Los “principios éticos” del Barna Clínic
Hace escasas semanas, la Comisión de Salud del Parlamento autonómico de Cataluña aprobó una resolución por la que se instaba al Gobierno de la Generalidad y, en concreto, al Departamento de Salud y al CatSalut , a inspeccionar y paralizar la actividad sanitaria privada que, desde hace años, se viene realizando, a través de la entidad “Barna Clínic”, en el Hospital Clínico y Provincial de Barcelona.
Barna Clínic, un entidad supuestamente privada, aunque, sin justificación conocida, recibe anualmente una dotación de 12 millones de euros de los Presupuestos de la Generalidad
Cumpliendo parcialmente con la resolución, la Consejería de Salud ha comenzado a investigar la relación entre ese Hospital, que es de titularidad pública, y su brazo privado, Barna Clínic, para ver si existe, tal y como denuncian partidos políticos y entidades sociales, un traspaso de pacientes del centro público a la clínica y si se está produciendo una utilización irregular de recursos públicos por parte de esa entidad, supuestamente privada, aunque, sin justificación conocida, recibe anualmente una dotación de 12 millones de euros a través de los Presupuestos de la Generalidad.
Todos los grupos políticos, a excepción de CiU, votaron a favor de la propuesta presentada por mí, y por la que se instaba a "inspeccionar" la actividad de esa entidad privada, así como también a revisar la utilización de los recursos del Hospital para atender a los pacientes de Barna Clínic, incluyendo el sistema retributivo de los profesionales que realizan esas actividades. La comisión de Salud del Parlamento requirió también a Salud a estudiar las incompatibilidades en las que pueden incurrir en cuenta a horarios y jornada laboral los trabajadores que ejercen en ambos centros, ante la respuesta parlamentaria del consejero de Salud, Boi Ruiz, en la que afirma que, durante el año 2.013, 561 profesionales del hospital Clínic de Barcelona también atendieron pacientes en Barna Clínic.
Aunque la moción aprobada, de forma mayoritaria por los parlamentarios catalanes, instaba también al gobierno a paralizar la actividad privada que realiza Barna Clínic utilizando recursos materiales y personales del Clínico mientras no concluya la inspección, el Consejero Ruiz ha decidido no dar cumplimiento a esa paralización alegando que no existe riesgo para la salud de la población.
El director general del hospital público, Josep María Piqué, que es a su vez miembro del Consejo de Administración de Barna Clínic, informó a sus trabajadores a través de una circular interna que "el Departamento de Salud no ha ordenado el cese de la actividad, sino que ha abierto un expediente informativo para analizar esta actividad y decidir si era necesaria alguna actuación". Piqué también explicó que el Clínico hará "reuniones con todos los profesionales del hospital" para exponer "con más detalle" los motivos de la creación de Barna Clínic y sus principios básicos y éticos. Concretamente, y respecto a esos principios éticos, dice el Dr. Piqué que esa valoración fue encargada a un grupo de expertos en ética y en economía de salud, externos e independientes, y que las conclusiones fueron que esa actividad privada, utilizando todos los recursos públicos, “no tan sólo era licita y ajustada a principios éticos, sino que además era deseable porque contribuía a la sostenibilidad del sistema público”.Para mayor tranquilidad, el Dr. Piqué informa en esa misiva de que “cualquier posible conflicto de ética asistencial es tratado conjuntamente por la Directora de Barna Clínic y el Director Médico del Hospital” sin hacer mención, claro está, a que ambos forman parte de la dirección de Barna Clínic y de su Consejo de Administración, en que están presentes también un buen número de escogidos profesionales y directivos del Hospital Clínico que, a su vez, prestan servicios profesionales en Barna Clínic por los que reciben generosas retribuciones adicionales.
Para los que no conozcan con detalle las “características” de Barna Clínic, ahí van algunos datos. Barna Clínic es, jurídicamente, una sociedad anónima participada mayoritariamente por el Hospital Clínico y Provincial de Barcelona, además de por otras dos Fundaciones privadas las cuales, a su vez, están también participadas mayoritariamente por el mismo Hospital. El Consejo de Administración está formado por un grupo de directivos del Hospital que también forman parte del Patronato de esas otras Fundaciones. En su página web se define como “una entidad sin ánimo de lucro que revierte todos sus ingresos al Hospital Clínico y, de esta forma, a la sociedad".
