Los cánticos de los aficionados del Celtic de Glasgow contra la coronación de Carlos III / TWITTER

Los cánticos de los aficionados del Celtic de Glasgow contra la coronación de Carlos III / TWITTER

Letras

Los hinchas del Celtic de Glasgow

Los aficionados de este equipo han 'pasado' de la coronación de Carlos III, pero sin utilizar las expresiones de otro 'pasota', el escritor Evelyn Waugh

6 mayo, 2023 18:00

You can shove your coronation up your arse” cantaban el otro día, a coro, los hinchas del Celtic de Glasgow, en el estadio, al principio de un partido de fútbol, sin duda para ellos muy importante. Así manifestaban su desprecio –o algo peor-- por el rey Carlos III, que ha sido coronado este sábado, en sucesión de la difunta Isabel II. Daba cierta impresión oírles. Afinaban bastante. Glasgow es la tercera ciudad de Escocia y la tercera del Reino Unido, es fácil de entender que allí muchos no aprecien, sino más bien todo lo contrario, a la dinastía Windsor, hay algunos motivos históricos.

La frase quiere decir “Te puedes meter tu coronación por el culo”: con tan contundente y lapidaria sentencia, que quizá no sea de muy buen gusto pero tiene, en cambio, la ventaja de que no se anda con circunloquios ni zarandajas, los hinchas del Celtic dejan meridianamente claro y sin dejar lugar a dudas que pasan de la monarquía. Vale. Un desahogo sin consecuencias, pues caben pocas dudas de que a no ser que al ya madurito Charles meta la pata escandalosamente, la monarquía británica es una institución a la que le queda mucha vida. Confiemos que según vayan pasando los años y Charles envejezca irreversiblemente y fallezca y llegue otra coronación, los hinchas del Celtic no se sientan demasiado frustrados. Además el futuro no está escrito, quizá la suerte les sonría y se libren de personaje que tan poca simpatía les suscita. A mí, plim.

A mí lo que me ha enternecido ha sido lo de “up your arse”, “por el culo”, que traducida literalmente sería algo así como “culo arriba”. Inmediatamente me ha recordado al novelista británico Evelyn Waugh (1903-1966), aquí bien conocido sobre todo por la exitosa serie de televisión, joya de la BBC basada en su novela Retorno a Brideshead. Leí un par de veces esa novela en la vieja edición de Argos Vergara, me emocionó la primera vez, la segunda valoré ciertos ingeniosos aciertos narrativos, cierta atmósfera… Luego leí todas sus demás novelas, en Anagrama. Unas son más cómicas, otras más serias, todas tienen un pozo melancólico, un espíritu más reaccionario que conservador, muchas tienen una desagradable veta de nostalgia imperialista, la única que a mi entender alcanza los niveles emocionales de Retorno a Brideshead es la última que escribió, Los seres queridos. Aun así, y con todos los peros y objeciones que le pueda poner, desde luego que si pudiera firmaría encantado todos y cada uno de sus libros.

El escritor Evelyn Waugh / NATIONAL PORTRAIT GALLERY

El escritor Evelyn Waugh / NATIONAL PORTRAIT GALLERY

Como su literatura, Waugh era un personaje más bien ácido, según lo retrata en sus memorias su hijo Oberon. Recuerdo esta anécdota: durante la guerra, Evelyn se reunió con su familia después de unos días entretenido en otras obligaciones, y llegó al jardín blandiendo un plátano, que en aquella época de escasez era un tesoro, como ofreciéndoselo a su hijo. El pequeño Oberon llegó corriendo y salivando ansioso hacia él, sólo para ver cómo Evelyn pelaba el plátano, y en vez de dárselo se lo comía con lentitud y satisfacción, para a renglón seguido darle la siguiente lección: “Para que te enteres de que el mundo está lleno de cabrones”. O algo así.

Las cosas del lenguaje

Quizá le agriaba el carácter un exceso de ginebra, que le era querenciosa. Waugh tenía pocos respetos humanos, se ponía el mundo por montera. Como quería documentarse para la novela que tenía entre manos, que sería Noticia bomba, una sátira sobre el periodismo sensacionalista y los corresponsales en el extranjero, ambientada en un conflicto en el África del Norte, consiguió que The Times (¿o el Daily Mail?) lo enviase como corresponsal para cubrir la anunciada invasión de Etiopía por la Italia de Mussolini. Allá que se fue, hacia Addis Abeba. Pasaban los días y las semanas, se sucedían las batallas y las matanzas, y el maldito gandul de Waugh no enviaba ni una crónica al Daily Mail, mientras los demás enviados especiales telegrafiaban diariamente artículos extensos y detallados sobre atrocidades y matanzas con los que sus respectivos periódicos llenaban sus primeras planas.  Por fin su director, Smith, le envió a Waugh el siguiente telegrama (lacónico, porque se pagaban por palabras):

--WHY NOT NEWS SMITH – (¿Por qué no noticias?)

Waugh increíblemente respondió:

--NO NEWS, GOOD NEWS WAUGH. –(Si no hay noticias, son buenas noticias).

¡No hay manera más clara de decir que el trabajo te importa un pimiento! El director, que tampoco carecía de humor británico, replicó:

--NO NEWS, NO JOB SMITH. –(No noticias, no empleo).  

A Waugh no se le podía ir con amenazas y cerró la discusión con un último, económico telegrama:

--JOB STICKUP ARSEWISE WAUGH. --(Métase el empleo por el culo).

Lo más admirable de este mítico (quizá legendario) intercambio es la tremenda concisión de los mensajes sin que por el hecho de ser tan breves dejasen lugar a confusión (aunque creo que stick-up puede ser entendido también como “atraco a mano armada”, aquí esta lectura no es oportuna). El mensaje de dimisión Stickup job arsewise sintetiza en tres palabras un mensaje que en realidad tiene cinco: stick (“meter” o “palo”), up (“arriba”), job (“trabajo”, “empleo”), arse (“culo”) wise (“dirección”). ¿quién podría discutir que Evelyn Waugh era, si bien un periodista perezoso, un maestro del lenguaje? Está claro que los hinchas del Celtic no conocen a sus clásicos, ya que cantaban “You can shove your coronation up your arse”, en vez de aprovechar la ingeniosa innovación de Waugh y recurrir a “arsewise.