VanLife: más allá del postureo
Las redes sociales están llenas de 'influencers', parejas y familias, que explican las "maravillas" de la vida Van Life, con un mercado cada vez más numeroso
23 febrero, 2020 00:00Hace seis años Manu Guisado se despidió de Cádiz para irse a vivir a Barcelona con su novia. Una mudanza de este tipo implicaba dejar muchas cosas atrás, pero Manu sabía que no iba a olvidarse de una: su vieja furgoneta Volkswagen, con la que casi cada fin de semana se iba a dormir a la playa o algún lugar perdido en la naturaleza. “Metía el colchón, la tabla de surf, el perro, y buscaba un lugar donde pasar la noche”, recuerda Manu con nostalgia.
Con esa misma furgoneta Volkswagen condujo hasta Barcelona y se presentó en casa de Auxi: “Llegó a Barcelona con todos sus trastos, vaya”, bromea su novia. Por aquel entonces, Auxi Piñeiro nunca había viajado en una furgo y para tratar de aficionarla, Manu, ambientólogo e ingeniero forestal de formación, la convenció para pasar unas vacaciones en la Costa Brava. Auxi se lo pasó bien, así que el verano siguiente se fueron hasta Noruega. La cosa cambió: “Nos tocó lluvia y mal tiempo cada día, y lo de ducharse fuera con una garrafa y viajar con una nevera de corcho de los chinos fue más duro”, recuerda Auxi entre risas. La pareja llegó a un pacto. Para seguir disfrutando de la vida Van Life —un concepto originado en Estados Unidos que empezó a ponerse de moda en 2017—, Auxi quería una furgoneta más grande, “con ducha y calefacción”.
Un mercado en auge
Desde entonces, Auxi y Manu han viajado por toda España en su nueva autocaravana, más grande y remodelada a su gusto, convencidos de que es la mejor forma de viajar. Y cada vez son más los españoles que se suman a este fenómeno: según cifras de la Asociación Española de la Industria y Comercio del Caravaning (ASEICAR), las matriculaciones de autocaravanas en nuestro país han batido récord por segundo año consecutivo, llegando casi a las 9.000, lo que supone un incremento de un 19,2% respecto a 2018. En total, el parque móvil es de unas 60.000 autocaravanas y 10.000 'campers' (un modelo más pequeño), sin tener en cuenta las centenares de furgos “camperizadas” — como se conoce popularmente la remodelación de su interior a gusto del usuario.
Según el informe del sector, la mayoría de vanlifers son como Manu y Auxi: parejas jóvenes, entre 30 y 45 años, o familias con niños, teniendo en cuenta lo que comporta compartir un espacio tan pequeño. "Hay determinadas cosas que solo se aguantan cuando estas con gente de confianza”, bromea Sara Llibre, madre de dos hijos, de 40 años. Llibre empezó a viajar en autocaravana hace ya un tiempo, cuando su hija de 7 años dijo que quería pasar unas vacaciones en una casita sobre ruedas. “Antes teníamos una casita fija en un camping, pero una furgo te da la libertad de ir donde quieras y la comodidad de cocinar y cenar todos juntos, dormir en tu cama, con tus sábanas…”, dice Llibre, propietaria de un restaurante en el Maresme.
Vida nómada
Su último viaje en la camper fue a Eurodisney. Se quedaron en un camping: “Para dos niños pequeños, una habitación de hotel puede ser como una jaula”, opina Llibre. Con su pareja también frecuentan las llamadas KDD (quedadas o encuentros furgoneteros) como la Primavera Van, en el Empordà, donde suelen encontrar “gente muy maja”, dice Llibre. “Hay gente irrespetuosa, como en todas partes, pero yo me digo: una familia que es capaz de organizarse para pasar las vacaciones en seis metros cuadrados no puede ser mala de ninguna manera”.