Eso es en realidad a lo que se limita Barna Clínic: unas camas de hospitalización ubicadas en habitaciones individuales, que ocupan una planta del Hospital Clínico de Barcelona
Ese ente fue constituido en el año 2000, aunque en su página web se hace constar que Barna Clínic “pone a disposición de los pacientes todo su conocimiento, la experiencia acumulada de sus profesionales, 100 años de investigación básica y clínica, y las tecnologías más avanzadas”. A pesar de que en esa pagina corporativa se anuncian 52 especialidades médico-quirúrgicas y más de 250 profesionales, en las cuentas de la entidad constan únicamente 69 trabajadores, la mayoría de ellos personal de enfermería que es el que atiende la zona de hospitalización situada en la planta séptima del Hospital Clínico, a la que se accede por una escalera y ascensor diferenciados. Eso es en realidad a lo que se limita Barna Clínic: unas camas de hospitalización ubicadas en habitaciones individuales, que ocupan una planta del Hospital Clínico de Barcelona. No tiene ninguna otra instalación, personal, material, instrumento ni activo con el que pueda desarrollar la tarea asistencial que promete “para garantizar la prevención, predicción, diagnóstico y tratamiento personalizado con los mejores resultados.”
Toda la actividad asistencial que, supuestamente, realiza Barna Clínic, la efectúan profesionales que prestan servicios, ya retribuidos con fondos públicos, en el Hospital Clínico de Barcelona y que, a través de esas actividades privadas que realizan indistintamente fuera o dentro del horario laboral contratado por el Hospital Clínico, perciben retribuciones adicionales que, en algunos casos, consiguen maximizar a través de sociedades previsoramente constituidas a fin de evitar la carga impositiva de las rentas individuales por el trabajo. En todos los casos eluden la cotización obligatoria a la Tesorería General de la Seguridad Social, puesto que a pesar de que su relación con el Hospital Clínico es laboral, actúan como si la relación con Barna Clínic no lo fuera. Ese ahorro en las cotizaciones al fondo general de la Seguridad Social supone también un importante beneficio para la entidad Barna Clínic, puesto que elude las cargas sociales obligatorias para todas las empresas por la contratación de sus trabajadores; ese ahorro puede suponer un 25% del total de los honorarios que abona a los profesionales, lo cual le permite competir ventajosamente en tarifas con cualquier otra entidad privada que sí asume esas cargas.
Pero si el ahorro en costes laborales y cargas sociales no fuera ya sustancioso, debe tenerse en cuenta que la entidad, prácticamente carente de activos, no necesita tampoco realizar inversiones ni costear amortizaciones puesto que dispone libremente de todas las instalaciones y recursos materiales del Hospital Clínico para desarrollar, y cobrar, la actividad privada que realiza. Ni tan sólo hace frente a los consumos que ¡cómo no! corren a cargo de fondos públicos. Resulta interesante señalar que las escasas existencias que se reflejan en las cuentas anuales se limitan, prácticamente en exclusiva, a “material odontológico” y ello es así puesto que, como es sabido, esa prestación asistencial odontológica no se incluye en la cartera pública de servicios y a la entidad no le queda otro remedio que correr con ese gasto.
Precisamente ante por la imposibilidad de competir con una entidad con costes y gastos tan limitados, la Asociación Catalana de Entidades de Salud (ACES), patronal de centros exclusivamente privados, demandó al Hospital Clínico y a su empresa supuestamente privada, Barna Clínic, por “competencia desleal”. La patronal acusa a ambas instituciones de utilizar los recursos públicos del Clínico para realizar actividad privada en Barna Clínic. Para ACES, el hecho de que el centro público y su brazo privado compartan ubicación, domicilio, profesionales e instalaciones, altera el circuito de los pacientes y las listas de espera y supone una competencia desleal para los otros centros. La demanda civil se presentó hace mucho tiempo y, al parecer, se han interpuesto por parte de Barna Clínic numerosos obstáculos procesales para retardar al máximo la resolución del pleito.
Las contraprestaciones económicas abonadas por Barna Clínic están muy por debajo de lo establecido en ese Convenio
Los responsables de la entidad, y también el Consejero de Salud, manifiestan reiteradamente que Barna Clínic abona determinados cánones por todas esas prestaciones personales y materiales al Hospital Clínico, y que todo ello está regulado en un Convenio de colaboración del que no se tiene conocimiento público. A pesar de todas esas manifestaciones, el informe publicado en el año 2012 por la Sindicatura de Cuentas de Cataluña respecto el Hospital Clínico y Provincial de Barcelona, afirma que las contraprestaciones económicas abonadas por Barna Clínic están muy por debajo de lo establecido en ese Convenio.
La pasada semana, el Dr. Piqué mantuvo una reunión con el Comité de Empresa y representantes de los trabajadores del Hospital Clínico para manifestarles lo infundado de las críticas y de las actuaciones parlamentarias respecto las actividades de Barna Clínic, que reiteradamente realizan profesionales, pacientes, entidades sociales, sindicales y políticas.
Según me han informado, el Dr. Piqué y algunos de los profesionales que participan y propician tales actividades, acusan pública y directamente a las personas que no comparten sus “principios éticos”, entre las que tengo el honor de incluirme, de “querer destruir el sistema sanitario de Cataluña”, en referencia específica a esa peculiar colaboración público - privada de la que ellos son los inventores y únicos beneficiarios. Debo admitir que, en este caso, están en lo cierto.