Ya han pasado los días electorales. Y las campañas. ¡Qué tranquilidad! ¡Qué paz! Ya hemos respirado los españoles desde el pasado lunes. Por fin ha terminado la paliza política que nos daban de todos lados. ¿Y ahora? Ahora seguimos sin Gobierno nacional, sin gobiernos autonómicos y sin alcaldes, salvo donde ha habido mayoría. Casi peor que antes. Ahora toca pactar. Con sinceridad. Y en la mayoría de los casos entre tres. Toca entenderse entre tres. Toca el Ménage à trois.
Fueron pesadas las campañas. Pero algunos, seguro que coincidimos, el domingo pasado lo que celebraron fue la derrota, tras contar las papeletas. Divertido. Muy divertido. Qué forma de celebrar la victoria. Pero oiga, celebraban la victoria los perdedores. Al menos en Madrid. Bueno, y más sitios. En la Comunidad de Madrid pierde el Partido Popular 18 escaños (sacó 30 escaños y tenía 48) y lo celebra como una victoria. En el Ayuntamiento el PP ha sacado 15 concejales cuando tenía 21. Se celebra la victoria. En Castilla y León pasa de 42 a 29 escaños y lo celebran también como victoria. Suman directamente los escaños de otros partidos como propios. Y la prensa titula "Victoria de la derecha". ¿No competían distintos partidos? ¿O competían los bloques ideológicos? Si es así, las próximas elecciones que lo digan y sólo compitan dos bloques con sólo dos líderes. Nos ahorramos dinero, que falta nos hace. Se celebra el acuerdo antes de hablar. Y casi todos tienen que hablar entre tres. Ménage à trois.
Y ahora ¿quién tiene la sartén por el mango, que diríamos en cualquier pueblo de León? Ciudadanos. El partido de Albert Rivera Riverita. Como lo leen y como ya saben todos ustedes. Pero principalmente él, Albert. Para eso ha montado el Comité Central. Todos han de pasar por el aro. Que tú, amigo Igea, has ganado bastantes escaños en Castilla y León y, claro, te gustaría pactar con el PSOE, pues pasa por el Comité Central y ya veremos lo que dice. O sea, lo que diga yo, que soy el presidente Albert Rivera Riverita. Da igual quien sea. Igea, Daniel Pérez, en Aragón o Isabel Franco en Murcia. Da lo mismo. Aquí mando yo. Y yo decidiré con quien hay que pactar. Olé la democracia. Olé la autonomía. Olé la libertad.
Han pasado cuatro días y al guapo de Albert ya le ha salido al exterior su carácter vengativo. Odio. No hablemos de su mirada a los presos del procés en el pasillo del Congreso. Da pánico. Hablamos de su venganza tardía contra Pedro Sánchez. Te estaba esperando. Rivera quiere hablar con los candidatos del PSOE que renieguen de Pedro. ¡Toma venganza! ¿Será por el pacto no consumado de gobierno nacional? Se la estaba guardando. Con el PP y con Vox no hay condiciones para empezar a hablar. Al PSOE, ni nombrarlo. A Pedro, ni mencionarlo. Candidatos del PSOE ¿queréis que negociemos el gobierno de la autonomía? Renegad de Pedro. Tú, Tudanca, manda a Pedro al infierno y serás presidente de Castilla y León. Tú, Conesa, lo mismo. Tú, Lambán, reniega de Pedro cuantas veces sean necesarias. Él no te ha perdonado y ya quiso fulminarte. Pues ahora tú reniega de él. Y además, todos, absolutamente todos, tenéis que defender el artículo 155 para aplicárselo a Cataluña. No me gusta Junqueras y menos Turull. Ni cómo me miró el pasado martes en el Congreso.
Estamos en tiempos de negociaciones. Y cada uno arrima el ascua a su sardina. Ahora Pedro Sánchez dice que los votantes le han dado a su partido los votos para liderar los gobiernos. ¿Recuerdan en 2015 lo que decía Marino Rajoy y sus compañeros? Que debía gobernar la lista más votada en cada autonomía. Hace tiempo no se les escucha decir tal cosa. Ahora lo dice Pedro. Han cambiado las tornas. Según conviene así se expresan los políticos. De los ciudadanos pasan, unos y otros y los de más allá. Se han cambiado los papeles. Los ciudadanos son los mismos y serán gobernados, como en 2015, por los partidos que no votaron. Así tenemos las leyes. Arcaicas. Y muchas de las manifestaciones que escuchamos a los políticos ya están negociadas y concertadas. Hay que seguir engañando.
En Barcelona pasa algo parecido. Se mira desde Madrid y surge incertidumbre. Intranquilidad. Un ayuntamiento que defienda la autodeterminación. ¡Uff! Madrid tiembla. Miran a Manuel Valls. ¿Qué hará? ¿Qué le dejará hacer Rivera? Puede haber ruptura. Puede haber componendas. Colau gobernó con el PSC hasta el 155. Y dice que su proyecto de ciudad nada tiene que ver con el de Maragall. Mucho menos con el proyecto de Junts per Catalunya. ¿Quién ocupará la alcaldía? También hay negociaciones a tres bandas. Se terminó el vis a vis. A partir de ya todo es un Ménage à trois. Por lo menos en política.