Una vez que los cabecillas del procés han sido indultados y que todos los implicados van camino de ser blanqueados mediante la amnistía, el independentismo ya tiene vía libre para rearmarse y preparar la próxima ofensiva.
Así, agazapados en sus cuarteles de invierno a la espera de tiempos mejores, los muñidores nacionalistas hilvanan las estrategias venideras. Y, en esos planes, el victimismo tiene un papel relevante, como ya ocurrió hace más de una década.
¿Se acuerdan del català emprenyat contra el que, presuntamente, los perversos madrileños, castellanos y andaluces conspiraban cada mañana para esquilmar, maltratar y humillar? Pues ya lo han desempolvado y pronto será el protagonista de los discursos del catalanismo más rancio.
Para muestra, un botón. El pasado 27 de diciembre, el digital nacionalista On Economía titulaba así: El Gobierno hará pasar el corredor mediterráneo por Madrid: remodela la estación de Vicálvaro. Un día después, Pilar Rahola secundó el bulo en su cuenta de Twitter: “No, no es una inocentada”.
¿Hará pasar? Hombre. Hace décadas que el Corredor Mediterráneo pasa por Madrid. Así lo reflejan los mapas oficiales de la Comisión Europea. Pero hay que hacerse pasar por víctima y recuperar el “España nos roba”, el “España nos maltrata”.
Recuerdo una tertulia en TV3 de febrero de 2017. Antes de empezar mi mesa, la escritora Empar Moliner hacía un breve monólogo sarcástico en el que, frecuentemente, el mensaje venía a ser: España, caca. Aquel día, ironizó sobre que se hubiesen destinado fondos del Corredor Mediterráneo a unas obras ferroviarias en Madrid.
Cuando tocó mi turno, le corregí y le expliqué que el Corredor Mediterráneo, tal y como lo definía la Comisión Europea, pasaba por Madrid. De hecho, es un corredor ferroviario que la UE considera prioritario que va desde la frontera entre Hungría y Ucrania hasta Algeciras, pasando por Budapest, Zagreb, Venecia, Milán, Turín, Lyon… con diferentes ramales. En España, hay dos ramales. Uno recorre la costa desde la frontera con Francia hasta Algeciras. El otro, transcurre en paralelo por el interior, desde Tarragona, pasando por Zaragoza, Madrid y Sevilla para acabar en Algeciras. Los dos ramales forman parte del Corredor Mediterráneo en España.
Tanto Moliner como Pepe Antich se mofaron de mí. ¡Cómo iba a pasar el Corredor Mediterráneo por Madrid! Hasta el programa de humor de TV3 APM se apuntó a las burlas contra mí.
Una semana después, les llevé a la tertulia el mapa oficial de la Comisión Europea. Un plano gigante que imprimí para la ocasión. Y entonces ya no hubo tantas risas.
Siete años después, siguen con lo mismo: ¡Qué escándalo, dicen que el Corredor Mediterráneo pasa por Madrid!
Pues, sí, el Corredor Mediterráneo pasa por Madrid. Por mucho que el nacionalismo quiera utilizarlo para alimentar su victimismo.
Ya verán cuando se enteren de que España se baña en el Mediterráneo.