O, mejor dicho, sustituta. En 2025, los catalanes volveremos a presenciar unas elecciones de las que nadie habla. Si este año son las autonómicas y europeas, el próximo año observaremos como espectadores cómo los más de 40.000 médicos catalanes renuevan la junta de Gobierno del Colegio de Médicos de Barcelona (COMB).
Y, a esos comicios, el actual presidente, el todopoderoso doctor Jaume Padrós, ya no se presentará. Eso sí, el facultativo y cargo colegial ya tiene reemplazo: Elvira Bisbe, la vicepresidenta de la influyente institución.
Se espera que el grupo de Padrós llegue a los comicios con la misma preparación que en 2021, mayor si cabe. Hace tres años, los padrosistas barrieron a sus rivales, que no lograron hilvanar una lista de oposición a su junta. Fue un paseo triunfal. Y eso que la cita electoral comenzó con polémica: la fecha de las elecciones, considerada favorable a la candidatura continuista, despertó polémica. Pero no hubo alternativa.
En el 2025, si no se avanzan los comicios colegiales, el COMB volverá a votar a un padrosista. En este caso a una, pues la doctora Bisbe se postula como sustituta de Jaume Padrós. Y, huelga decir, continuista con la trayectoria firmada hasta ahora.
Una senda que ha gustado a muchos, sobre todo a los nacionalistas, aunque no exclusivamente. El Colegio se ha confirmado como otra consejería del Govern sin las responsabilidades ni la fiscalización que tiene un departamento de la Generalitat. Ha bendecido políticas y ha condenado otras. Ha gozado de un púlpito único, casi unívoco, en política sanitaria en Cataluña.
En paralelo a su trabajo colegial, que seguro que desempeña correctamente, ha obrado de lobi. El Colegio ha sido el ente a consultar por las Administraciones públicas. Y eso dice más de ellos que de otras instancias: han ganado una posición que sus críticos no tenían.
Pero hay capítulos menos decorosos. El COMB echó a su responsable de formación, el doctor Álex Ramos, de forma escandalosa en la primavera de 2021. Ramos, además de galeno y cargo colegial, era vicepresidente de Sociedad Civil Catalana (SCC). Pocos, casi nadie, alzaron la voz en favor del destituido.
Antes, en 2020 y en plena pandemia, la institución vetó la ayuda de otro médico crítico: el cardiólogo Manuel Galiñanes, cesado por el Govern de Artur Mas por criticar los recortes en salud en el Hospital Universitario Vall d'Hebron de Barcelona.
Fueron dos muestras de que el COMB, si bien muy profesional en otros campos, ha virado hacia el sectarismo y la endogamia en algunos momentos. Se ha notado demasiado de qué pie calza la junta. Cuando lo natural hubiera sido que no se notara. Pero no fue así.
Padrós y su equipo se posicionaron hacia un costado de la sociedad catalana, el nacionalista, cuando el conjunto de la ciudadanía, y de la comunidad médica, es plural y atesora ideologías diversas. Eso sí, en su descargo puede alegar que le votaron los médicos. Point taken.
Pero el momento es otro. Cataluña ha enterrado el procés independentista, y el 12 de mayo los ciudadanos votarán si clavan el último clavo en ese ataúd. Mientras, el Colegio ha quedado anclado en la pantalla anterior.
Por eso, las elecciones del COMB el próximo año son importantes. Aunque nadie hable de ellas, son cruciales. A la espera de saber qué candidatos y candidatas se presentan, ya hay una in pectore: Elvira Bisbe. Conoce la casa y la pata económica: es consejera de Grup Med Corporatiu, el sector negocios del Colegio, desde 2013.
Ahora, falta esperar si le sale rival, y con qué programa. Estaremos pendientes.