Las redes sociales están llenas de influencers --sobre todo parejas y familias-- contando las maravillas de la vida Van Life, como es el caso de los canales de YouTube “Viajar en autocaravana” (33,9 mil seguidores) o “CamperRuteros” (42,8 mil seguidores), ambos enfocados a viajar en familia; o The Van Effect, la cuenta de Instagram creada por una joven pareja de Lleida, con más de 34 mil seguidores: “Viviendo una vida nómada y eco-sostenible en nuestra van”, presumen sus creadores antes de mostrarnos fotos de ellos mismos en el interior de su furgo, camperizada como si fuera una cabaña de madera, o leyendo en plena naturaleza.
“Es cierto que hay mucho postureo” --playas desérticas, fogatas nocturnas, mujeres haciendo yoga en el techo de la furgo-- pero “el concepto Van Life tiene muchas cosas positivas”, dice Auxie. Para ella, que viene del mundo de la Hostelería, lo mejor es la capacidad de improvisar. “No tienes que pensar que a las doce te echarán de la habitación”, dice. También valora poder cocinar su propia comida, pues es celiaca y según en que pueblos remotos aún es difícil encontrar comida sin gluten. Para Manu, lo mejor, sin duda, es poder “estar cerca de la naturaleza”.
Vida para los pueblos
Sn embargo, la pareja se dio cuenta de que todavía había algo más: un verano, viajando por Teruel, llegaron con la furgo hasta un pueblo semiabandonado. “Teníamos ahí un bosque precioso para nosotros solos, mientras todo el mundo saturaba Instagram de fotos con la furgo en la playa”, recuerda Manu. Y así se les ocurrió la idea de crear VanWoow, una cooperativa para promover el turismo sostenible con autocaravana en pueblos en peligro de despoblación. “Solo en España hay más de cinco mil pueblos en riesgo de desaparecer”, explica Manu.
Antes de lanzar el proyecto, en mayo de 2019, estuvieron viajando cinco meses por España, explicando el proyecto a alcaldes y vecinos de más de mil micropueblos. “Ningún vecino nos mostró rechazo: al contrario, todos estaban encantados de ver nuestra furgo aparcada allí”, recuerda. Últimamente frecuentan las aldeas de las montañas de Prades, en Tarragona, donde tratan de enlazar contacto con productores y artesanos locales, fomentando el turismo inclusivo.
“Creemos que si la ciudad se nutre del campo, también tenemos el deber de devolver algo al pueblo”, comenta Manu. Por otro lado, viajar en furgo también sirve para tomar consciencia de los recursos que necesitamos en el día a día: ropa, agua, electricidad… “Te acostumbras a vivir con poco”, añade el emprendedor. Manu es consciente de que viajar en autocaravana tiene un impacto medioambiental, el del combustible, pero por otro lado se ahorran coger aviones y fomentan el turismo sostenible. “Además, pronto saldrán los modelos eléctricos”, dice. Tesla, el fabricante de coches eléctricos estadounidense, ya ha presentado su primer modelo de autocaravana eléctrica: el Tesla Roamer.
Pasión por la naturaleza
Sin duda, el fenómeno Van Life crece. Solo hay que echar un vistazo a la agenda de KDD que publica semanalmente la revista Furgosfera, fundada por una pareja de amantes del Van Life, Noemi Cánovas y Albert Sedó, de Mataró. La revista también incluye un extenso directorio de rutas y empresas de alquiler o “camperización” de caravanas, como Bimbos Van, en Santa Coloma de Farners, con una lista de meses de espera. Sara Llibre consiguió que le dieran hora en abril y cuenta los días que faltan para llevar su nueva autocaravana a “camperizar”. Su vehículo anterior, una VW California, se le había quedado demasiado pequeña.
Quien promete que nunca se deshará de su VW California es Ferran Forné, fotógrafo del diari Ara y padre de dos niños. “La tengo desde hace diez años y no la cambiaría por nada del mundo, ni por hoteles de cinco estrellas con camas king size o duchas de hidromasaje. La felicidad que me da moverme con total libertad y no depender de nadie más que de ti mismo es impagable”, comenta Forné, que en su cuenta de Instagram tiene una sección dedicada a Van Life.
“Supongo que me aficioné por culpa de mis padres”, añade. “Ellos siempre han viajado en caravana y me inculcaron su pasión y respeto por la naturaleza. Me encanta poder perderme durante días por las montañas”. Su furgo, eso sí, está equipada con baño y calefacción.