El pasado sábado tuvo lugar la convención nacional del PP. Para presentar el programa económico incorporaron a tres economistas que se autodefinen liberales y con los que he tenido innumerables debates desde hace años y con los que tengo una relación cordial: Daniel Lacalle, Carlos Rodríguez Braun y Lorenzo Bernardo de Quirós.
Los tres tienen mucha influencia ideológica de los denominados libertarios en EEUU. Por lo tanto, para ser más rigurosos en el análisis les denominaré libertarios. Los liberales en EEUU seríamos los socialdemócratas que estaríamos próximos al Partido Demócrata.
Carlos Rodríguez Braun forma parte de la sociedad Mont Pelerin, creada en 1947 por Von Hayek y de la que formó parte Milton Friedman y muchos de los representantes de la escuela de Chicago. Ese grupo fue el centro de pensamiento de la denominada Revolución Neoconservadora liderada por Ronald Reagan en los años 80.
Daniel Lacalle es miembro del Instituto Mises en honor al economista austriaco Von Mises, maestro de Von Hayek. Para los que no le conozcáis, cuentan que en la primera reunión de la sociedad Mont Pelerin se discutía sobre la conveniencia de un impuesto sobre la renta progresivo y el profesor Mises abandonó la sala y acusó a Hayek y a Friedman de ser socialistas.
Y Lorenzo Bernardo de Quirós es miembro del Instituto Cato, uno de los principales centros libertarios en la actualidad y especialmente crítico con los sistemas de pensiones, Sanidad y Educación públicos.
Viéndoles con el logo del PP detrás durante la Convención Nacional, me ha surgido una duda: ¿qué habrían pensado Hayek, Friedman y Mises de los gobiernos del PP? Ninguno de los tres conocían mucho de la economía española pero les habría sido muy útil el gráfico posterior con datos de Ameco de la Comisión Europea.
He usado los datos de ingresos públicos y gasto público excluyendo el pago de intereses de la deuda, corregidos del efecto del ciclo económico. Al eliminar el efecto del ciclo, se puede saber si los gobiernos nos han subido o bajado los impuestos o si han aumentado el gasto público y el peso del Estado o lo han reducido.
El PP ha gobernado España 15 de los últimos 22 años. He eliminado los años de gobiernos socialistas entre 2004 y 2010 y he mantenido 1995 y 2011 con gobiernos socialistas para poder comparar los efectos de las políticas de los gobiernos de Aznar y de Rajoy.
Hayek, Friedman y Misses eran unos grandes defensores de la seguridad jurídica y del cumplimiento de la ley y, aunque fueran críticos con muchas leyes, nunca recomendaron incumplirlas. Deberían saber también que la deuda pública en España cerró 2018 en el 97% del PIB y que la ley de Estabilidad Presupuestaria aprobada por el PP en 2013 fijó como objetivo tener un 60% de deuda pública en 2020.
Los tres tenían gran conocimiento de economía y sabían que es imposible reducir la deuda pública 37 puntos de PIB en dos años sin provocar una depresión económica.
También deberían conocer la regla de estabilidad presupuestaria aprobada por los países europeos en 2011. Ésta exige a los países reducir los déficits estructurales en las fases expansivas del ciclo para compensar los déficits que generan las recesiones y cuyo mecanismo, por cierto, el PP ha incumplido sistemáticamente aumentando el déficit estructural desde 2014.
En 1995, antes de que Aznar llegara a la Moncloa, los ingresos públicos --eliminando el efecto del ciclo-- eran el 37,3% del PIB. En 2003 (el último año que gestionó íntegramente su gobierno antes de abandonar la Moncloa) los ingresos eran del 37,9% del PIB.
Por lo tanto, los gobiernos de Aznar nos subieron los impuestos a todos los españoles. La burbuja inmobiliaria provocó una intensa inflación y los salarios de las clases medias subieron intensamente entre 1996 y 2004, aunque la llegada de inmigrantes tenía un efecto composición que maquillaba las subidas, en los datos de la Agencia Tributaria (si se observa especialmente a partir del percentil 30 de renta).
Los gobiernos de Aznar mantenían constantes los tramos del IRPF y la subida de salarios provocaba que muchos españoles saltasen de tramo y pagaran tipos más elevados. Además, subieron infinidad de tasas, impuestos sobre la luz, el teléfono, el gas, el diesel, el tabaco y precios públicos desde 1996.
