Frontera entre Andorra y España en una imagen de archivo

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Una catalana viaja todos los días 200 kilómetros para ir a su trabajo en Andorra: “Aquí pagas 850 euros por el alquiler”

Ella critica que los propietarios buscan aplicar un "precio de turismo" a los alquileres de larga duración, lo que les permitiría ganar "una burrada" en tan solo una semana

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Tal y como está el coste de vida hoy en día, son muchos los que no pueden vivir en la misma ciudad donde trabajan. El mayor problema y preocupación que lleva a muchos ciudadanos a decidir vivir unos cuantos kilómetros es la vivienda.

Una vez más, el precio de la vivienda es el foco de muchas familias y jóvenes para decidir dónde ponen el huevo en cuanto a hogar se refiere. En este contexto, son muchos catalanes los que hacen 200 kilómetros o más para ir a trabajar día sí y día también.

En este contexto, hay muchos que hacen diariamente el trayecto Barcelona-Andorra, ya que en el pequeño principado la vivienda alcanza unos precios insostenibles para quienes trabajan allí, viéndose obligados a compartir piso o depender de transporte todos los días.

El testimonio de la administrativa de La Seu revela en Talent Match la grieta entre el salario y el coste de vida, un dilema que define la actual realidad de Andorra. Ella estima que el sueldo mínimo ronda los “1.100-1.300 euros”, una cifra que no varía con respecto a nuestro país: "Los sueldos están muy parecidos a España".

Sin embargo, aquí es donde reside la principal dificultad. A diferencia de los bajos impuestos que disfrutan los grandes patrimonios, la clase media y trabajadora se enfrenta a un coste de vida "carísimo". La disparidad se hace evidente en el sector de la vivienda, el problema más agudo de Andorra.

La administrativa afirmó rotundamente que para ella es "imposible vivir sola aquí". El motivo es que los precios son exorbitantes, generando una brecha insalvable entre los ingresos y los gastos de alojamiento: "es imposible lo que vale el alquiler a lo que es el sueldo".

Ella critica que los propietarios buscan aplicar un "precio de turismo" a los alquileres de larga duración, lo que les permitiría ganar "una burrada" en tan solo una semana.

Por ello, muchos trabajadores están obligados a compartir piso y alquilar habitaciones con ocho personas, pagando 850 euros por una habitación. En un país donde el precio del metro cuadrado ronda los 4.500 o 5.500 € y el sueldo medio apenas roza los 1.600 €, compartir piso o regresar a casa se convierte en la única opción para muchos jóvenes.

El problema es tan grave que incluso profesionales bien pagados, como un ingeniero de ciberseguridad que gana entre 40.000 y 45.000 € al año, consideran que su sueldo no es suficiente para afrontar los precios de los pisos.