Regular la tecnología con ética
Hace tres años hablé con un responsable del Gobierno para explicarle que debíamos avanzarnos a la regulación de la tecnología y sus usos, sobre todo derivados del blockchain, inteligencia artificial, cuántica, realidad aumentada o la edición genética, entre otros. Pues bien, ya están aquí.
En este caso, el dilema tecnología o regulación no existe, porque la tecnología ya existe y sus implicaciones son ya evidentes tanto a nivel geoestratégico, empresarial como humano. Se puede decir que estamos viviendo una revolución tecnológica a todos los niveles y que, por desconocimiento, hemos practicado un liberalismo tecnológico y ahora al darnos cuenta de su poder, mayoritariamente en manos privadas, vamos hacia el conservadurismo. Los movimientos geoestrategicos de dos bloques --China-Rusia-India versus Occidente-- ahora se basa en el control de la tecnología y el tratamiento que se les da a sus aplicaciones.
Estamos en pleno aluvión de acuerdos y nuevas normativas para regular los usos y límites de las aplicaciones de las diferentes tecnologías en diferentes ámbitos.
Bajo la tecnología de cadena de bloques (blockchain) se han creado las criptomonedas y en este sentido, los representantes del Parlamento Europeo han acordado la aplicación de una nueva norma para que las transacciones con criptoactivos estén bajo las mismas regulaciones que las transferencias de fondos convencionales identificando siempre autor y beneficiario para evitar el blanqueo de capitales y en la línea de tener una normativa que fijará normas uniformes del mercado de criptoactivos para los 27. En esta misma línea se encuentra Estados Unidos con la propuesta de "Ley de Innovación Financiera Responsable". Mientras que en otros países tenemos los dos extremos, China ha prohibido cualquier transacción con criptomonedas y el gobierno de El Salvador que sigue invirtiendo en bitcoins y ya las tiene reconocidas como moneda de curso.
En el ámbito de la inteligencia artificial, el debate no está en la gestión de capitales, sino en la privacidad y seguridad de las personas, y aquí es donde vemos que China, con la mitad de las cámaras del mundo, controla y pretende predecir el comportamiento de sus ciudadanos gracias a los algoritmos que aplica a todo tipo de datos e imágenes que ya tiene de sus ciudadanos (imágenes, información bancaria, salud, etcétera). Mientras, Microsoft ha retirado un software que leía las emociones argumentando que se preocupan por la privacidad y seguridad de los ciudadanos, restringiendo el uso del reconocimiento facial. En este sentido, Estados Unidos ha pedido a Apple y Google que retiren Tiktok de sus tiendas por considerarlo un riesgo de seguridad nacional debido a la cantidad de datos que acumula y que están en manos del gobierno chino. TikTok es propiedad de ByteDance (Pekín), una organización que está en deuda con el Partido Comunista de China y bajo sus normativas que obligan a que todos los datos deban estar a su disposición.
En este sentido, la propiedad y privacidad de nuestros datos es de suma importancia estén en la nube, en un ordenador personal, en la expresión de nuestros ojos o en nuestra propia mente. Si consideramos que los ordenadores cuánticos supondrán una revolución para resolver problemas complejos, aquí viene el debate sobre si el hecho de poder conectar nuestro cerebro con un ordenador y que nos permitan mejorar, permitirá descifrarnos. En este sentido, Chile se ha convertido en el primer país del mundo en proteger la privacidad cerebral en su Constitución y la regulación de los llamados neuroderechos ya está en primera línea del debate jurídico mundial. Aquí el peligro, más que las maquinas nos controlen, es que quien controla esas máquinas nos controle.
Esto solo es el comienzo en el que las tecnologías nos permiten resolver problemas hasta ahora irresolubles, pero a la vez generan situaciones y decisiones que deben poner en el centro el bienestar de las personas con valores éticos.
PD: En la era del humanismo tecnológico, cuidado con los tóxicos, trepas, troyanos y trolls y rodearos de Sinergentes que siempre suman aptitudes, conocimiento, equipo y valores.