En 2011, antes de llegar Rajoy a la Moncloa y Pablo Casado al Parlamento, los ingresos públicos, eliminando el efecto cíclico, eran el 36,2% del PIB. En 2017, último año de gestión completa del gobierno del PP, los ingresos públicos eran del 37,9% del PIB.
Por lo tanto, Rajoy y Casado nos han subido los impuestos a todos los españoles. Aquí la principal subida se debe al aumento del IVA, que el PP aumentó tres puntos.
Rajoy deja los ingresos públicos en el 37,9% del PIB, el mismo nivel que los dejó Aznar en 2003. Por lo tanto, en cuestión de impuestos Aznar y Rajoy son iguales. De hecho, Rajoy fue vicepresidente de Aznar y los dos tuvieron al mismo ministro de Hacienda: Cristóbal Montoro.
El gasto público en 1995, excluyendo el pago de intereses y el efecto del ciclo, era del 38,1% del PIB. Y en 2017 el PP, después de gobernar durante 17 años, ocho de ellos con mayoría absoluta, el gasto público era del 38,3%, ligeramente superior al que dejó Felipe González.
Recordemos que fue Aznar el que cedió las competencias de Sanidad y Educación a las Comunidades Autónomas cuando necesitaba los votos de los nacionalistas catalanes y vascos y hablaba catalán en la intimidad. Y que las Comunidades gobernadas por el PP no han parado de aumentar el gasto público desde 1995. Esperanza Aguirre abrió numerosos hospitales y colegios públicos en los 20 años que gobernó Madrid.
Recordemos también que Vox es una escisión del PP, que a Santiago Abascal no se le conoce una nómina en una empresa privada, que era cargo electo del PP cuando Aznar cedió las competencias de Educación al PNV en Euskadi y a CiU en Cataluña, que siguió cobrando del PP durante 15 años y sólo se animó a montar Vox cuando Esperanza Aguirre le cerró su chiringuito, del que cobraba más que el presidente del Gobierno de España. Por lo tanto, Mises, Friedman y Hayek no verían diferencias entre PP y Vox.
No creo que Friedman, Hayek y, sobre todo Misses, fueran muy defensores del PP después de ver estos números. Pero seguramente ellos sí habrían sido honestos en decir que si el partido propone bajar los impuestos, debería bajar el gasto público en mayor proporción.
Reducir deuda pública y el déficit público estructural próximo al 3% del PIB --y bajar los impuestos a la vez-- sólo se puede hacer bajando el gasto, especialmente en pensiones, Sanidad y Educación, que explican la mayor parte del gasto estructural.
Esta honestidad intelectual es muy necesaria en democracia, ya que permite que los ciudadanos tengamos información completa de los programas y los efectos del partido al que vamos a votar.
Y genera un debate entre diferentes opciones políticas. Información completa y con incertidumbre son condiciones necesarias de la economía neoclásica que defendían Hayek, Friedman y Mises.
Si esos supuestos no se cumplen, los economistas tenemos la sensación de estar en un lago helado que empieza a resquebrajarse, como afirmó Keynes en el obituario de Francis Edgeworth (quien desarrolló matemáticamente el concepto de equilibrio del sistema económico).
Yo en varias ocasiones le he preguntado a Daniel Lacalle y a Carlos Rodríguez Braun qué gastos recortarían ellos para bajar los impuestos y cumplir a su vez las leyes y el mecanismo preventivo europeo. Aún no he conseguido que me respondan. A Lorenzo Bernardo de Quirós no se lo he preguntado directamente, pero lo haré en el próximo debate que tengamos.
También les preguntaré a los tres cómo es posible que critiquen a Sánchez por aumentar el gasto público y no critiquen a Casado y al PP, que aumentó el pasado año (con el apoyo del PNV, Ciudadanos y los partidos nacionalistas canarios) las pensiones y los sueldos de los funcionarios para 2019 (lo que ha explicado la mayor parte del aumento del gasto).
Como habrás podido comprobar, amigo lector, el PP nos ha subido los impuestos a todos los españoles, y en la era de la globalización los libertarios ya no son lo que eran. Mises ya ha fallecido, pero seguramente se habría ido espantado de la convención del PP diciendo que Pablo Casado y sus economistas son socialistas.
El problema es que cuando estás en una playa y pones tu toalla en el extremo derecho de la misma, tu percepción es que todos están a tu izquierda.