La UE despacha en cinco minutos el debate sobre la oficialidad del catalán al no tener la evaluación de España
- La Unión Europea todavía espera la evaluación legal, financiera y práctica que reclaman los socios a España para examinar a fondo el asunto
- Varios países temen un "efecto dominó" que aliente a otras lenguas minoritarias como el corso en Francia o el ruso en los países bálticos a reclamar para ellos el mismo estatus
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El debate de este miércoles sobre el reconocimiento del catalán, el vasco y el gallego como lenguas oficiales de la Unión Europea (UE) se ha resuelto en menos de cinco minutos sin que ninguno de los ministros presentes en Bruselas tomara la palabra, después de escuchar la exposición del secretario de Estado para la UE, Pascual Navarro. El motivo es que todavía sigue pendiente la evaluación legal, financiera y práctica que piden los socios para examinar a fondo el asunto.
El punto incluido por la presidencia española en el Consejo de Ministros europeos de Asuntos Generales ha copado ente "dos" y "cinco minutos", según fuentes diplomáticas consultadas por Europa Press, que añaden que ese tiempo ha servido "simplemente para decir que el asunto existe".
Análisis pendiente
De este modo, ha quedado dicho que se seguirá examinando a "nivel técnico" la propuesta "revisada" que el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel Albares, ya esbozó en la sesión anterior de este Consejo, el pasado 24 de octubre, pero que no había sido presentada como documento formal hasta última hora del lunes.
A primera hora de este miércoles, algunos de los ministros avisaban de las dificultades para avanzar en la discusión sin contar con la información requerida.
"No hemos tenido tiempo, la discusión de hoy será corta", ha dicho a la prensa el ministro finlandés de Asuntos Europeos, Anders Adlercreutz, quien ha confirmado que el documento fue remitido "en español el lunes por la noche" a las delegaciones, lo que ha complicado su examen.
"Caso único" entre todas las lenguas regionales de Europa
Albares ya apuntó el mes pasado algunas claves de los elementos que recogería el documento revisado, atendiendo a los comentarios del resto de socios en los debates anteriores.
El Gobierno español insiste en que el reconocimiento de las lenguas cooficiales en España sería un "caso único" en el conjunto de lenguas regionales en la Unión Europea por circunstancias "muy específicas" como su encaje en la Constitución española, que sean utilizadas en el Congreso y en el Senado o el número de hablantes. Además se ha comprometido a asumir la factura de su introducción en la UE.
Temor al efecto dominó
Varias delegaciones mantienen dudas por temor a un "efecto dominó" que aliente a otras lenguas minoritarias como el corso en Francia o el ruso en los países bálticos, a reclamar para ellos el mismo estatus que busca España para el catalán, el vasco y el gallego.
En todo caso, siguen pendientes las evaluaciones sobre el impacto financiero, legal y práctico que el reconocimiento de las tres lenguas tendría para el conjunto de la UE, una tarea que la Comisión Europea se ha ofrecido a coordinar con el resto de instituciones y que España estima que no estarán listos antes de "dos o tres meses".
Este calendario hace que el debate de fondo de los 27 Estados de la UE difícilmente se aborde antes de que acabe la presidencia rotatoria que permite a España marcar la agenda de las discusiones este semestre, que acaba el 31 de diciembre.