Lo que pretende Bildu con su rechazo a Woody Allen
Los expertos consultados señalan que el veto de la formación confirma su “desprecio” a las garantías del Estado de derecho y su búsqueda por blanquearse a través de la causa feminista
13 julio, 2019 00:00El director de cine Woody Allen ha encontrado en España una suerte de refugio artístico, en el que no sufre el boicot comercial que se ha iniciado en otras latitudes como respuesta al presunto caso de abuso sexual a la hija adoptiva de su expareja Mia Farrow. Pese a que nunca se probó ante los tribunales y fue absuelto de todos los cargos, la sombra de la sospecha sigue sobrevolando su figura y, por este motivo, EH Bildu declinó asistir al acto de bienvenida al director estadounidense que se encuentra rodando en San Sebastián.
El hecho de que la formación abertzale se haya sumado a esta ola de indignación contra el realizador ha suscitado un nuevo debate entre pensadores que, más allá de resaltar cómo el principio de presunción de inocencia a menudo se quebranta, se cuestionan también el papel adoptado por un partido que no condena la violencia terrorista de ETA y, sin embargo, en este caso se ha postulado como defensor de una supuesta causa feminista situando a Allen como el adversario.
“En nombre del bien”
El periodista y escritor de La verdad de la tribu. La corrección política y sus enemigos (Ed. Debate), Ricardo Dudda, sostiene a instancias de este medio que “Bildu desprecia la democracia liberal y sus garantías” y que, en este sentido, no sorprende que “se sume a una turba que acusa sin pruebas solo para ganar una partida en una guerra cultural”.
Y es que el partido de Arnaldo Otegi busca renovar su imagen, dejando atrás su pasado, e integrarse en causas que cuentan con buena reputación, como es el feminismo. El profesor de ética en la Universidad Europea Miguel de Cervantes Miguel Ángel Quintana Paz esgrime que “uno de los pilares de nuestra civilización es el principio de presunción de inocencia”, pero que “en nombre de un bien (la defensa de las mujeres) hay cada vez más gente que está atacando ese principio”.
Verdad judicial y verdad material
Las acusaciones contra Woody Allen nunca fueron demostradas, ni por los médicos que asistieron a la hija adoptiva de la actriz ni por los tribunales. Asimismo, otro de los hijos adoptivos de la pareja, Moses Farrow, narró en una dura carta --traducida por Letras Libres al español-- un infierno de infancia junto a su madre, en la que uno de sus hermanos se suicidó y en la que sostenía que las acusaciones contra su padrastro [Woody Allen] eran infundadas.
Aunque el caso del director de Annie Hall dejó pocas dudas en los ámbitos judicial y médico, el hecho de que su hija, Dylan O’Sullivan Farrow, ahora ya mayor de edad, siga insistiendo en su culpabilidad ha hecho que crezcan las voces que desconfíen de lo demostrado en sede judicial. Uno de los argumentos más razonables en esta dirección es que la justicia es garantista y debe aplicar el principio in dubbio pro reo si no se puede probar la culpabilidad, pero que una cosa es la “verdad judicial” y la “verdad material” y que éstas no siempre coinciden.
Caza de brujas
No obstante, como explica Dudda mediante el concepto “pensamiento tribal” acuñado en su libro, la mayoría de los ataques contra Woody Allen tenían más que ver con una suerte de caza de brujas que con en la existencia de dudas razonables derivadas de la investigación y proceso judicial que se llevó a cabo. “Bildu se cree un partido de izquierdas, y por posicionamiento y una falsa sensación de justicia social, cree que tiene que denunciar a Woody Allen”, añade el autor.
Por su parte, Quintana Paz va más allá y cree que "hay que poner un freno al hipermoralismo", ya sea mediante la tipificación de "delitos del bien" en la que puedan ser "reos" todos aquellos que "en nombre del bien, despidan, veten, discriminen a una persona que luego se demuestre que es inocente".
Prescindir de la justicia
El profesor de ética recurre al concepto de “superioridad moral” para explicar cómo, a su juicio, ciertas formaciones como Bildu deciden “prescindir de la ley” y “desprecian a ciertas personas declaradas enemigas, a quienes dañan la vida”. "Todo ello envuelto en su convicción de que así logran superioridad moral”, remacha.
Se trata de relegar al ostracismo a los enemigos declarados aunque los tribunales los hayan declarado inocentes y llevar a cabo campañas para terminar con su actividad pública. Todo ello, en nombre de un “bien”.
España, refugio de Woody Allen
Lo cierto es que todas las acusaciones contra el director estadounidense, en el contexto del movimiento Me too, le han pasado factura profesionalmente. Amazon decidió no emitir la serie A rainy day in New York pese a haberse producido.
Ha sido en España, a través de la productora Mediapro, donde Allen está grabando su última película. Asimismo fue Madrid la ciudad elegida por el director para empezar su gira europea de jazz. De momento, solo los independentistas vascos han recurrido a su figura para conquistar nuevas simpatías.