Filosofía

Tus creencias no son tan tuyas como crees

20 junio, 2018 00:00

Una característica común de las personas (los psicólogos coinciden) es que se confunde la creencia con la querencia. Creer con lo que quieres que pase. La vida es una simple percepción de la realidad, que no tiene que ver con la política. Funciona con la fe, la política y el fútbol, que son tres pasiones a flor de piel.

En política los que votan PSOE están encantados con que exhumen los restos de Franco del Valle de los Caídos. Dicen que es cerrar viejas heridas. A los votantes del PP les sabe mal, pero callan porque no quieren que les tachen de franquistas (la realidad es que la sociología del franquismo, esencia de la nostalgia, ha pasado a mejor vida), porque dicen lo contrario que los socialistas: que es abrir viejas heridas.

Quienes las tengan abiertas después de ochenta años (tres generaciones), no necesitan una Ley de Memoria Histórica sino un psiquiatra porque es la guerra de los bisabuelos de Sánchez e Iglesias. En España no es franquista ni el coronel de la Legión del Gran Capitán.

La misma percepción de la realidad la tienen los fieles de todas las religiones: católicos, luteranos, ortodoxos, anglicanos, islamistas, budistas, hindúes, animalistas... y de todas las religiones que han existido y vendrán. Es una realidad verdadera, pero diferente.

Lo mismo sucede cuando uno lee el mismo Barça-Madrid según lo cuente el Sport o El Mundo Deportivo, o el As o el Marca. El periodista más ecuánime es la prensa extranjera, siempre que el redactor sea imparcial.

A todo hombre y mujer le encanta la belleza pero no el mismo canon.

A las mujeres, normalmente más inteligentes, frente a la belleza prefieren la cultura, la inteligencia, el sentido del humor o el interés, de todo hay en la viña del señor.

Hay hombres a los que les gustan los hombres, y lesbianas. Lo importante en esa vida no se elige, como tampoco la salud. Todo es relativo.

Tú eres menos libre de lo que supones: la mala leche que tienes es una percepción mamada por la herencia familiar; un maestro en la edad más tierna es un alfarero de la mente; el humus ambiental que has vivido; lo que has visto o los amigos... Tus creencias no son tan tuyas como crees.

Haríamos bien, es lo saludable, tenerlo en cuenta porque lo único que verdaderamente nos diferencia son dos tipos de personas (nada que ver con la fe, la política o el fútbol): ser buena gente o gente egoísta.

PD: Hoy tenía escrito en la cabeza un artículo político pero cuando tecleo mi mente va por libre.