Los independentistas se alían con el PP en materia fiscal
En plena negociación presupuestaria con la CUP, Junts pel Sí (CDC-ERC) vota junto a los populares en contra de la subida de impuestos para las rentas más altas
11 noviembre, 2016 00:00La política fiscal se ha convertido en el punto débil del Gobierno catalán. En plena negociación de los Presupuestos de la Generalitat de 2017, Junts pel Sí, la coalición formada por CDC y ERC, se ha alineado con el PP para impedir que prosperen en el Parlamento catalán propuestas a favor de subir los impuestos para las rentas más altas. A pesar de que, hace unos meses, el vicepresidente catalán Oriol Junqueras (ERC) intentó impulsar medidas de este tipo que también avala la CUP --tuvo que dar marcha atrás para evitar un cisma con CDC--, los republicanos han preferido evitar que se visualizara una división con sus socios de Gobierno y han votado junto al PP en el pleno celebrado esta semana en la Cámara catalana.
Los votos de JxSí y PP han impedido que prosperara la mayor parte de una moción presentada por el PSC que instaba al Gobierno catalán a presentar un Proyecto de Reforma fiscal orientado a lograr un sistema más justo y progresivo que permita, a la vez, ampliar los recursos propios. La proposición pasaba por la modificación del tramo autonómico del IRPF para incrementar el tipo a las rentas más altas; la modificación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones para volver a los ingresos de 2008; la modificación del Impuesto de Patrimonio como paso previo al establecimiento de un impuesto de grandes fortunas, y la mejora de figuras impositivas como una imposición medioambiental o sobre las viviendas vacías, o recuperar el impuesto sobre depósitos bancarios.
La propuesta de los socialistas fue apoyada por Catalunya Sí Que Es Pot y la CUP, mientras que los diputados de Ciudadanos se abstuvieron.
Diálogo exclusivo con la CUP
La portavoz adjunta del Grupo Socialista, Alicia Romero, lamentó que JxSí no quiera dialogar con la oposición sobre los nuevos Presupuestos y prefiera encomendarse a las asambleas de la CUP. También subrayó la alianza entre los independentistas y los populares.
El Gobierno de Carles Puigdemont centra sus negociaciones sobre las cuentas de 2017 exclusivamente con la CUP, que vetó la aprobación de los Presupuestos de 2016. Ello dio lugar a que el presidente catalán se sometiera a una cuestión de confianza, que superó después de prometer a los radicales que convocaría un referéndum sobre la independencia de Cataluña en septiembre de 2017. Sin embargo, Puigdemont advirtió de que no pondría las urnas sin nuevos presupuestos.
Ambas partes negocian reformas fiscales y, según se supo ayer, la Generalitat trabaja en un nuevo impuesto sobre activos no productivos de personas jurídicas (empresas). El secretario de Hacienda, Lluís Salvadó, ha descartado que sea un impuesto a las grandes fortunas, sino un tributo para evitar el fraude fiscal en bienes de particulares que atribuyen a empresas para evitar pagar el Impuesto de Patrimonio, como pueden ser viviendas, embarcaciones y aviones.
También se prevé modificar el IRPF para rebajar la deducción por compra de vivienda para personas con rentas superiores a 30.000 euros e incrementar los tipos del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales para adquisiciones de inmuebles de más de un millón de euros.