Entrevista a Jaume Sanpera

Entrevista a Jaume Sanpera GALA ESPÍN Barcelona

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Jaume Sanpera, CEO de la catalana Sateliot: "No la imagino integrada dentro de una gran empresa"

La empresa barcelonesa de satélites, especializada en tecnología 5G-IoT, cerró hace unos meses una ronda de financiación por 70 millones

Está trabajando en el lanzamiento de una constelación de cien nanosatélites para asegurar conectividad en tiempo real en zonas sin cobertura

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Sateliot, fundada en Barcelona en 2018, trabaja en una red de satélites 5G-IoT (internet de las cosas), una tecnología que conecta objetos y dispositivos a internet para enviar y recibir datos. Su objetivo es ofrecer conectividad global, especialmente en zonas donde las redes móviles tradicionales no llegan.

Meses atrás, cerró con éxito una ronda de financiación de 70 millones, con inversores como Hyperion (el fondo de Pablo Casado), la 'sepi' digital (Sociedad Española para la Transformación Tecnológica) y Global Portfolio Investments, del grupo Mayoral. Esta inversión se destinará para lanzar una constelación de cien satélites que brindarán cobertura global.

En un escenario geopolítico clave, donde sectores como la defensa y las telecomunicaciones cobran cada vez más importancia, la empresa catalana avanza en la integración de conectividad satelital y móvil. En esta entrevista, su fundador y CEO, Jaume Sanpera, cuenta a Crónica Global  los desafíos que enfrenta la empresa, la financiación en Europa y el papel actual de la tecnología satelital, entre otras cuestiones.

¿Cómo funciona la red que han desarrollado?

Lo que hemos conseguido con 5G e Internet de las cosas (IoT) es extender las redes móviles. Por ejemplo, si tienes un contenedor refrigerado en el centro de Barcelona y lo embarcas rumbo al océano, podrás seguir sabiendo la temperatura, humedad o si se ha abierto la puerta. Nosotros somos como una torre de telecomunicaciones, pero en el espacio.

¿Puedo conectarme con el móvil?
No exactamente. Nosotros conectamos sensores, no móviles. Todo funciona con 5G, pero el estándar que usamos es el del IoT. Hablamos de sensores en contenedores, oleoductos, campos agrícolas, ciudades…Se mide todo: humedad del suelo, si un semáforo detecta coches, si un contenedor está lleno o cuándo se abre. Hasta una vaca o una cafetera pueden estar conectadas. Lo que hacemos es digitalizar el mundo rural y zonas remotas.
Entrevista a Jaume Sanpera

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La idea de Sateliot, ¿nace en respuesta a esa solución en concreto o detectaron un vacío en el mercado? 

En el 20% del planeta que está cubierto por operadores móviles, hay 5.000 millones de cosas conectadas. En el otro 80%, solo hay 4 millones. ¿Por qué? Porque los dispositivos satelitales tradicionales eran carísimos. Con Iridium, por ejemplo, un dispositivo costaba 400 dólares. En cambio, uno de Telefónica con 5G cuesta diez euros. Pensamos: "No puede ser que para conectar algo te gastes 400 dólares". Había muchas necesidades sin cubrir.

