Valls: “Hablo catalán con mi mujer, mi compañera”
El concejal de Barcelona y exprimer ministro francés señala que el PSC debe ser más claro, no parecer “equidistante” y "liderar el constitucionalismo"
5 octubre, 2019 00:00Manuel Valls (Barcelona, 1962) está centrado en la política española. Quiere que los grandes partidos constitucionalistas colaboren y lleguen a acuerdos tras las elecciones del 10 de noviembre. Por ello, no sigue de cerca lo que ocurre con los diferentes movimientos que reclaman el catalanismo. Entiende que no puede ser ya la solución. Lo hace desde el reconocimiento de su “catalanidad”. Valls señala, en entrevista con Crónica Global, que la vive intensamente: “Hablo catalán con mi mujer, mi compañera”, en alusión a Susana Gallardo --miembro de unas de las grandes familias de la burguesía catalana--, con quien se ha casado hace unas semanas.
Esa alusión de Valls la realiza para entrar de lleno en la cuestión del catalanismo. “Vivimos en Cataluña una crisis política, y eso genera siempre muchos movimientos. Después de la nueva política, que ha creado decepción, con la irrupción de partidos como Podemos o Ciudadanos, llega la vieja política. Pero yo no quiero participar en la creación de nuevas marcas. Entiendo lo que quieren hacer, tengo amigos en esas plataformas, sea la Lliga Democràtica o Liures, o ese movimiento de Poblet. Pero a veces me recuerda a esas antiguas discusiones de trotskistas, en iglesias, y esa nostalgia no me parece la vía posible. Creo que es un error”, sentencia.
Este sábado Valls participará en un gran acto de Societat Civil Catalana, que reivindicará la gran manifestación del 8 de octubre de 2017. En el evento, Valls señalará sus diferentes identidades, como “catalán, español, francés y europeo”. Eso es lo que le define y por lo que quiere trabajar en el futuro.
Valls ha llegado a varias conclusiones, desde que vive en Barcelona. Considera que Cataluña, de hecho, “está enferma de catalanismo, o de una parte de ese catalanismo”, tras la experiencia de los últimos 40 años. Para él “ser catalán es la mejor definición de ser español” y ha trazado una línea que cree que se deberá imponer a partir de ahora. “No podemos entrar en una zona light del nacionalismo, y se debe decir que no a un referéndum ni a consultas que parten las sociedades. Ocurrió en Francia en 2005 (con la Constitución europea), en Cataluña, y ha pasado en el Reino Unido con el Brexit, con una división del mapa polítco y de la sociedad".
Si algún movimiento catalanista puede tener futuro, a su juicio, es el que tenga “un vínculo potente con España”.
El papel del PSC
Ante eso surge la cuestión que debate una parte del llamado constitucionalismo: el papel del PSC. Valls cree que este partido, ante la pregunta de si constituye un problema o puede ser una solución, debe articular un mensaje más claro. “El PSC tiene que ser una de las soluciones, no un problema. Conozco los errores estratégicos en los años 90 y 2000, que fueron graves, y el llamamiento de los intelectuales, como Ovejero, Boadella, Espada o Francesc de Carreras, que acabaron fundando Ciudadanos. Pero para que el PSC sea una solución no puede sólo quedarse en la equidistancia, debe marcar claramente lo que es. Es un partido que ha tenido un papel muy importante en los últimos 40 años. Pero hay que decir que cuando surgió Ciudadanos se tildaba a sus impulsores de fascistas. El PSC no puede representar a toda la sociedad catalana. Debe, en cambio, liderar el constitucionalismo, dejar una posición equidistante y olvidar la ambigüedad sobre los indultos”.
Valls habla claro. Simpatiza con ese PSC, que forma parte de su familia política, de su cultura política, pero insiste en que la izquierda debe tener claro que no puede ser nacionalista. “Para mí es contradictorio ser de izquierdas y nacionalista, y eso está en la base de un partido, por ejemplo, como Esquerra Republicana”.
Sin la mirada en esos movimientos catalanistas, con la intención de que se pueda establecer en España algún gobierno sustentado en una coalición entre los grandes partidos constitucionalistas, Valls espera tener un papel determinante a medio plazo. Desde Barcelona. Por ahora.