El CTTI, centro de comunicaciones de la Generalitat de Cataluña, durante un registro de la Guardia Civil / EP

El CTTI, centro de comunicaciones de la Generalitat de Cataluña, durante un registro de la Guardia Civil / EP

Política

El francotirador de Terrassa vigiló el CTTI de la Generalitat

Manuel Murillo, que pretendía matar a Pedro Sánchez, monitorizó como guardia jurado el centro de comunicaciones del Govern durante las elecciones del 21 de diciembre

9 noviembre, 2018 08:18

El francotirador de Terrassa (Barcelona), detenido ayer por amenazar con un atentado contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, vigiló las comunicaciones de la Generalitat de Cataluña. Manuel Murillo Sánchez trabajó en el Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI), el ente que hizo el recuento de las elecciones autonómicas del 21 de diciembre e intentó hacer lo propio con el referéndum ilegal de secesión del 1 de octubre de 2017, antes de que las fuerzas de seguridad intervinieran el centro.

Murillo, según ha avanzado RAC1, trabajó como vigilante de seguridad en el organismo durante los comicios autonómicos del pasado año, periodo durante el cual realizó capturas de pantalla de la cámaras de seguridad para controlar las entradas y salidas de la instalación. Tras ello, las compartió con personas del entorno de la Guardia Civil. Los Mossos d'Esquadra, que detuvieron al tirador en septiembre cuando el tirador amenazó en un chat con atentar contra Sánchez, investigan ahora si el presunto terrorista trabajó también en el CTTI durante la consulta ilícita del 1-O.

Detenido

El tirador se encuentra en prisión provisional a la espera de juicio en el centro penitenciario de Brians II en Martorell (Barcelona) después de que una operación conjunta de los Mossos, Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía desbarataran sus intenciones terroristas. Los cuerpos de seguridad le encontraron hasta 16 armas de fuego en su casa, incluyendo un subfusil de fabricación checa, un fusil de asalto tipo Cetme y cuatro rifles de alta precisión capaces de abatir a una persona a 1.500 metros de distancia.

Manuel Murillo, el francotirador de Terrassa, en una imagen en las redes sociales / FACEBOOK

Manuel Murillo, el francotirador de Terrassa, en una imagen en las redes sociales / FACEBOOK

Manuel Murillo, el francotirador de Terrassa, en una imagen en las redes sociales / FACEBOOK

Al llegar a prisión, Murillo confesó sus intenciones terroristas. Admitió que había hablado de atentar contra Pedro Sánchez después de que el Gobierno anunciara la exhumación de los restos de Francisco Franco y su voluntad de trasladarlos a otro lugar que no fuera el Valle de los Caídos. Cualquiera que fueren sus intenciones, los posibles planes de seguridad del vigilante de seguridad de 63 años quedaron en nada cuando verbalizó sus intenciones en un grupo de Whatsapp. Uno de los miembros del chat privado leyó la conversación y alertó a las autoridades. Vox confirmó que la denuncia la hizo una coordinadora local del partido.

Investigado

En estos momentos, el tirador está siendo investigado por presuntos delitos de conspiración para atentar contra la autoridad con uso de arma, incitación al odio, amenazas graves y tenencia de armas, municiones y explosivos. El caso lo instruye el Juzgado de Instrucción número 4 de Terrassa (Barcelona), ya que la Audiencia Nacional descartó que los hechos fueran constitutivos de delito de terrorismo, lo que habría provocado que la causa recayera sobre en el tribunal especial.

Armas del francotirador de Terrassa contra Pedro Sánchez

Armas del francotirador de Terrassa contra Pedro Sánchez

Armas del francotirador de Terrassa contra Pedro Sánchez

Por su parte, el Gobierno informó tras conocerse la detención y entrada en prisión provisional de que la seguridad del jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, "no se había visto comprometida". Calificó la Moncloa de "incidente" los hechos y avisó que este tipo de amenazas pueden ser una constante, por lo que "hay que acostumbrarse". El equipo de Sánchez indicó también que seguiría "trabajando por la serenidad en el debate político", en una llamada a la calma y al sosiego.