Sáenz de Santamaría exige más agenda institucional en Cataluña
La vicepresidenta abre hoy en Barcelona un intenso calendario de visitas con la vista puesta en el mundo empresarial y la oferta de una mejor financiación
17 noviembre, 2016 00:00Una agenda más institucional y menos política. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, prepara su desembarco en Cataluña con la vista puesta en los principales poderes económicos de una comunidad cuyo proceso secesionista se ha convertido en el principal problema del nuevo Ejecutivo de Mariano Rajoy. A modo de aperitivo, Sáenz de Santamaría asiste hoy a la entrega de medallas de honor de la patronal Foment del Treball, acto en el que también estarán presentes el rey, Felipe VI, y el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.
Según ha podido saber Crónica Global, la número dos del Gobierno español quiere que sus visitas sean vehiculadas a través de la Delegación del Gobierno en Cataluña y no tanto por el partido. De esta forma, la responsable de administraciones públicas quiere llevar a la práctica la idea de que Cataluña es España de forma desacomplejada. No será extraño, por tanto, que en los próximos meses, decisivos en el procés, se celebren reuniones de ministros en la comunidad catalana. O cumbres internacionales tuteladas por el Ejecutivo autonómico.
Junqueras, interlocutor
Fuentes del Partido Popular admiten que, ahora que la crisis económica remite, “Cataluña es el principal problema que se debe abordar. Y el primer paso es ofrecer un nuevo sistema de financiación mejorado”. Aseguran que desde el Ministerio de Hacienda están dispuesto a buscar un modelo que permita a esta comunidad tener más ingresos, pero para ello, deben medir muy bien el discurso para evitar que se subleven los barones territoriales. Por rango y por contenido, se impone que el interlocutor de Sáenz de Santamaría será el vicepresidente catalán, Oriol Junqueras, con quien ya ha mantenido encuentros en el pasado.
El Gobierno secesionista viene denunciando desde hace años un supuesto “expolio fiscal” que el Estado matiza, admitiendo, no obstante, que es necesario dotar a Cataluña de un modelo de financiación más justo. De momento, el presidente Puigdemont se niega a acudir a la reunión de los presidentes autonómicos, convocados para hablar precisamente de financiación. La Generalitat afirma que no quiere contribuir a una “sesión de chapa y pintura”.