La noticia ha pasado desapercibida, sin pena ni gloria. Sin embargo, a mí me parece uno de los hechos más graves e indecentes de las últimas semanas.

Me refiero a la designación de Jordi Sànchez como nuevo director del área de derechos sociales del Síndic de Greuges por parte de Esther Giménez-Salinas.

Nos dijeron que el procés estaba muerto y enterrado. Que se abría una nueva etapa. Que, en adelante, se trabajaría para que las instituciones fueran equilibradas, neutrales, ecuánimes. Que los indultos y la derogación del delito de sedición no tendrían consecuencias negativas.

Pero nos mintieron.

La síndica Esther Giménez-Salinas fue elegida en junio de 2022 con los votos de PSC, ERC y Junts. Tras los 18 años de Rafael Ribó al frente de la institución, que la dejó inmersa en una pestilente atmósfera de nacionalismo y corrupción, cualquiera sería mejor que Ribó. Pero Giménez-Salinas parece emperrada en que no sea así.

En apenas un año al frente de la Sindicatura, la jurista ha salido en tromba contra la aplicación del 25% en castellano en las escuelas catalanas. Y ahora ha fichado para su equipo directivo a Jordi Sànchez.

Sànchez es uno de los dos cabecillas independentistas que lideraron el brutal asedio a la comitiva judicial en la Consejería de Economía el 20 y 21 de septiembre de 2017. El otro fue Jordi Cuixart. Ambos compartieron arengas desde el techo de un coche de la Guardia Civil que sus secuaces destrozaron.

Jordi Sànchez fue condenado a nueve años de cárcel y otros nueve años de inhabilitación absoluta por sedición. Apenas cumplió tres años y medio entre rejas. En junio de 2021 fue indultado por el Gobierno de Pedro Sánchez, que mantuvo su inhabilitación. Sin embargo, tras la derogación del delito de sedición pactada por el Gobierno y ERC, el Supremo extinguió la inhabilitación de Jordi Sànchez en febrero pasado.

Giménez-Salinas solo ha tardado tres meses en dar cobijo en una institución que debería ser un ejemplo de imparcialidad y neutralidad a un tipo que lideró el procés, que fue condenado por sedición, que presidió la ANC, que fue secretario general de Junts y que promovió y fue portavoz de la Crida a la Solidaritat (asociación hermanada con Herri Batasuna en los años 80).

Jordi Sànchez tendrá un sueldo a cargo del erario de 93.663,12 euros anuales.

Se nos mean en la cara y dicen que llueve.