Tengo por costumbre empezar sin el titular. Al final me lo da el escrito. Es más emocionante. Que la última frase sea el titular. Principio y final. Pero hoy hago una excepción. Hace días que tengo este título en la cabeza.
La República catalana con la que sueña Puigdemont está trufada de mentiras. No entiendo cómo convencen a sus adeptos porque, para que cuele, una mentira debe ser envuelta con una media verdad, pero en este caso ni eso. Los indepes creen en el sueño como si fuera la fe de los primeros mártires cristianos que fueron arrojados al Coliseo, cuando Nerón, para saciar el hambre de las fieras. Uno cree lo que desea. Ciegamente.
Veamos algunos ejemplos palmarios: el mudo Oriol Junqueras no abre la boca desde hace una semana, escribo en la mañana del martes. La última declaración en una radio amiga fue que el órdago separata no iba afectar a la economía sino todo lo contrario.
Desde el 10-O, cada día se han ido una media de 150 empresas al día, en total, 13 del Ibex 35. Junqueras dijo que la huida de los bancos era transitoria. No dudo que sabe de historia, pero de economía tiene la misma pajolera idea que ZP cuando su ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, con los micrófonos abiertos, le dijo que bastaban dos tardes para que supiera lo que tenía que saber un presidente.
Junqueras tampoco sabe de Historia reciente, o se ha olvidado de lo que le pasó a las industrias de Quebec cuando el referéndum: las que se fueron no han vuelto. Por eso el partido nacionalista de Quebec ha quedado hecho unos zorros. Dijeron como Junqueras que la desbandada sería transitoria.
Otra historia que repiten con la fe del carbonero los aquejados de separatitis es que Francia, Alemania y no sé cuántas democracias europeas aceptan el referéndum como un derecho inalienable.
La República catalana con la que sueña Puigdemont está trufada de mentiras. No entiendo cómo convencen a sus adeptos porque, para que cuele, una mentira debe ser envuelta con una media verdad, pero en este caso ni eso
Me lo escribió por guasap un amigo íntimo con el que no quiero discutir. Amigos perfectos no existen.
Le pasé el guasap a la catedrática de Derecho Constitucional Teresa Freixes para que contestara. No quería herir nuestra amistad. La catedrática me contestó y yo lo dejé en el congelador porque no quise enturbiar la relación. ¡No existe ninguna Constitución en el mundo occidental que lo contemple ese derecho! Cuando digo ninguna ¡es ninguna!
La violencia del 1-O no me gustó pero veo que amigos, incluso un familiar, me han pasado montajes falsos de ese día negro que le va a costar muy caro al mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, porque los agentes de información de su cuerpo (en el argot policial se les conoce como pitufos), custodiaban urnas de plástico en donde se votó. Al margen de no haber previsto la ocupación de las escuelas durante todo el fin de semana.
Sí, montajes falsos como los de un niño ensangrentado. La foto no está trucada. Es real, pero corresponde a una actuación de hace unos años de los antidisturbios de los Mossos. O de la mujer que denunciaba que agentes de la Guardia Civil le habían roto los huesos de todos los dedos de una mano y que habían abusado sexualmente de ella. La insidia se la tragó un periodista de La Vanguardia. A los dos días esta increíble historia la desmintió ella misma ante el boicot de la venta de sus productos por internet.
La afirmación de Puigdemont de que había personalidades europeas que pedían al Gobierno de España una mediación cuando no había nadie. Incluso Manuel Valls, el barcelonés ex primer ministro francés, no sólo ha defendido la unidad de España sino que ha advertido de los peligros que la independencia de Cataluña iba a propagar por el viejo continente y que podría desembocar en una guerra en su seno. Lo dijo Valls. Por eso la inteligencia rusa siembra cizaña...
Me he quedado sin espacio. Podría hacer un ensayo con una miríada de ejemplos de esta República de las mentiras.
PD. He acabado como he empezado, pero está vez no me lo ha dado el escrito sino que, previamente, lo tenía en la mente.