ha ofrecido a prestar sus senadores para que JxCat pueda formar un grupo propio en el Senado. Y que también abre las puertas del grupo ALE (Alianza Libre Europea) en el parlamento europeo a Carles Puigdemont y Toni Comín

Ese punto es crucial. Se trata de la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que el jueves 19 de diciembre se deberá pronunciar sobre la inmunidad de Oriol Junqueras, el líder de ERC, pero que, en realidad, podría tener un efecto decisivo en la figura de Puigdemont, que todavía no ha sido juzgado en España, y que podría optar al acta de diputado en Bruselas. Esquerra pone buena cara. Pero todo se puede torcer el día 19, porque la proyección de Puigdemont podría arruinar todo lo que han diseñado los republicanos en los últimos meses. Un dirigente republicano no oculta el hecho que se persigue: “Si no se ganan las elecciones autonómicas, si no hay un Gobierno presidido por el candidato de ERC, todo habrá sido en vano”. Y el único que puede impedir esa circunstancia es Puigdemont.

Vilalta, Rufián y Jové, de ERC, junto a la delegación del PSOE, con Ábalos, Lastra e Illa. Imagen del artículo 'Que nos cojan confesados' / EFE

Vilalta, Rufián y Jové, de ERC, junto a la delegación del PSOE, con Ábalos, Lastra e Illa. Imagen del artículo 'Que nos cojan confesados' / EFE

¿Tregua en el seno del independentismo?

Sin embargo, Pere Aragonès, el vicepresidente de la Generalitat y consejero de Economía, junto a Marta Vilalta y otros dirigentes, como la consejera de Justicia, Esther Capella, han comenzado a intuir que esa batalla en el campo independentista nadie la ganará por goleada. Esquerra deberá contar con ese espacio postconvergente en mayor o menor medida, aunque tenga en su cabeza un pacto con los comuns --un acercamiento que puede dar frutos en las próximas semanas con un acuerdo para los presupuestos del próximo año--. Y la estrategia es “proteger” a Junts per Catalunya.

En ese espacio, sin embargo, las reticencias son enormes. El propio Torra le ha restado valor a esa entrevista con Pedro Sánchez. “El problema no se resuelve con una llamada o con una entrevista, sino con decisiones, como hablar del derecho de autodeterminación”, señalan las fuentes cercanas a Torra. Pese a todo, Torra podrá decirle todo eso a Sánchez en la entrevista, la próxima semana. Y eso supone una válvula de escape de enorme valor para Junts per Catalunya. Y, de rebote, y ese era el objetivo, un respiro para Esquerra en su intento de llegar a un acuerdo con el PSOE que no provoque un verdadero alzamiento de sus bases, y del conjunto del independentismo.