Pensamiento

Otro otoño caliente

22 septiembre, 2013 09:17

Las vacaciones empiezan a ser un recuerdo lejano para aquellos que tuvimos la suerte de hacerlas. La realidad se impone. El curso político ha empezado fuerte. Los presagios no parecen nada halagüeños. Como se suele decir en estas fechas: este año vamos a tener un otoño caliente. Ciertamente, la frase se ha convertido en un clásico, pero es bien verdad que tal y como están las cosas vamos a tener un otoño cargado de acontecimientos, tanto a nivel mundial como en España y, también, en Cataluña.

Veamos: el pasado 28 de agosto se cumplieron 50 años desde que Martín Luther King pronunció su famoso "I have a dream". Con el primer presidente negro de la historia de los EEUU, Barack Obama, el racismo debería ser cosa del pasado. Sin embargo, las desigualdades en el país más desarrollado del planeta siguen siendo una realidad. Sería absurdo negar que los avances que se han producido en este medio siglo han sido enormes, pero todavía están lejos de ser suficientes: la pobreza infantil en los negros triplica la de los blancos y el desempleo es casi el doble. La brecha en el rendimiento educativo entre blancos y negros es brutal. Y, todavía hoy, en pleno siglo XXI, un negro tiene muchas más probabilidades de ir a prisión y ser condenado que un blanco.

En el discurso que Obama pronunció para conmemorar el acontecimiento advirtió que mientras no se avance en justicia social en EEUU y no se ponga punto final a lo que él denominó "discriminación legalizada" el sueño de auténtica igualdad del predicador asesinado a tiros no se habrá cumplido. Y lo que sucede en EEUU, nos guste o no, nos atañe de manera directa a todos los habitantes de la Tierra.

Es evidente que, en caso de producirse una intervención militar extranjera, cualquier respuesta por parte del Gobierno sirio y/o sus aliados sería factible

Si echamos un vistazo a Oriente Próximo, el ataque químico denunciado por la ONG Médicos sin Fronteras y confirmado por los investigadores de la ONU, ha hecho que la guerra civil que se padece en Siria haya vuelto a ocupar las cabeceras de todos los medios de comunicación. EEUU, con el apoyo de Francia, señala directamente a Bashar El Asad como responsable máximo de lo sucedido y hace campaña por una intervención armada. Por su parte, Rusia e Irán culpan a los rebeldes de haber orquestado el ataque para desencadenar una operación internacional en el momento en que las tropas del régimen están consolidando sus posiciones. Sea como fuere, parece que la vía diplomática se está abriendo paso a otras iniciativas, aunque sólo sea de momento y todo penda de un hilo.

Es evidente que, en caso de producirse una intervención militar extranjera, cualquier respuesta por parte del Gobierno sirio y/o sus aliados sería factible, y puesto que los equilibrios son tan frágiles en la zona, el más mínimo error de cálculo puede generar una tragedia de magnitudes insospechadas.

En Egipto pintan bastos. Tras el golpe de Estado que sacó del poder al islamista Mohamed Morsi, y tras una represión sangrienta y sin concesiones, el Ejército se ha hecho con el control del país. Golpeados por una represión que ha causado miles de muertos, y con sus dirigentes detenidos, los Hermanos Musulmanes han sido neutralizados, al menos de momento. Las esperanzas que se abrieron con el arranque de la primavera árabe en 2011 se desinflan, y el país parece regresar al punto de partida. En esta situación, solo faltaba la excarcelación del ex dictador Hosni Mubarak que, habiendo cumplido su periodo de prisión preventiva, ha quedado en arresto domiciliario a la espera ser juzgado por diversos cargos.

Ciertamente, es muy pronto para dar por finiquitada la primavera egipcia (recordemos el tiempo y la sangre que costó para los países de Europa el largo camino a las libertades). Habrá que ver si el Ejército pretende reconducir la transición a la democracia o retornar al viejo orden. En ese caso, más pronto que tarde las calles volverán a estallar. Y lo que entonces pueda suceder es imprevisible.

Por lo que respecta a nuestro entorno político más inmediato, los ciudadanos de este país aun tenemos en la memoria la comparecencia de Rajoy en el Congreso, el pasado 1 de agosto, para hablar del caso Bárcenas. Solo convenció a los suyos. La oposición, además, afirma que mintió. Sea como fuere, la ciudadanía merece una explicación lógica y razonable del caso Bárcenas. Asimismo, hay que explicar las fabulosas condiciones del finiquito pactado con el ex tesorero. La percepción que hay en la calle es que se trataba de evitar que hablara. Y un gobierno no puede vivir proyectando esas sombras de dudad sobre la sociedad.

Unos cuantos iluminados siguen empecinados en hacernos creer que nosotros somos el pueblo elegido de Dios

Por eso, ahora que se inicia un nuevo curso político en un clima económico algo más esperanzador que el anterior, se debería evitar, a toda costa, que la inestabilidad política dé al traste con los indicios de recuperación, aunque éstos sean tímidos.

Pues bien, en este contexto, preñado de presagios tan poco halagüeños, aquí, en Cataluña, unos cuantos iluminados siguen empecinados en hacernos creer que nosotros somos el pueblo elegido de Dios. Y la Generalidad se prepara para afrontar un otoño, y tal vez un invierno, donde, casi con toda seguridad, se pondrá fecha de caducidad a su proyecto secesionista. En este periodo, Mas tendrá que defender una prórroga de los presupuestos que aprobó con la complicidad del PP. Deberá, también, elaborar unas cuentas para 2014 todavía más austeras, afrontar la resolución judicial del caso Palau y la presunta financiación irregular de CDC.

De todos modos, la cadena humana del pasado día 11 ha dado nuevos bríos a Artur Mas y a sus más próximos colaboradores y se ha comprometido a fijar la fecha para la consulta y la pregunta antes de que finalice el año.

Por su parte, ERC, que está en el momento más álgido de su trayectoria desde la etapa de la Guerra Civil, aprieta cada día un poco más al Gobierno de la Generalidad poniéndolo así a los pies de los caballos. Todo esto hace que en la calle Córcega de Barcelona (sede de CDC) se vivan días intensos. Deberán resolver, más pronto que tarde, la cuestión de la vacante de la Secretaría General, que Oriol Pujol ha delegado por su imputación en el caso de las ITV, y todo eso, sin perder de vista a los socios de Unió, a la vez que negocian con ellos la hoja de ruta soberanista. Además, el presidente autonómico acaba de recibir la carta de Mariano Rajoy que le invita al diálogo dentro del marco constitucional. Total: un bon berenar, que dirían en Mallorca.

Un inicio de curso apasionante que nos augura otro otoño caliente.