Récord de contagiados. Récord de muertos. Pues se ha producido el día que el ministro Illa se fue del ministerio. Casualidad. ¡Olééé! Mejor despedida no la hubiese soñado en la vida. Illa, por atender la política abandona la vida. Intentará ganar unas elecciones porque a la pandemia no le ha ganado. Ha perdido. Por goleada. Y no lo ha explicado en el Congreso, donde debía hacerlo. Buen viaje señor Illa. “No me arrepiento de nada de lo que he hecho” dijo el exministro en su despedida. Porque no ha hecho nada destacable para, al menos, controlar la pandemia. Los ciudadanos catalanes le juzgarán con sus votos. La pandemia acaba de coronar el Everest. Es mérito suyo, señor Illa.
No ha dado cuentas al Congreso. ¿Sigue abierto el Congreso? Las puertas sí. Las vi ayer. Policía en cada puerta, es su trabajo. Dentro no se ve luz. Miedo. La institución representativa del pueblo está parada. Inutilizada. Sometida por La Moncloa, por el poder ejecutivo, por el tándem Pedro y Pablo. Si el Congreso está muerto, permítanme recordar que la democracia está herida de muerte. Por ahí nos llevan Pedro y Pablo. Un paréntesis serán las elecciones en Cataluña. Elecciones con Estado de Alarma. Elecciones donde no se puede salir del municipio. Ni para ver a la madre de 90 años. Toda regla tiene excepción. Sí se puede salir para asistir a un mitin político. ¿Cómo ha dicho usted?
Ya tenemos la disculpa. En cada municipio un mitin. Así visitamos a los amigos. Cuando los Mossos de Esquadra le paren en la carretera y le pregunten: ¿dónde va usted? Ya hay respuesta: al mitin. Sí señor, al mitin de ERC. Hoy habla Junqueras, que salió ayer de la cárcel y hay que ir a escucharlo. O habla Laura Borrás, que tiene cosas que contar del 'Puchi' Puigdemont. O habla Illa, el que fue ministro, y no hizo nada contra la pandemia. Creo que ha traído vacunas y las va a repartir. Vamos a ver si nos toca alguna y nos vacunamos. Si esperamos en la lista no nos toca hasta dentro de dos o tres años. A ver si hay suerte y nos cae alguna. Por eso vamos al mitin.
Pues Illa ya pasó el trance. Ya dejó de ser ministro. Cuando la pandemia ha conquistado el Everest. Está en el punto más alto y el responsable se ha ido. Cuando nos acercamos a los cien mil muertos y la economía se ha hundido se va el ministro y no le dice adiós ni al Congreso. ¡Ay, qué país tenemos! ¡Ay, qué políticos nos gobiernan! Ahora, incluso la oposición se desespera, pero es la misma que le dejó a Sánchez las manos libres al aprobar el estado de alarma, y, ahora, el ministro se larga haciendo un corte de mangas al Congreso. Eso sí, con mucho talante, como dicen sus aliados. Incluso el presidente le ha despedido diciendo que “el desafío que tienes por delante es apasionante, complejo, pero muy necesario”. ¿Más necesario que intentar dominar la curva de contagios? ¿Más que poner fin al coronavirus? Parece que el ‘efecto Illa’ era esto. Los ciudadanos catalanes le darán su merecido. Sánchez lo ha despedido con alfombra roja. Creo que llega hasta la Ciudadela o quizá al puerto. Nunca se ha visto tanta publicidad para despedir a un ministro.
Será para tapar que se suspende la vacunación. No hay suministros. ¡Vaya organización! Y Sánchez, todavía presidente, actúa como si ya no hubiese pandemia. En Madrid y Cataluña las neveras están vacías. Se necesitan más dosis. Primer trabajo para la nueva ministra de Sanidad, Carolina Darias. ¡Vaya herencia! No hay dosis para vacunar. ¡Olé el trabajo de Illa! En Cataluña ya se agotaron las dosis.
Y en el PSOE se está agotando la paciencia con Pedro Sánchez. En una parte. Además hay nervios en Moncloa. ¿Y si sale mal la ‘operación Illa’? No ha sido el mejor momento para el cambio de ministro de Sanidad. La pandemia está en la cima. Corren mucho riesgo los estrategas. Si gana Illa serán muchos a colgarse medallas. ¿Y si no gana? Habrá que crucificar a alguien. Prepárate Redondo. Prepárate Sánchez.
Para mantener las elecciones no se tomarán medidas serias en España. Eso parece claro. Y que Sánchez va a su aire, también parece claro. No le importa que crezca la pandemia, que se hunda la economía, que no haya vacunas, nada le importa. Él sigue su ruta. ¿Hacia dónde nos lleva? Como se siente seguro para dos años con los Presupuestos lo demás le resbala. Lleva dos años en Moncloa y no se conoce proyecto para el país. Ignora el sufrimiento d los ciudadanos, pero ya se está fabricándose una agenda como el salvador de vidas. Créanselo. Es una hoja de ruta carente de escrúpulos. Va día a día. Como Illa. El 15 de febrero lo vemos. Aunque gane Illa nadie se cree que vaya a solucionar el problema catalán. Ni aunque le apoye Junqueras. Eso sí, a cambio de la amnistía.