¿En qué se diferencian de Starlink o Iridium?
Starlink (la empresa de satélites de Elon Musk) da banda ancha. Es espectacular si quieres ver Netflix en alta definición en medio del mar. Pero necesitas un dispositivo de 500 euros, enchufado y con antena grande. Nosotros no somos para eso. Iridium, por otro lado, también hace IoT, pero es un sistema cerrado: su dispositivo solo se conecta a Iridium. Nosotros somos abiertos: usamos el estándar 5G, como los móviles. No diseñamos dispositivos, usamos los existentes.
¿Y cómo se integran en un ecosistema dominado por grandes telecos?
Somos los primeros en usar tecnología móvil desde satélite. Para un operador móvil, no cambia nada: el mismo dispositivo se conecta a su torre o a nuestro satélite. Usamos contratos de roaming, como cuando viajas al extranjero. Para los operadores, somos una nueva fuente de ingresos y sin inversión. Además, se quitan presión de los gobiernos para cubrir zonas no rentables. Ya hemos firmado acuerdos en 58 países y con cerca de setenta operadores móviles.
¿Cómo gestionan la seguridad de los datos?
Como nos basamos en el estándar 5G, los datos van encapsulados. Si un barco lleva una SIM de Verizon, nosotros no sabemos si es una vaca o un contenedor. Solo lo pasamos a su operador. Además, nuestros satélites no están conectados a internet, solo a nuestras estaciones de tierra, que a su vez están conectadas al core del operador. Hackear un satélite es extremadamente complejo.
Hablando de Cataluña, ¿qué oportunidades y retos supone operar desde Barcelona?
El talento es uno de los mayores retos, y Barcelona lo resuelve muy bien. Hay gente de todo el mundo en nuestra oficina. Atraer talento aquí es fácil. Además, hay mucho conocimiento TIC. Somos una empresa híbrida: espacio y telecomunicaciones. Y aquí hay un polo potente de ambas cosas.
¿Y en inversión?
Europa tiene un déficit en el mercado de capitales. El americano es más ágil y abierto al riesgo. A pesar de eso, cerramos nuestra ronda de inversión con accionistas 100% españoles. Eso es una buena señal: hay un cambio de actitud. Cataluña ofrece una buena base, pero todavía hay camino en términos de financiación privada más ágil.
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¿Cómo ha sido el proceso de financiación?

Sateliot nació en 2018. Hicimos una ronda semilla de 2,5 millones, luego una Serie A de 10 millones y ahora una Serie B de 40 millones en capital y 30 en deuda. Los principales inversores son GPI, Imperion y la SETT (Sociedad Española de Transformación Tecnológica). La deuda vino del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Cada vez recibimos más interés, especialmente ahora que Europa se ha dado cuenta de que necesita soberanía tecnológica.

¿Qué cambios desean para acelerar la innovación?
Europa tiene que perder el miedo a apostar por nuevas compañías, no solo por las clásicas. Nosotros nacimos desde cero en 2018. Los operadores tradicionales tienen equipos que ya han pagado y deben rentabilizar, así que no pueden innovar con la misma libertad. También necesitamos constelaciones funcionales mucho antes de 2030. No podemos esperar.
¿Se puede usar esta red en momentos de crisis o conflictos?
Claro. Si España y Europa desarrollan una constelación con Sateliot, eso permite tener control de fronteras, soldados conectados, vigilancia. Es una herramienta diplomática. Podemos ceder o quitar esa conectividad. Igual que hizo Elon Musk con Ucrania, pero nosotros estamos participados por el Gobierno español (20%) y seguiremos sus directrices en defensa e infraestructuras críticas.
¿Cómo manejan el impacto medioambiental de los satélites?

Primero, todos nuestros nanosatélites tienen propulsión. Eso significa que, al final de su vida útil (unos 5 años), los guiamos para que entren en la atmósfera y se desintegren. Ya lo hicimos con el primero en 2023. Segundo, usamos pintura no reflectante para evitar contaminación lumínica. Por otro lado, colaboramos con más de 25 ONGs globales. Por ejemplo, con SOS Amazonia (Brasil) para detectar incendios, o con asociaciones africanas que protegen especies en peligro. Les damos conectividad gratis, porque antes no podían asumir los costes de Iridium.

¿Cómo ves la empresa en 5 años?

No la imagino integrada dentro de una gran empresa. Tiene mucho recorrido propio. La conectividad satelital avanza rápido y hay muchos proyectos por hacer.

¿Qué avances marcarán el futuro?

La telefonía móvil conectada directamente a satélite. El 6G, previsto para 2030, integrará de forma natural la conectividad terrestre y satelital. En ciudades, por la noche, algunas torres podrían apagarse y usarse satélites para ahorrar energía. Aunque las torres seguirán siendo necesarias por su capacidad.