España no puede seguir instalada permanentemente en una crisis territorial paralizante, bucle del eterno retorno. Abordar la solución al problema de Cataluña, exige un nuevo Gobierno capaz de acordar soluciones políticas que respeten el marco constitucional, proponiendo un proyecto nacional compartido, atractivo e ilusionante. Un nuevo Gobierno comprometido con erradicar la corrupción política que tan negativamente afecta al funcionamiento de nuestras instituciones y a nuestro prestigio como país europeo. Necesitamos un país capaz de generar oportunidades para sus jóvenes, por lo que es imprescindible un cambio de modelo productivo que facilite la modernización de nuestra economía. Ha llegado el momento de analizar con rigor el estado de nuestra economía e identificar los vectores que urge activar para ser competitivos en un mundo global e interconectado. Es necesario potenciar nuestras infraestructuras de movilidad, energéticas y sociales (medioambiente, agua, sanidad, educación, telecomunicaciones...), instrumentos indispensables para combatir la desigualdad.

Necesitamos un Gobierno capaz de impulsar reformas constitucionales, no solo para facilitar el encaje de reivindicaciones territoriales siempre que no sean insolidarias sino, sobre todo, para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, haciendo posible, con la participación de las organizaciones sindicales, el desarrollo del modelo social europeo capaz de garantizar el empleo de calidad y los derechos de los trabajadores. Urge una nueva reforma laboral pactada con todas las fuerzas sociales que supere la reforma laboral de 2012, que ha propiciado la precariedad contractual y las bajas cotizaciones que han llevado a la Seguridad Social a un déficit anual de 18.000 millones de euros, a pesar de reducir el paro y crear empleo. Se necesita, sin duda, una profunda reforma del sistema de pensiones, quizás su financiación a través de nuevos impuestos a los beneficios de la banca y transacciones financieras sea algo a considerar.

 

Abordar la solución al problema de Cataluña, exige un nuevo Gobierno capaz de acordar soluciones políticas que respeten el marco constitucional, proponiendo un proyecto nacional compartido, atractivo e ilusionante

 

España necesita apostar de forma inequívoca por la internacionalización de su economía, las infraestructuras son sin duda un escenario privilegiado para desarrollar esta apuesta. Nuestras empresas gestionan casi el 40% de las principales concesiones de transportes del mundo, somos país líder en gestión de infraestructuras de transporte aéreo, portuario, terrestre y ferroviario, así como en construcción de obra civil. Estamos presentes en los proyectos de infraestructuras más relevantes en los cinco continentes, con inversiones que ascienden a más de 900.000 millones de euros. Lideramos los proyectos de alta velocidad ferroviaria en California, Reino Unido, Arabia Saudí (Medina-La Meca); proyectos ferroviarios como el corredor Berlín-Moscú y la conexión Rail Báltica, aportando la tecnología de pendulación natural y cambio de ancho. Nuestras empresas lideran los proyectos de transporte urbano en todo el mundo, desde el metro de Riad --de extraordinaria complejidad técnica-- hasta los metros de Londres, Toronto, Lima; participamos en obras de ingeniería de gran envergadura que abarcan toda la cadena de valor del proyecto, desde la fase de planificación y el diseño hasta en muchos casos la puesta en servicio.

El actual Gobierno conservador de Mariano Rajoy, anquilosado y sin ideas, atrapado por la crisis territorial y abrumado por los casos de corrupción, necesita ser sustituido en las urnas por un nuevo Gobierno progresista-reformista con capacidad de liderazgo para impulsar la modernización y la internacionalización de nuestra economía, capaz de apostar por el potencial innovador de nuestras empresas para poder competir en el mercado global. Un Gobierno capaz de generar consensos basados en la cooperación política entre partidos y en la cooperación "federal" entre todos los territorios. Un Gobierno que haga posible que España participe activamente en la reforma y modernización de Europa, apostando por la globalización del proyecto europeo frente a los nacionalismos excluyentes y proteccionistas. Un Gobierno capaz de recuperar Cataluña para un proyecto nacional compartido, facilitando a sus empresas la participación activa en la internacionalización de la economía española.