Crónica Global, Metrópoli Abierta y El Español celebrarán a partir de mañana miércoles y hasta el viernes una serie de debates y ponencias agrupadas bajo el paraguas e idea-fuerza de DespertaBCN!. Este primer foro en el DFactory del Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB) contará con intervenciones y debates de primer nivel como laboratorio de ideas para relanzar la capital catalana. La idea es usar el talento colectivo de individuos y empresas, y emplear herramientas como la colaboración público-privada para aportar ideas al futuro de una urbe que lleva diversos años sumida en una atonía. 

La capital catalana ha perdido gas en muchos aspectos y, a menudo, se ha tornado un poco (o un mucho) taciturna y antipática. Con la sensación de que ciudades antaño rivales la han dejado atrás, mientras que otras se le acercan a velocidad vertiginosa. A la espera de que los aspirantes a representantes electos, todos, presenten sus bazas, es un momento propicio para detenerse un instante y analizar lo sucedido. 

Lo que ha pasado es mucho, pero basten unos apuntes a modo de ejemplo. Barcelona dejó escapar un hotel de la cotizada cadena Four Seasons en la confluencia paseo de Gracia-avenida Diagonal a cambio de permitir unos pantagruélicos apartamentos de lujo cuya creación de empleo tiende a cero. La hotelera canadiense terminó abriendo en Madrid y ha anunciado también su desembarco en Mallorca.

En su lugar, la Ciudad Condal tiene un bloque privativo de superviviendas cuya aportación al tejido económico del destino es, por decirlo suavemente, discreta. 

Por otras razones muy distintas, seguramente vinculadas a la tensión política del procés independentista, dejamos escapar también la sede de la Agencia Europea del Medicamento pese a que contábamos con un edificio singular, la Torre Glòries, que nos situaba por encima de otros rivales, incluida Ámsterdam, que a la postre venció. Aquel cuartel general, rifado antes de la pandemia, hubiera colocado a Barcelona en primera línea de la lucha contra la colosal crisis sanitaria que vino después. No estuvimos. 

También en el capítulo del coste de oportunidad, cabe destacar el incomprensible veto a una subsede del Museo Hermitage en la zona de la Nueva Bocana del Puerto de Barcelona. Es una cuestión de coste, sí, porque la parcela elegida por los inversores --privados-- sigue vacía a día de hoy y ya veremos si alguien se atreve a invertir allí, habida cuenta del resultado agridulce de algunos proyectos en este punto. El Hermitage podría estar abierto para la Copa América de 2024, creando las famosas sinergias, pero no lo estará. En su lugar habrá una pastilla de terreno yerma y una batalla judicial de la que aún no se ha escrito el último capítulo. 

Son sólo tres ejemplos de proyectos potencialmente catalizadores de la economía local y que hubieran aportado a la capital catalana. Y de los cuales no gozamos ahora por distintos motivos. No son el único problema, claro, ni quizá el principal. Pero son tres muestras claras de dónde podría estar la ciudad y dónde languidece. 

Por ello, bajo mi punto de vista, hay que utilizar el DespertaBCN! como foro para debatir las potencialidades conjuntas y el mejor curso de acción para aprovechar las oportunidades que nos brinde el futuro. En un mundo globalizado, tendremos que pelear por todas y cada una de ellas. 

Réveillez-vous, Barcelona, Desperta, Barcelona.