Llegó el 6F y, con él, la escena que, reconozco, pensaba que jamás se daría: Pedro Sánchez se reunió con el president inhabilitat en el Palau de la Generalitat en el primer acto de una ronda de encuentros del presidente con otros actores políticos y sociales de Cataluña para diluir el impacto de tan... llamativa escena. Puro postureo por parte de unos y de otros. Palabrería. Gestos. Y posado, como la Obregón en sus años mozos. ¿Y los CDR? Misterio.
Sánchez sabe cómo se las gasta el independentismo activo. Lo sufrió en sus carnes el ya lejano 21 de diciembre del 2018, cuando reunió al Consejo de Ministros en Barcelona y vivió el ambiente festivo que prepararon los manifestantes para recibir al Gobierno. Y lo ha visto por televisión en los últimos meses, en especial tras la sentencia del procés, cuando unos nois molt macos vandalizaron las calles de Cataluña. O algo más que eso.
Sin embargo, este jueves la mar estaba en calma en la plaza Sant Jaume. Qué raro. ¡Si el poble de Catalunya no desaprovecha una oportunidad para hacer ruido! ¿Dónde estaban los CDR, Tsunami Democràtic, ANC, Òmnium y otros grupúsculos agitadores? En casa. Siguiendo el encuentro por televisión. Aquí hay gato encerrado.
Algunas webs separatistas se percataron de esta desmovilización. Solo algún despistado, algún verso libre se preguntaba minutos antes de la reunión Sánchez-Torra si no había nada convocado, como alentando a otros activistas. Que si iban a dar una imagen de normalidad.
Del mismo modo, un payaso (de profesión, sin descalificar a nadie) comentó momentos antes de la cumbre –y cuando ya se conocía la nula movilización– que nadie saliera a la calle a hacer ruido, que el jaleo es la imagen que quieren los antiindependentistas. A pesar de todo, algún ciudadano se acercó a recibir a Sánchez. Por lo demás, las redes sociales eran un desierto. Como si la tierra se hubiera tragado al independentismo activo.
No creo que sea por falta de gente: en Meridiana, por ejemplo, un reducido grupo de mayores y aburridos lleva más de tres meses cortando el tráfico al anochecer. Lo que me lleva a sospechar, como ya se rumorea en algunos corrillos, que estas manifestaciones espontáneas del poble están orquestadas si no por el Govern, por algunos partidos políticos. Vamos, que de espontáneas no tienen nada.
¿Cómo es posible que los CDR, entre los que figuran familiares y amigos de Torra y a quienes el president inhabilitat ha alentado en otras ocasiones, se quedasen en casa? ¿Y el Tsunami Desaparegut? Tal vez a algunos, mientras dialogan y tratan de negociar, no les interesa ahora que haya lío. Gestos y más gestos. Con las elecciones catalanas en el horizonte. ¿Dónde están los CDR? ¿Los CDR dónde están?