Esta semana, el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat (CEO) --dirigido por el exdirigente de Òmnium Cultural Jordi Muñoz-- ha publicado una encuesta para --entre otras cosas-- medir el apoyo en Cataluña a la inmersión lingüística escolar obligatoria exclusivamente en catalán.

Sin embargo, se trata de un burdo ejercicio de propaganda realizado desde el Govern para tratar de contrarrestar las últimas sentencias de los tribunales que confirman (en realidad, hace años que lo hacen) que la inmersión es ilegal y ordenan impartir de inmediato, al menos, un 25% de las clases en español.

Este sondeo nos ha permitido ser testigos privilegiados de cómo se fabrica un bulo en política, cómo el nacionalismo catalán construye un mito en base a mentiras o manipulaciones.

A saber.

1. Pregunta capciosa. La cuestión planteada por el CEO induce a contestar a favor. En concreto, el enunciado dice: “¿Hasta qué punto está de acuerdo o en desacuerdo con las siguientes medidas para promover el catalán?”. Y el primer enunciado en valorar indica: “Defender el modelo actual de inmersión lingüística en la escuela”. Promover el catalán, defender, escuela… conceptos positivos que hacen parecer que la inmersión también sea positiva. ¿Quién se va a oponer a “promover el catalán”?

2. Desconocimiento de lo que es la inmersión. Hay mucha gente que ni siquiera sabe lo que es la inmersión. Que cree que la inmersión es un modelo bilingüe en el que se dan más clases de catalán que de castellano. Ayer mismo, mantuve la siguiente conversación con una periodista catalanohablante y originaria de un pueblo de Tarragona: –¿Tú estás a favor de que en los colegios catalanes se impartan dos o tres asignaturas en castellano? / –Sí, claro. / –Entonces, ¿estás en contra de la inmersión? / –¡No, no! ¡Yo estoy a favor de la inmersión, a favor de proteger el catalán!

¿No sería más razonable preguntar sobre el modelo que se prefiere, no sobre el modelo que hay? Por ejemplo: ¿Qué modelo lingüístico prefiere en las escuelas? a) Monolingüe en castellano;  b) Monolingüe en catalán; c) Bilingüe en catalán y castellano. O por ejemplo: ¿Está de acuerdo en que se imparta alguna/s asignatura en castellano?. O tal vez: ¿Está de acuerdo en que se imparta, al menos, el 25% de las clases en castellano?

Es evidente que preguntar por inmersión cuando mucha gente desconoce que se trata de la exclusión absoluta del español como lengua vehicular de las asignaturas no lingüísticas es una forma de distorsionar la encuesta. Además, la palabra inmersión se ha convertido en tabú por parte de los partidos nacionalistas --y durante mucho tiempo, también por los terceristas--, y ha calado el mensaje de que oponerse a ella es ir contra el catalán.

3. Muestra sesgada. La muestra utilizada tiene un evidente sesgo a favor de los catalanohablantes, que según todos los estudios --también este-- son los más partidarios de la inmersión. Así, pese a que, según la Encuesta de usos lingüísticos de la población 2018 del Idescat (la última disponible, con una muestra de 8.780 encuestas) el 36,1% tiene el catalán como lengua habitual frente al 48,6% que tiene el castellano (y el 36,3% tiene el catalán como lengua de identificación frente al 46,6% el castellano), la muestra utilizada por el CEO (mucho menor, con 1.929 entrevistados, todos ellos por internet) refleja que el 37,6% tiene el catalán como lengua propia y solo el 39,4% responde que el castellano.

4. Datos tergiversados. En su dosier de prensa, el CEO concluye que el 76% de los encuestados está “muy o más bien de acuerdo” con defender la inmersión, frente al 24% que están en desacuerdo. Sin embargo, ese dato es falso. Si se acude a las tablas estadísticas se puede comprobar que los que están “muy o más bien de acuerdo” suman el 68,5%, frente al 21,7% que está en desacuerdo y el 9,8% que no lo sabe. Pero el dosier de prensa omite el dato de los que no se posicionan y reajusta los porcentajes. Así llega a un 76%, mucho más goloso mediáticamente que el 68,5% real.

5. Otros estudios indican lo contrario. Una reciente encuesta a 1.500 personas (realizada en octubre pasado por tres investigadores universitarios) apunta exactamente lo contrario que el CEO: prácticamente nadie defendía una educación monolingüe en catalán --es decir, la inmersión-- y tan solo había variaciones entre el porcentaje en español que resultaba razonable para los votantes de cada partido (entre el 19% de los de la CUP y el 41% de los de Cs, con una media del 26%). Otros sondeos anteriores dejan en el 14,4% los que apoyan un modelo de una sola lengua vehicular.

6. La prensa seria compra el bulo y lo amplifica. El último paso en la construcción del bulo cuenta con la necesaria colaboración de la prensa supuestamente seria. En este caso, La Vanguardia. La primera frase de su información de este miércoles sobre la encuesta del CEO decía así:Casi el 80% de los catalanes (el 76%) se muestran a favor de la inmersión lingüística según la última encuesta del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) de la Generalitat que también pregunta sobre la vacunación”. Así, lo que empezó con un 68,5% (con una pregunta capciosa y una muestra sesgada), el CEO lo elevó al 76% por arte de birlibirloque y el principal diario catalán lo redondea a “casi el 80%”. Esa será la nueva cifra que tertulianos y opinadores repetirán como papagayos hasta tatuarla en el imaginario colectivo catalán para intentar vender que casi todos los catalanes apoyan la inmersión.

Lo dicho, así se fabrica un bulo sobre la inmersión.