Política

"Mientras la Formación del Espíritu Nacional de los años de Franco no dejó rastro en la conciencia de los escolares, no puede decirse lo mismo de la educación histórica de las últimas generaciones en Cataluña en palabras del hispanista (no unionista) John Elliott, 'ya hay una generación en el Este de España que corre el peligro de alcanzar la madurez bajo la impresión de que la historia de su tierra de nacimiento termina en las orillas del Ebro'. Aquí se lleva tiempo rompiendo los platos, y se ha hecho con método"

20 enero, 2015 16:54

Alfredo Pastor, profesor de Economía del IESE, en un artículo publicado este martes en La Vanguardia:

"Este artículo aparecerá siguiendo a otros con los que tiene, creo, un punto común: que el llamado proceso no llegará a buen puerto. No pasa de ser una hipótesis, que de llegar a ser cierta puede crear tanto malestar en nuestro país, que parece prudente ir preparando el terreno para prevenirlo.

[...] La unidad es lo único que nos permitirá preservar lo que somos, o algo de lo que somos, en el mundo del futuro próximo. Europa misma duda de su papel en ese futuro ¿y no ha de dudarlo España? España estaría perdida sin Europa, y lo tendría más difícil sin Cataluña. ¿Y esta? Acostarse en España y despertarse como Suiza, Austria o Dinamarca es, sencillamente, un sueño. La premisa, un axioma en el resto de España, no será fácilmente aceptada en Cataluña, donde por espacio de una generación se ha empleado a menudo la enseñanza de la Historia como lo que fue en sus orígenes, un instrumento de formación de la ciudadanía, y en especial de la conciencia nacional: la fragmentación política ha sido precedida por la fragmentación histórica. Mientras la Formación del Espíritu Nacional de los años de Franco no dejó rastro en la conciencia de los escolares, no puede decirse lo mismo de la educación histórica de las últimas generaciones en Cataluña en palabras del hispanista (no unionista) John Elliott, 'ya hay una generación en el Este de España que corre el peligro de alcanzar la madurez bajo la impresión de que la historia de su tierra de nacimiento termina en las orillas del Ebro'. Aquí se lleva tiempo rompiendo los platos, y se ha hecho con método".