Puigdemont y Romeva, peleados por el fracasado viaje a Bruselas
El consejero de Exteriores y el “embajador” en la UE Amadeu Altafaj desaconsejaron la visita tal como se había planeado, pero Presidencia presionó para hacerla
4 mayo, 2016 22:57La diplomacia catalana, uno de los pilares del proceso secesionista, se resquebraja. El fracasado viaje de Carles Puigdemont a Bruselas ha provocado un enfrentamiento entre Presidencia de la Generalitat y la Consejería de Asuntos Exteriores, dirigida por Raül Romeva.
Según han explicado a Crónica Global fuentes próximas a las instituciones europeas, tanto Romeva como el delegado permanente del Govern en la UE, Amadeu Altajaf, aconsejaron a Puigdemont que no realizara ese viaje, conscientes de que los mandatarios europeos darían un portazo al dirigente independentista.
Erre que erre
Pese a esos avisos, los asesores de Puigdemont insistieron en esa visita y en la necesidad de pedir entrevistas con los presidentes de la Comisión Europea y del Parlamento europeo, dos vicepresidentes y un comisario. “A la hora que sea y como sea”, fue la consigna del núcleo duro de Presidencia.
La confesión implícita de Mas
Romeva, que tiene experiencia como eurodiputado, y Altafaj, que tiene en su haber un amplio bagaje diplomático, sabían de antemano que las posiciones secesionistas impedirían contactos al más alto nivel. A regañadientes, Altafaj fue el encargado de solicitar vía email esas reuniones, que nunca se produjeron.
Puigdemont siempre ha negado haber hecho solicitud alguna, a pesar de que la portavoz comunitaria Mina Andreeva, desveló que sí se había hecho, al menos, la petición de entrevista con Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión. Asimismo, las recientes declaraciones del expresidente Artur Mas, acusando al Gobierno de España de presionar a las instituciones europeas, supusieron una confesión implícita de esa intentona de la diplomacia catalana.
Mas y Durao Barroso
Se da la circunstancia de que Mas fue recibido en 2011 por el entonces presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. Pero en esas fechas, el líder de CDC no había abrazado todavía la causa rupturista. Un año después, consumado ya ese giro separatista, volvió a la capital belga, ya sin agenda institucional.
El cruce de tuits entre Pere Martí, jefe de prensa de Carles Puigdemont y la Comisión Europea también es muy revelador de las tensiones que ha generado ese reciente viaje a Bélgica. Mientras Martí aseguraba que “los portavoces de Juncker (actual presidente de la Comisión Europea) nunca hacen públicos que mandatarios rechaza recibir”, la propia Comisión respondía: “Siempre que en sala de prensa nos preguntan por reuniones pedidas al presidente, como es el caso, contestamos”. Demoledor.
A pesar del portazo de las instituciones europeas, que ayer centró la sesión de control celebrada en el Parlamento catalán --Puigdemont volvió a negar la mayor y mantuvo una agria discusión con el popular Xavier García Albiol--, el viaje a Bélgica había levantado muchas expectativas mediáticas, cuando en realidad se limitaba a ser una simple reunión con independentistas flamencos en Amberes y Gant.
Cena en Londres
Mucho más modesto es el próximo viaje que Romeva y Puigdemont, condenados a entenderse, realizarán a Londres el 11 de mayo para participar en una cena-coloquio organizado por catalanes residentes en la capital británica. El ágape no es barato, 35 libras para los socios y 40 para quienes no lo son. Se desconoce el menú, quizá algo más sofisticado que la tortilla con patatas, el jamón y la empanada gallega que Puigdemont ofreció al personal de su “embajada” en Bruselas. Un toque muy español.