Los Mossos d'Esquadra están investigando el ataque de Arran a la casa del juez Pablo Llarena. La policía autonómica ha iniciado pesquisas para esclarecer la agresión amenazante al apartamento del magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo en Sant Cugat del Vallès (Barcelona), que ha sido rociado con pintura amarilla esta madrugada.
Un portavoz de la policía catalana ha confirmado que los agentes ya han iniciado el trabajo de identificación de los autores, a la espera de que la presidenta de la escalera donde vive el magistrado, responsable en este caso de presentar denuncia, se persone en comisaría. Antes de ello, la misma fuente ha precisado que los efectivos han detectado las manchas de pintura amarilla usada por los radicales a las 7:40 horas de la mañana.
"No falló la seguridad"
En paralelo a las primeras pesquisas, el Ministerio del Interior se ha pronunciado sobre el acto vandálico. El departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska ha indicado que "no ha fallado ningún protocolo de seguridad" del juez y su esposa, que tienen una de sus residencias en Cataluña, aunque tuvieron que abandonar la región en verano debido al acoso al que los sometieron los grupos independentistas. Desde el Poder Judicial, por su parte, el aún presidente del Tribunal Supremo y presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, ha "condenado" el acto amenazante y ha insistido en que "hará todo lo posible" para proteger al magistrado.
Desde el campo político también han llegado las primeras condenas al acto de intimidación contra Pablo Llarena. El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha querido expresar su "más rotunda condena a esta salvajada de los comandos separatistas contra el juez Llarena". El también diputado en el Congreso ha subrayado que "los totalitarios siguen acosando impunemente a los defensores del Estado de derecho en Cataluña. [Pedro] Sánchez tiene que actuar ya y dejar de mirar hacia otro lado".
"Atacar el franquismo"
Por su parte, la portavoz de Arran, Núria Martí, ha justificado el acto vandálico contra la que dicen que es una residencia del juez Pablo Llarena en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) argumentando que "la juventud se tiene que dotar de las herramientas que tenga a su alcance para atacar un sistema judicial heredero del franquismo". Martí ha agregado que el magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo "es uno de los principales símbolos de la Justicia". Ha seguido la radical amenazando al juez indicado que "atacarán las veces que haga falta la justicia española y sus herramientas represivas".
Cualquiera que fueran las amenazas de Arran, lo cierto es que el grupúsculo radical juvenil, que ha atacado en los últimos meses todo tipo de empresas, infraestructuras e individuos contrarios a su ideología, como la sede del medio digital Crónica Global, ha encajado tres detenciones en las ultimas horas por presuntamente agredir a manifestantes del sindicato Jusapol en Barcelona el pasado 29 de septiembre. Los arrestados, que también pertenecían a los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR), fueron interceptados ayer por la Policía Nacional y han pasado hoy a disposición judicial.