Próxima semana. Empieza el año oficialista. Piensan en voz alta algunos cerebros de la capital de lo que queda de España que este año va a ser de catástrofes. Catastrófico hasta decir basta. Temblores. Más temblores. Como que no tenemos ya bastante. Solo hay que ver la que han montado y siguen montando los taxistas. Como dice alguna celebridad “por un día, me hubiera gustado ser ministro de Interior”. Ya entiende usted, amigo lector, para qué. Para que la Castellana quedase más limpia y despejada que la R3, por la que solo pasa un coche a la semana. ¡La que han montado los taxistas! Primera catástrofe del año.
Próxima semana. El procés. ¡Ay madre! La que se avecina. Empieza el juicio. Primero el traslado. ¿Se imagina usted, amigo lector, que se escape un preso? ¿Qué se escapen dos presos o más? Cuidado ministro Grande-Marlasca. Mejor no pensarlo, ni imaginarlo. ¡Madre de Dios la que se monta! Titular: "Varios presos independentistas se han fugado". ¡Vaya escándalo! Ni Pedro Sánchez lo soportaría. España y la Justicia quedarían a la altura del betún. En el suelo. Y ellos, los independentistas y los fugados lo celebrarían por toda Europa. Con Puigdemont a la cabeza. Sería demasiado. ¡Qué ridículo, Dios!
Viene a cuento este supuesto de la fuga porque ya el Tribunal Supremo ha avisado al Gobierno del riesgo de fuga de los procesados. Por ello no le ha concedido a nadie la libertad provisional. Además hay que recordar que el president Torra dijo que estaba dispuesto a abrir las cárceles catalanas. ¡Ay Sánchez! Quién te mandó trasladarlos a Cataluña. Claro, la necesidad de los votos independentistas. Ya, ya lo sabemos todos. Si no, no hubieses ido a Moncloa. Sin ellos no se aprueban los presupuestos. Me votáis los presupuestos y os mando a los presos para Cataluña. Y para allá fueron. Pero ahora tienen que volver. Al juicio. Y son muchos kilómetros. En cualquier curva se puede montar el número o el día antes pueden abrir la puerta y largarse. Cuidado, Grande-Marlaska, no asistamos a un espectáculo dantesco. Pagarías tú por lo que hizo la ministra de Justicia, Dolores Delgado, al mandarlos a Cataluña. Seguro que fue idea de Villarejo. Y ella, como son amigos, le hizo caso. Lo veremos todo en las distintas televisiones. Son varias las que retransmitirán el juicio. Espectáculo asegurado. Como el fútbol. Con VAR y en el bar. Esto sí que será una catástrofe.
Con estas catástrofes vigentes, --taxistas, presos--, se puede uno preguntar para qué quieren las autonomías tantas competencias. Las de los taxis ya las tienen. Pero cuando surgen problemas echan la pelota fuera para que lo solucione el Gobierno central, o sea el Estado. Lo estamos viendo con los taxis. Con los presos lo mismo. Las autonomías quieren las competencias sobre prisiones, al menos Cataluña y Euskadi. ¡Toma competencias! Pero luego acuden a Madrid cuando hay problemas. Si se las dan a Euskadi a cambio del voto para los Presupuestos será la mayor burla jamás contada. Un desprecio olímpico a las víctimas del terrorismo de ETA. Suponemos que Sánchez no lo hará. Sólo lo suponemos. Creerlo ya es otra cosa. Seguimos con las catástrofes.
Se pronostica un año de catástrofes. Y ya vamos encaminados. Catástrofe de los presupuestos. Junqueras, que se ve encerrado unos cuantos años salvo indulto --¿indulto?--, ya ha dicho que ERC no votará los presupuestos. A favor del Gobierno de Sánchez, me refiero. Lo dijo alto y claro. Para que tomásemos nota. Habrá juicio -- salvo fuga--, condenas, prisión… Como para ayudar a Sánchez. ¿Y luego indulto? Ah, eso ya suena mejor para los independentistas. Si hay indultos, hablamos. Incluso votamos. Incluso votamos con Sánchez, aunque no lo podamos ver. Porque sino nos vamos a Elecciones Generales. Otra catástrofe.
O así lo ven los barones socialistas. Si son en mayo, será la hecatombe o la desaparición del PSOE en el gobierno de las autonomías y ayuntamientos. Así lo prevén. Si son en otoño habrá que pelear. Sobre todo Sánchez. Tras ver los resultados de mayo. Porque la crisis catalana se va a relanzar con el juicio. Y esto se vende mal en el resto de España. Para muestra, Andalucía. El juicio del procés, incluido en la crisis catalana, es el acontecimiento político que más impacta en los ciudadanos españoles. Cuidado. Se notará en las próximas elecciones. Seguro.
Si son comicios generales, el impacto puede ser tremendo en la cara de Sánchez. Si se fuga algún preso, que la tierra os trague, presidente Sánchez y ministro Grande-Marlaska. Sería una catástrofe mayor que la ocurrida en Ribadelago (hace 60 años) cuando se rompió la presa hecha de arena y el agua se llevó el pueblo entero. Esta catástrofe se llevaría al Gobierno y al PSOE. Cuidado Sánchez. Esto solo es el principio de las catástrofes que nos esperan durante el año. Que pase rápido. Pero avisado quedas.