El empresario manlleuense Josep Roqué inició su actividad industrial en 1921 con la empresa Conductores Eléctricos Roqué, dedicada a la fabricación de cables e hilos de conducción eléctrica. Su iniciativa emprendedora hizo que la compañía deviniera capital en el desarrollo económico y social de Manlleu y llegó a ser una de las empresas líderes en la red económica manlleuense del siglo XX. Enseguida la población se refirió a la compañía con el nombre popular de Cordó, por aquello de que fabricaba hilos largos como cordones. Hasta hoy ha estado arraigada en el territorio y ha dado trabajo a cientos de personas.

El 22 de octubre del 2019 será recordado con tristeza y estupor por los trabajadores del Cordó. Ese día, la empresa les comunicó las intenciones de proceder a un despido colectivo de las plantas de Manlleu y Montcada. El anuncio del cierre cayó en nuestra población como un jarro de agua fría, sin avisar, sin que nadie sospechara de aquella jugada que dejaría a cerca de 500 personas sin empleo.

Se constituyó la comisión negociadora, la actividad reivindicativa se acentuó y los trabajadores programaron diversas acciones para detener el cierre de las dos plantas. Manifestaciones con mucha participación en Manlleu donde se implicaba toda la población, embate de los trabajadores con la empresa Prysmian y movimientos políticos para encontrar negociaciones con la compañía.

Este último mes he intentado, con todo mi convencimiento, ayudar a los trabajadores y poder evitar el cierre de la empresa. Iniciativas en el Parlament de Cataluña, reuniones con los comités de empresa de Manlleu y de Montcada i Reixac, encuentros semanales en el marco del ayuntamiento, visitas con los consellers de Trabajo y Empresa de la Generalitat, viaje a Madrid para hablar con el secretario de Industria del Estado… pero nada ha servido para que Prysmian reconsiderase su decisión de cerrar la empresa.

A pesar de la mala noticia, las negociaciones de los trabajadores que han ido avanzando a lo largo de la última semana han conseguido, aparte de buenas condiciones para los despidos, que la empresa continúe la actividad durante dos años más y una recolocación casi del 100% de los empleados de Montcada.

¿Y qué pasará en Manlleu?

En Manlleu, la actividad, que tiene fecha de caducidad, si se mantienen unas buenas condiciones negociadoras puede llevar a una reindustrialización que da esperanza a los empleados y al propio municipio. La asamblea de los trabajadores para ratificar el preacuerdo con la empresa fue avalada por una gran unanimidad.

Los trabajadores que lo deseen, después de estos dos años en los que todavía habrá actividad económica, tendrán la oportunidad de trabajar en la nueva empresa que se instale en el espacio del Cordó. Ya hay negociaciones con un grupo inversor que tiene muy atada esta reindustrialización.

¿Qué significa para Manlleu esta posible reindustrialización?

Con la reindustrialización, Manlleu se asegura continuidad en un espacio gigantesco de cerca de 110.000 metros cuadrados y continuidad en la actividad industrial. Permitirá la recolocación de trabajadores y estabilizar la economía de Manlleu, que con el cierre quedaba muy tocada.

A pesar de una salvación agónica a última hora, no podemos estar contentos, porque para Manlleu este descalabro no deja un panorama nada bueno. Deseo y espero que entre todos podamos planificar y programar mejor la actividad económica de un Manlleu que queremos, para que vuelva a convertirse en aquel Manlleu próspero, industrial y puntero del siglo pasado.