Sanidad y Enseñanza, los dos búnkeres indepes a la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña. Los dos pilares del Estado del bienestar en la región serán las zonas que levanten más resistencia a la tutela autonómica, por diferentes motivos.
Hasta el momento, la intervención del Gobierno ha sido suave en la Consejería de Interior y los Mossos d'Esquadra, donde el mayor Josep Lluís Trapero la ha acatado de forma inmediata y ha cedido su puesto a Ferran López, exjefe de la Comisaría Superior Territorial.
En aulas y hospitales la transición de la tutela gubernamental hasta las elecciones autonómicas del 21 de diciembre será más problemática.
Educación, una 'exconsellera' dura...
En Enseñanza, la nueva presidenta de la región, a la sazón vicepresidenta y responsable de Presidencia del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se topará con una línea de hostilidad independentista que se extiende desde los sindicatos hasta la propia exconsellera.
No en vano, la antigua titular de la cartera, la independiente Clara Ponsatí, fue una de las grandes defensoras de la declaración unilateral de independencia (DUI) frustrada del pasado viernes, 27 de octubre.
A diferencia de otros exconsellers del PDeCAT, defendió la DUI el día anterior a su corta proclamación contra la posibilidad de celebrar elecciones en el territorio, algo que finalmente ocurrirá el 21D.
Fue un baluarte del referéndum ilegal del 1 de octubre con su propio cuerpo e incluso acabó herida en un colegio electoral: la propia sede del departamento en la Via Augusta de Barcelona.
...una intervención comedida...
El arrojo o temeridad de Ponsatí tiene un añadido: el Gobierno ha entrado con bisturí en Enseñanza. El nuevo Govern temporal de Soraya Sáenz sólo se ha cargado a ocho altos cargos, cinco de los cuales vinculados a la comunicación o protocolo.
Son Enric Domingo, jefe de prensa; Gerard Piñol, de protocolo; Ima Mis, jefa de Gabinete; Maria del Pilar Sarroca, jefa de la secretaria de la exconsejera, y Pol Xart, jefe de Relaciones Institucionales.
También han dejado su silla los asesores Lluís Font, también presidente del Consejo Escolar de Cataluña, Xavier Bosch y Ana Jolonch.
En otras palabras, la mayoría de la estructura de la Consejería se mantiene, con el duro Lluís Baulenas como secretario general.
...y unos sindicatos hostiles
A esta jerarquía refractaria al 155 se le suma la oposición profesional. El mayor sindicato de profesores, Ustec, anunció el sábado que "no reconocerá como interlocutores a aquellas personas que no sean representantes de la voluntad popular", en referencia a la tutela del Gobierno.
La posición radical de la agrupación, cercana a ERC, no encontró eco en CCOO y UGT. No obstante, estos dos sindicatos sí participaron en las movilizaciones que, bajo el lema No ens toqueu l'Educació (No nos toquéis la enseñanza), se opusieron ex-ante a la intervención.
Por último, la gestión gubernamental de la autonomía topará con la oposición de parte de los estudiantes. Su mayor representación social, Sindicato de Estudiantes (izquierda) y SEPC (independentista) ya han anunciado su rechazo al 155.
Sanidad: llega Dolors Montserrat
En el otro pilar del bienestar en Cataluña, la sanidad, la gestión de la nueva titular de las competencias de la cartera autonómica, la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, tampoco lo tendrá fácil.
El Gobierno ha cesado ya a nueve personas de la Consejería. El primero en caer fue Toni Comín, conseller de Sanidad (ver decreto aquí), el viernes 27 de octubre.
Con el republicano perdieron su silla su jefe de prensa, Marc Bataller; el responsable de Comunicación Institucional, Eduard Illa; el de Comunicación Estratégica, Guillem d'Efak Fullana, y los jefes de las Oficinas de Relaciones Institucionales y Protocolo, Miquel Casares y Ana Maria Mas.
Asimismo, dejaron su puesto Marc Ramentol, responsable de Análisis y Estrategia y Elvira Duran, jefa de la oficina de la secretaría del exconsejero.
Silencio hostil
Los cambios en el departamento de la Generalitat que más presupuesto consume --8.876,1 millones en 2017-- han sido recibidos con un gélido silencio por parte de los estamentos colegiales y sindicales.
El todopoderoso Colegio de Médicos de Barcelona (COMB) no ha dicho esta boca es mía desde la crisis que provocó la DUI el pasado viernes 27. Su presidente, Jaume Padrós, sí ha tuiteado de forma insistente contra la tutela gubernamental.
Antes, el Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña (CCMC) se había significado contra el artículo 155 el pasado 25 de octubre en un comunicado público (ver aquí), en el que anunciaba su "inquebrantable apoyo al Govern, al Parlament y a sus representantes escogidos democráticamente".
También lo hizo la patronal Unió Catalana d'Hospitals (UCH). En un terreno más gris quedaron ACES y el Consorci de Salut i Social de Catalunya (CSC).
Oposición de los 'pesos pesados'
Los principales sindicatos del sector, Metges de Catalunya, Satse, CCOO y UGT también se han movido entre el no a a la intervención (caso de Metges, CCOO y UGT) y la necesidad de trabajar para preservar la "convivencia" en el territorio (Comisiones).
En el resto del sector, pesos pesados de la sanidad catalana sí se han significado contra la tutela gubernamental. Lo ha hecho, por ejemplo, el Cercle de Salut, que reúne a profesionales de prestigio del sector, con un duro comunicado (ver aquí) contra el 155 y por la libertad de los Jordis.
Su vicepresidente, Lluís Bohigas, se ha mostrado muy activo en las redes, igual que otros notables de la medicina catalana, como el director general del Hospital Clínic Barcelona, el doctor Josep Maria Campistol.
También mostró su apoyo público a la breve República Catalana la exconsejera del ramo, Marina Geli. Con posterioridad, la socialista soberanista matizó su posición y pidió "intervenir en las causas de la situación de Cataluña y España con racionalidad".
La normalidad decidirá
Las manifestaciones públicas de algunos de los directivos o antiguos gestores del sistema sanitario catalán contra la aplicación del artículo 155 no signfiican que el sector se disponga a presentar batalla contra la tutela.
De hecho, la representación profesional de los más de 30.000 empleados del Instituto Catalán de Sanidad (ICS), el gran proveedor público de servicios sanitarios en el territorio, está mucho menos politizada que en la enseñanza.
Asimismo, dos factores ayudarán a mantener la normalidad en el terreno asistencial: el repunte de la actividad en hospitales y centros sanitarios por la llegada del invierno y los ingentes deberes sobre la mesa en materia de recuperación de derechos laborales y reversión de recortes.
En el campo patronal, una jornada el jueves en el Colegio de Médicos de Barcelona (COMB) sobre el futuro de la sanidad privada ayudará a tomar el pulso sobre qué nivel de tolerancia o rechazo a la intervención se respira en el sector.