El ensayista Enrique Lynch

El ensayista Enrique Lynch

Filosofía

Enrique Lynch, escuela de lectura

El ensayista afincado en Barcelona nos deja una obra fecunda donde se rinde culto a las ideas, se estudia la argumentación y se desenmascara a los impostores del pensamiento

17 noviembre, 2020 00:00

El pasado 10 de noviembre de 2020 moría a los setenta y dos años, después de una larga enfermedad, Enrique Lynch. Intelectual poliédrico, hizo contribuciones importantes como editor, ensayista, profesor y crítico... y una mucho menos importante para decisiva mí: fue mi maestro. Pero para contar una relación de esta clase necesitaría muchas páginas, que desbordarían el alcance (y la utilidad, y probablemente el interés) de un artículo informativo, de despedida. Y también es probable que algunas deudas sean demasiado grandes para devolverlas. Ya se verá. 

Pero creo que muchos de sus alumnos se verán reflejados si digo que Enrique Lynch propuso una escuela de lectura exigentísima, basada en el abordaje de fuentes directas, refractario a los lugares comunes y a la jerga fosilizada; apelando por una prosa clara (por compleja que sea) y estimulando el riesgo de desarrollar ideas propias. A Lynch le interesaba el pensamiento sobre los problemas de la filosofía, desprendido de atajos y tramoyas académicas, de conversaciones entre eruditos, abierto a la lectura pública, entre los happy few interesados en la filosofía, pero no solo entre especialistas. Un pensador (con frecuencia se le califica de filósofo, pero él consideraba esta tradición, la de la búsqueda de una verdad estable, como algo clausurado) tiene la obligación de haber estudiado todo lo importante para atreverse a escribir lo que solo puede decir él. 

Este exigente juego de criterios le convirtieron en un feroz (no por los modales, sino por su infalibilidad) detector de cantamañanas y fingidores, de farsantes y cotorras. Al grito de “esto es sanata” iban cayendo de las posiciones de respeto donde trataban de encaramarse esa espuma de pensadores insolventes que cada generación lanza sobre las costas de las librerías. Unos criterios de exigencia (por momentos paralizantes) que guiaron su propia escritura, resuelta en media docena de títulos de los que el lector actual (y futuro) seguro que seguirá sacando provecho. En cualquier caso, creo que puede resultar de utilidad ofrecer una presentación razonada. Espero que les sirva. 

La lección de Sheherezade, Enrique LynchLa lección de Sherezade: El primero de los libros publicados por Lynch, finalista del Premio Anagrama de Ensayo, reanima la vieja querella entre la filosofía y la literatura por el control del sentido, por una vía que hubiese sorprendido a Platón: averiguar que hay de relato en los sistemas y argumentos filósofos. No se trata tanto de evaluar la cantidad de imaginación o de ficción que contiene el discurso filosófico, como de evaluar los resortes estructurales y retóricos que permiten a una argumentación (cualquier forma de argumentación) ofrecer una apariencia de verdad. El prólogo del libro ofrece una imagen bellísima, inolvidable, del ensayista como alguien que circula en peligro entre dos ciudades (el punto de partida y el punto de llegada de su argumentación), lejos de las leyes de la costumbre que podrían protegerle.

El merodeador, Enriqye LynchEl merodeador: Tres años después Lynch vuelve a estudiar el cruce entre narrativa y literatura: dé que manera la metáfora configura la verdad o por lo menos el sentido del discurso. La argumentación va esta vez de la mano de grandes figuras: Canetti, Ortega y Gasset, Descartes, Freud... Conviene leer con atención el ensayo sobre Derrida, una guía para salir de su laberinto, y para perder el miedo a entrar. El último de los textos, sobre el error en Shakespeare, no desmerecería en una antología de los mejores ensayos publicados en España. 

Dioniso dormido sobre un trigre, Enriqe Lynch

Dioniso dormido sobre un tigre: Las preocupaciones por la forma retórica de la argumentación y la fuerza persuasiva de la metáfora tenían que acercar tarde o temprano a Lynch a los dominios de Nietzsche. Puesta en limpio de su tesis, Lynch atraviesa la obra entera de Nietzsche (de la intempestividad a la locura) siguiendo el hilo de una teoría del signo capaz de fundir el idioma con la verdad. O dicho de otro modo: de limitarla a lo que el idioma es capaz de decir.

Prosa y circunstancia, Enrique LynchProsa y circunstancia: Después del gran esfuerzo, la liberación. Una serie de ensayos de tema libre, reflexiones pegadas a episodios fugaces de vida profesional, académica o íntima, imprevisibles y certeros. Un libro que llevo casi veinte años leyendo sin cansarme. Un modelo de prosa. Una obra maestra

Sobre la belleza, Enrique LynchSobre la belleza: Como su nombre anticipa se trata de un monográfico sobre el tema más presente (y probablemente más esquivo) en la vida de todos los humanos dotados de sentidos: la presencia entre mágica y cotidiana de lo bello. Leer este libro probablemente sea lo más cercano a asistir a una de sus célebres clases. Aunque el respeto al tema (y al formato libresco) limen un poco el humor y la provocación.

In-moral: historia, identidad, literatura: Lynch regresa en este ensayo a su tema central, la relaciones entre filosofía y literatura. La novedad ahora es que amplia el campo hasta abordar las narrativas de la historia (los grandes relatos de la filosofía que trataban de comprenderlo todo) y de la identidad (con las que fue crítico, con un aplomo basado en estas reflexiones de fondo), adelantándose unos años a cuestiones que están ahora mismo en plena discusión.

In Moral, Enriqye Lynch

Tras unos años sin publicar, Lynch reunió algunos textos breves para formar un libro voluminoso Nubarrones: breviario intermitente. Se trata de una selección de textos extraídos de Las Nubes, la revista digital que estuvo más de quince años dirigiendo y de la que tuve la suerte de formar parte. Concretamente de Nubarrones, una sección que empezó como una broma y terminó como una ocupación vital. 

Nubarrones, Enrique LynchSe trata de piezas cortas, intempestivas, libres de forma, donde Lynch encontró su vehiculo de expresión ideal. El libro recoge una parte sustantiva del ingente material que Lynch publicó hasta 2014 (siguió escribiendo con regularidad hasta 2018), y cuya totalidad (intimidante y fascinante a partes iguales) todavía se puede leer en la red. Probablemente se trate de una de las empresas contemporáneas más generosas y constantes por mantener un pensamiento exigente y vivo. Un tributo al pensamiento, a la inteligencia y a la curiosidad. Les animo a no perdérselo. 

Se trata de

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