Pensamiento
Cataluña debe 20.500 millones a Madrid
Madrid debe 16.000 millones de euros a Cataluña. Este mantra se ha ido repitiendo en los últimos tiempos como justificación fundamental de la necesidad de independizarse de España para hacer frente a los ahogos económicos que sufre el Gobierno autonómico catalán. El presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha citado los 16.000 millones famosos en cada entrevista y acto público que ha protagonizado en los últimos meses.
Y muchos interlocutores míos en el debate sobre los pros y los contras de la independencia utilizan esa cifra como si fuese un dogma de fe, indiscutible. Pero es discutible, claro. Lo es tanto que hace unos días el Gobierno autonómico catalán recortaba esa cifra en cerca de 7.000 millones. El consejero de la Presidencia, Francesc Homs, cifraba en 9.375 millones de euros los agravios que España tiene contraídos con Cataluña.
Nadie parece haberse preocupado de este cambio de magnitud del expolio y es posible que Junqueras siga anclado en sus 16.000 millones durante una buena temporada.
Las relaciones financieras entre las Comunidades Autónomas y el Gobierno central pueden mejorar
Con las cifras se puede hacer lo que se quiera. Las balanzas fiscales se inclinan más o menos, de un lado o del otro, en función de quien las calcula. Unos pretenden demostrar que "España nos roba" y los otros, que no hay para tanto, que si nos roba, nos roba poquito. De momento, no he oído voces diciendo que Cataluña roba a Madrid, pero todo se andará.
En realidad, Cataluña debe a Madrid 20.500 millones de euros. Casi la mitad de la deuda que el Gobierno autonómico tiene contraída es con la administración española. Por tanto, si Cristóbal Montoro tuviera un pronto y perdonase a la Generalidad los 20.500 millones que le adeuda, aún quedarían 4.000 millones de euros por encima de los 16.000 de la deuda junqueriana.
Las relaciones financieras entre las Comunidades Autónomas y el Gobierno central pueden mejorar. No tiene sentido que Cataluña sea la tercera Comunidad que más ingresos aporta a las arcas del Estado y después sea la décima en aportaciones recibidas de ese Estado. Pero tampoco lo tiene que la Comunidad de Madrid pase de ser la primera a la decimoprimera. O Baleares, de la segunda a la novena.
En Alemania, el sistema de reparto financiero permite reducir las distancias entre estados ricos y pobres pero no distorsiona el orden de riqueza. Aplicarlo a España parecería acertado. Mucho más que engañar a los ciudadanos con cifras y palabras que cambian de un día a otro y no se corresponden con la realidad.