Miénteme, miénteme
Argumentos de libros de no ficción más vendidos en una semana cualquiera de junio: cómo perder sesenta kilos en un año y ganar salud, cómo poner orden y racionalizar tu casa, cómo seguir una dieta saludable y mediterránea para perder peso, y un manual para personas "ultrasensibles" que quieran vivir sin bloqueos. Completan la lista un libro de cocina, dos sobre el conflicto de Siria y uno sobre las revoluciones del mundo desde 1914.
La señora X ha leído unos cuantos de esos libros que explican lo que hay que hacer para conseguir el peso ideal. Quiere perder veinte kilos. Además acude todas las semanas a un herbolario en el que una dietista pasa consulta. Tras los preceptivos análisis, la profesional ha elaborado una dieta personalizada y, en cada visita, le mide la tensión y le controla el peso. El peso. Tras varias semanas, no baja ni un gramo, al contrario, oscila a la alza. La dietista no se lo explica. La señora X está indignada, habla con las dependientas del establecimiento y se queja: "Esta señora no me lleva bien, yo hago todo lo que me dice, además de lo que pone en los libros que tengo en casa y ya me ves...". Y así una semana tras otra. A pocos metros de la herboristería hay una cafetería. Una de las dependientas, acaba su jornada y pasa por delante. Dentro ve a la señora X tomándose dos donuts y un chocolate. El día de la visita, la dietista y las dependientas están esperándola, un poquito tensas, con una expresión peculiar en sus rostros. La señora acude quejándose de nuevo, "me noto hinchada" y la dependienta no puede más. Lo suelta. La otra lo niega, se ofende y dice que está confundida, que nadie la trata de mentirosa. Se va para no volver más.
Muchos de los que han comprado algunos de los libros de la lista de los más vendidos, ni siquiera los leerán
Esta anécdota es real y me atrevería a decir que se repite a diario. Es el mismo caso de la persona que quiere preparar unas oposiciones y piensa que con acudir a la academia, pagar la cuota mensual y hacer los test, es suficiente. Cuando suspende se justifica diciendo ante sus amistades: "Es que el profesor lo hacía fatal y la academia ni te cuento, unos estafadores". Lo mismo para el que quiere aprender idiomas leyendo un manual y repitiendo frases hechas en voz alta o tonificar su cuerpo comprándose un libro sobre el tema y un banco de abdominales que guarda bajo la cama cogiendo polvo.
Muchos de los que han comprado algunos de los libros de la lista de los más vendidos, ni siquiera los leerán. Otros, cuando tras muchas páginas comprueben que todo sigue igual en su vida, que el cambio mágico que esperaban no se produce por el simple hecho de haber leído hasta el final, dicen a quien quiera escuchar que este tipo de obras son un fraude. No ha entendido que el autor siempre advierte de que el cambio es posible pero hay que trabajarlo y es un esfuerzo considerable. Esa parte del libro se la pasó de puntillas.
Para muchos, la palabra "esfuerzo" suena a "imposible". Todo antes que reconocer nuestros errores, nuestras debilidades. Mejor decir que nos están mintiendo o engañando, eso consuela mucho. El mentiroso se acaba creyendo la mentira, gran verdad.