Adiós a esta mítica sala de fiestas de L'Hospitalet: Necesitamos la ayuda de la comunidad

Adiós a esta mítica sala de fiestas de L'Hospitalet: "Necesitamos la ayuda de la comunidad" INSTAGRAM

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Adiós a esta mítica sala de fiestas de L'Hospitalet: "Necesitamos la ayuda de la comunidad"

La sala principal está concebida para acoger proyectos experimentales

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Tristeza entre los amantes de la música y la cultura underground. La sala El Pumarejo, ubicada en L’Hospitalet de Llobregat, ha anunciado su "cierre temporal". Un adiós que duele a sus impulsores y a su público asiduo.

Nacido en 2015 como una asociación cultural sin ánimo de lucro, El Pumarejo se ha consolidado en esta década como un espacio de referencia para la música independiente y la creación artística emergente en Cataluña

Concebido como un refugio para propuestas que no encuentran cabida en los circuitos comerciales, funciona especialmente como sala de conciertos. Aun así, ha hecho las veces de, laboratorio creativo y punto de encuentro para artistas nacionales e internacionales.

El espacio ha impulsado residencias artísticas, que permiten a los creadores desarrollar sus proyectos con apoyo logístico y acceso a instalaciones. Un modelo que lo ha convertido en una auténtica incubadora de propuestas culturales que más tarde han circulado por festivales y galerías.

Inicios de la sala

Desde sus inicios, en el barrio de Vallcarca de Barcelona, el proyecto ha apostado por una programación ecléctica que abarca géneros como el jazz experimental, la electrónica, la improvisación libre y el rock alternativo. 

El encarecimiento de los espacios en Barcelona acabó motivando su traslado a la ciudad vecina, donde encontró un entorno más favorable para crecer. Se ubicaron en una antigua nave industrial y gracias al auge de L’Hospitalet como polo cultural creció cono la espuma, pero no sin problemas.

Primeros problemas

El proyecto se sostiene gracias a una combinación de aportaciones voluntarias, trabajo comunitario y colaboración de socios. Esto, si bien garantiza su independencia frente a las lógicas comerciales del mercado cultural, también hace más difícil su viabilidad.

Pero los motivos que han llevado a su cierre han sido otros. Uno de los más duros fue la pandemia de Covid-19, que puso a prueba El Pumarejo. 

Campaña de sensibilización en la fachada de El Pumarejo durante la pandemia / INSTAGRAM

Campaña de sensibilización en la fachada de El Pumarejo durante la pandemia / INSTAGRAM

Ayuda del público

Durante 2021, la asociación lanzó una campaña de micromecenazgo con la que buscaba reunir alrededor de 18.250 euros destinados a obras de mejora y adaptación a las nuevas normativas.

La iniciativa recibió apoyo de la comunidad artística y vecinal, lo que permitió mantener la programación activa en un momento de máxima incertidumbre. Pero ha habido más impedimentos.

El golpe más duro

“Aunque hasta ahora hemos tenido permiso para realizar actividades, la falta de licencia definitiva de sala de conciertos nos deja más expuestes a denuncias, quejas vecinales y presión policial”, exponen en su mensaje de despedida.

Al parecer, algunos vecinos se han quejado por las molestias que generan los conciertos y otras actividades que realizan. Eso se ha traducido en denuncias y presencia policial continua. Sumado a los trámites burocráticos, la supervivencia se ha hecho imposible.

Qué les pasa

“La notificación actual nos exige acelerar y terminar las obras pendientes en el plazo de un mes”, adelantan. Unas mejoras que no pueden afrontar debido a su situación económica y las multas que han tenido que enfrentar.

“Tras un agosto cerrades y sin poder abrir en septiembre, no podemos generar ingresos para cubrir los gastos fijos (5.300€), el pago a artistas pendientes (4.761€) y las obras necesarias (8.016€)”, detallan.

A esto cabe sumar que, según exponen, están “a la espera de que el Ayuntamiento se posicione y levante la medida cautelar” que les ha obligado a detener los conciertos y, por tanto a cerrar. Un cierre que puede ser definitivo si no las soluciones no llegan a tiempo. 

Necesitamos un último empujón”, advierten. Por eso han iniciado una nueva campaña de crowdfunding para poder abrir. Por ahora, no han dicho nada más, pero sus redes sociales están cerradas.

Futuro en el aire

El cierre de El Pumarejo supone un duro golpe para la actividad cultural de L’Hospitalet. Aquí no solo se iba de concierto, se realizaban exposiciones, talleres y demás. “Es la casa y cobijo de muches”, como dicen ellos.

La sala principal, de unos 65 metros cuadrados, está concebida para acoger proyectos experimentales en un ambiente de proximidad entre artistas y público. Y la flexibilidad del espacio permite acoger desde propuestas sonoras hasta instalaciones visuales o performances híbridas. Muchos temen ya que la sala no resista el golpe.