De izquierda a derecha: Jordi Segarra, Josep Tabernero, Pere Mir y Àngel Surroca

De izquierda a derecha: Jordi Segarra, Josep Tabernero, Pere Mir y Àngel Surroca Crónica Global

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Nuevo capítulo del 'caso Cellex': Fiscalía reclama intervenir otra vez las fundaciones de Pere Mir

La Audiencia de Barcelona obligó a repetir la vista de cautelares y ahora el juzgado de instrucción debe decidir si reactiva la intervención

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Nuevo capítulo en el enrevesado 'caso Cellex'Tal y como adelantó Crónica Global, la Audiencia Provincial de Barcelona anuló el auto en el que el Juzgado de Instrucción número 12 imponía severas medidas cautelares contra los albaceas de las fundaciones Cellex y Mir Puig, entre ellas la intervención judicial de ambas entidades y de las empresas mercantiles vinculadas a su patrimonio.

El tribunal entendió que, en aquella primera comparecencia, se había vulnerado el derecho de defensa de los investigados al no haber contado con tiempo suficiente para analizar la ingente documentación incorporada a la causa tras el levantamiento del secreto de sumario.

Una circunstancia que, a juicio de la Audiencia, supuso un auténtico vaciamiento de las garantías procesales. Por ese motivo, dejó sin efecto las medidas acordadas y ordenó repetir la vista de medidas cautelares.

Sin sorpresas

Pues bien, ese día llegó y este viernes, 12 de diciembre, todas las partes --Fiscalía, acusación particular y defensas-- se han vuelto a encontrar en la sala del Juzgado de Instrucción 12 de Barcelona para celebrar la nueva comparecencia, tal y como había ordenado la sección novena de la Audiencia.

Sin sorpresas de fondo, las posiciones han sido exactamente las mismas que en abril:

La Fiscalía y la acusación particular han reclamado de nuevo la intervención inmediata de las fundaciones privadas creadas por el empresario y mecenas Pere Mir Puig, mientras que las defensas se han opuesto frontalmente a cualquier medida restrictiva sobre el patrimonio de sus representados.

El mecenas y empresario catalán Pere Mir con los apartamentos de Ginebra de fondo

El mecenas y empresario catalán Pere Mir con los apartamentos de Ginebra de fondo Crónica Global

Fiscalía lo tiene claro 

En concreto, el Ministerio Público ha solicitado que se vuelva a acordar la administración judicial de las fundaciones Cellex y Mir Puig y que se impida a los albaceas investigados --Jordi Segarra, Josep Maria Tabernero y Juan Francisco Capellas-- acceder y disponer de sus bienes, en el marco de la investigación por el presunto desvío de fondos de estas entidades.

La Fiscalía ha defendido que estas medidas son necesarias para salvaguardar el patrimonio fundacional y garantizar la efectividad de una eventual responsabilidad patrimonial, ante el riesgo de que los activos sigan diluyéndose mientras avanza la instrucción.

Jordi Segarra ante el edificio de la calle Raset de Barcelona

Jordi Segarra ante el edificio de la calle Raset de Barcelona Crónica Global

Además, el fiscal Álvaro de Juan García ha interesado la prohibición de disponer sobre varios inmuebles, así como el embargo de objetos de valor, con el objetivo de evitar cualquier maniobra que pueda comprometer los bienes de las fundaciones y de las sociedades vinculadas.

La juez expulsa a la Generalitat

Por su parte, las defensas de los albaceas han insistido en que no ha existido delito alguno y han rechazado la adopción de nuevas medidas cautelares al considerar que no concurre ni riesgo patrimonial ni indicios suficientes que justifiquen una intervención judicial.

En este sentido, han subrayado que la propia jueza instructora, Myriam Linage, acordó expulsar a la Generalitat de Cataluña como acusación particular al entender que no ha resultado perjudicada por ninguno de los presuntos delitos investigados.

La incorporación de la Generalitat al procedimiento se produjo después de que fuese el Protectorado de Fundaciones de Cataluña --dependiente del Departamento de Justicia-- quien asumiera el control y la supervisión de las fundaciones Cellex y Mir Puig, en el marco de sus competencias administrativas.

La denuncia inicial

La investigación judicial sobre las fundaciones Cellex y Mir Puig se inició a raíz de una denuncia interpuesta por Àngel Surrocafue la mano derecha de Pere Mir en su etapa en Derivados Forestales. 

En dicha demanda ya se alertaba de un presunto desvío de fondos desde estas entidades —creadas para financiar investigación científica— hacia sociedades mercantiles y patrimonios privados vinculados a los propios albaceas del mecenas Pere Mir Puig.

Esquema del quién es quién en el 'caso Cellex'

Esquema del quién es quién en el 'caso Cellex' Crónica Global

Tras las primeras actuaciones, la instrucción pudo estimar el perjuicio económico provisional en 6,2 millones de euros, una cuantía que los investigadores atribuyen a operaciones ajenas a los fines fundacionales y que se analizan bajo la sospecha de delitos de administración desleal y apropiación indebida.

La causa pone el foco en diversas operaciones patrimoniales e inmobiliarias realizadas tras la muerte de Mir, cuando el control del patrimonio quedó en manos de sus albaceas, ahora investigados. 

Entre las transacciones sospechosas figuran transferencias a cuentas personales, incrementos salariales injustificados, donaciones de joyas, concesión de pensiones vitalicias y la cesión de una lujosa vivienda en Baqueira-Beret a uno de los albaceas.

Nuevas revelaciones 

En paralelo, y según recientes informes de la Unidad Central contra el Blanqueo de Capitales de los Mossos d’Esquadra apuntan directamente a Segarra como el cerebro del expolio, aunque concluyen que Tabernero y Luis Torner eran conocedores de los movimientos.

El propio Tabernero, según la documentación intervenida, participaba en reuniones estratégicas sobre la gestión del patrimonio y llegó a tener autorización para operar con cuentas de la Fundación Cellex en Londres.

El informe señala que esta posición privilegiada dentro del entramado empresarial de las fundaciones Cellex y Mir Puig “les podría haber hecho conocedores del destino que Segarra estaba dando a unos activos que, según la voluntad de Pere Mir, debían haber terminado en la Fundación Cellex”.