Habemus gobierno. Pedro Sánchez ha superado esta semana una sesión de investidura tensa, ha reeditado la presidencia del Gobierno con una mayoría absolutísima que a ver cómo mantiene en los próximos años, ha jurado defender la Constitución ante el Rey (a ver si no patina en eso) y se están repartiendo los ministerios. Todo ello, en unos cuatro días intensos.

España da el disparo de salida de la legislatura de la amnistía. Junts y ERC han conseguido su gran objetivo, el perdón que se resisten a reconocer en público (en el mindset indepe equivale a una humillación ante el Estado). La ley echa a andar en las Cortes, aunque su destino es Europa.

PP y PSOE ya han movido sus cartas en Bruselas, hogar de Carles Puigdemont, para que la Comisión se pronuncie sobre su encaje en el ordenamiento jurícico comunitario. El responsable europeo de Justicia, Didier Reynders, ya ha pedido información al Gobierno sobre la norma que se empieza a tramitar. Como este anuncio levantó polvareda en España, matizó que no estaba “preocupado” por una ley que ha sido moneda de cambio para la investidura y que su papel se limitaría al de analizar el redactado y reunirse con el Ejecutivo de Sánchez.

En Europa se hablará de cómo se amnistiará a los líderes independentistas que se autodeterminaron de forma simbólica en 2017 y a otros encausados por cuestiones paralelas (queda en el aire saber a dónde llega esto).

No es la única aportación española al debate comunitario para desbloquear la nueva investidura. También hemos exportado la petición de que el catalán sea una lengua oficial. Cuestión que, por ahora, ha sido debatida durante 5 minutos en las instituciones comunitarias.

Ambos temas centrarán el interés político de nuestro país durante los próximos meses e incluso años. Mientras, tanto la Eurocámara como la Comisión siguen con su agenda habitual.

Esta misma semana se ha avanzado en el proyecto de reglamento comunitario de prevención y lucha contra el abuso sexual infantil online. La Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos Internos del Parlamento Europeo ha aprobado con el apoyo de todos los grupos políticos el informe sobre el reglamento que desarrolla la normativa. Y lo ha liderado un eurodiputado español, el popular Javier Zarzalejos.

Otra iniciativa con cierto cariz patrio es la petición que se ha promovido a través de la plataforma WeMove de dotarse de una directiva contra la violencia machista y doméstica que fije unas bases igualitarias para todos los países miembros. Se ha lanzado en colaboración con el Lobby Europeo de Mujeres y la recogida de firmas avanza rápido. Para promocionar la campaña, han contado con el trabajo de la ilustradora española Moderna de Pueblo que ya se ha viralizado en redes sociales.

Por todo ello, hay motivos para el optimismo. Los españoles, con el énfasis que cada uno ponga a esta etiqueta, no sólo exportamos amnistía y debate procesista a Europa.