Caterina Biscari, directora del Sincrotrón Alba / CEDIDA

Caterina Biscari, directora del Sincrotrón Alba / CEDIDA

Ciencia

Caterina Biscari: "En el Sincrotrón Alba no buscamos solo a un Einstein o una Marie Curie"

La directora del acelerador de partículas subraya la utilidad práctica de las investigaciones de la mayor infraestructura científica de Cataluña

21 marzo, 2021 00:00

Caterina Biscari (Sicilia, 1957) no puede disimular su acento italiano durante la entrevista. Pero la directora del Sincrotrón Alba, la mayor infraestructura científica de Cataluña, explica en un español diáfano los entresijos del acelerador de partículas de Cerdanyola del Vallès (Barcelona). Y, además, despeja dudas: ni se trata de una catedral para genios solitarios, ni sus desarrollos no tienen aplicaciones prácticas. La ciencia del sincrotrón es una ciencia para la sociedad y al servicio de la sociedad. Aún más después de un año marcado por la peor pandemia global desde la gripe española.

--Pregunta: Sincrotrón. La palabra suena un poco misteriosa. ¿Qué es lo que hacéis en Alba?

--Respuesta: El sincrotrón es un tipo de acelerador de partículas, concretamente de electrones, que se aceleran prácticamente a la velocidad de la luz. Estos electrones producen la luz que sirve para el estudio de la materia de muchas formas diferentes y con infinidad de aplicaciones en la biología, la medicina o el desarrollo de nuevos materiales.

--Por tanto, la investigación no se queda en la física teórica, sino que tiene aplicaciones mundanas.

--Naturalmente, la física teórica sirve para cualquier desarrollo de infraestructura científica. Pero lo que se hace en Alba es totalmente al servicio de la sociedad. En la ciencia hay dos grandes campos. Por un lado, la ciencia llamada en inglés como curiosity-driven, que desarrolla instrumentos y avanza en el mundo del conocimiento para entender mejor la materia, como la que se hace en el CERN. Por otro, la que busca aplicaciones. En Alba desarrollamos soluciones a los retos que tiene la sociedad. El más evidente, en estos momentos, es la pandemia del Covid.

--¿Cómo lográis usar la luz emitida por los electrones?

--Los electrones emiten la luz cuando circulan por el sincrotrón en trayectoria circular gracias a unos campos magnéticos. Lo que se hace es poner una guía por la que sale esta luz y se lleva hasta el punto del experimento. La luz no se extrae, los electrones emiten la luz, al igual que cuando enciendes una bombilla sale luz. Naturalmente, esta luz tiene muchas frecuencias. Cuando enciendes una lámpara, su luz blanca tiene muchos colores. Si esta misma luz ilumina un elemento rojo, resulta absorbida totalmente excepto en el color rojo. Si llega a un espejo, se refleja. Si llega a un cristal, lo atraviesa. Lo mismo hace la luz del sincrotrón: cuando llega a la materia, dependiendo de la muestra y de la energía puede ser absorbida, transmitida, hacer la difracción... Lo que se hace es poner alrededor del punto distintos detectores...

--Y a continuación estudiáis el espectro.

--Alba funciona como el ojo. La interacción entre la luz y cada uno de los objetos la ven en nuestros ojos. Y nuestro cerebro lo traduce. En Alba, cada línea [en este momento hay ocho líneas en operación, otras dos entrarán en vigor este año y otras tres están en construcción] está especializada en un tipo de interacción. Conseguimos ver detalles que los ojos no ven, pero no logramos ver la interpretación total que hacen los ojos.

--¿Tiene la impresión de que se conoce más el colisionador de hadrones suizo que las instalaciones de Cerdanyola?

--Seguramente no somos lo suficientemente conocidos, visto que somos una gran infraestructura científica en Barcelona, Cataluña y España y un orgullo de la sociedad. No es tanto que no lo hayamos sabido explicar, sino que nuestra prioridad es ir adelante con las investigaciones. El mundo científico nos conoce y tenemos a miles de investigadores que vienen aquí, tanto españoles como extranjeros. Pero es verdad que en el imaginario de la sociedad no se nos conoce bastante.

Interior del Sincrotrón Alba / CEDIDA

Interior del Sincrotrón Alba / CEDIDA

--¿Cómo habéis colaborado en la lucha contra el Covid-19?

--Justo la semana pasada [mediados de marzo], en una de nuestras líneas un grupo de científicos de Alba, en colaboración con otro grupo de científicos de un centro de Madrid, estaban estudiando la visión del virus dentro de las células de pulmones. El año pasado, tuvimos también hacia finales de marzo a una farmacéutica americana que utilizó nuestras líneas para desarrollar un fármaco para el Covid. De hecho, Alba es un nodo importante de la cadena de desarrollo de fármacos, no solo para el área de investigación española, sino también internacional.

--De hecho el acelerador puede usarse en muchos campos: biología, salud, física de materiales...

--Somos un instrumento para entender la interacción de la luz con diferentes materiales. En biología lo usamos para entender cómo evolucionan las células o las proteínas según el ambiente. Pero, en la ciencia de materiales, se usa para entender la estructura electromagnética con fines al desarrollo de baterías y el almacenamiento de datos.

--Tengo entendido incluso que habéis llegado a proyectar luz contra jamón y chocolate. ¿Qué tenéis contra el jamón?

--[Risas] No tenemos nada contra el jamón y el chocolate, ¡todo a favor! Con nuestros instrumentos tenemos capacidad para conocer la composición de un material. Para el jamón en particular, esto sirve para ver las diferencias entre el jamón ibérico y el que no lo es. Según la composición del jamón, se puede saber cuál ha sido la alimentación del cerdo. En el caso del chocolate, se usó para entender cómo cambia la cristalización de las moléculas en función del tratamiento térmico que se transforman en mayor suavidad, facilidad de deshacerse en la boca... Otra parte muy importante, sin salir de este campo, es el desarrollo de plantas más resistentes en países con problemas de alimentación. Por ejemplo, enriqueciendo con selenio el grano, según un estudio que se ha hecho en Alba. Hay muchos temas interesantes, también sobre patrimonio cultural. Hicimos un estudio interesante sobre las vidrieras del modernismo catalán para su conservación. Tenemos esta parte y luego otra, más esencial, sobre el desarrollo de fármacos, el estudio de enfermedades y el desarrollo de materiales menos contaminantes.

--Los electrones del sincrotrón viajan a la velocidad de la luz. ¿A qué velocidad viaja la inversión en ciencia en España?

--Seguramente no viaja a la velocidad de la luz y le queda mucho camino por recorrer. En nuestro campo, estamos a unos niveles muy buenos respecto al resto del mundo. Considerando sobre todo la financiación, que no se parece a la que hay en otros países. El coste/beneficio de Alba se encuentra entre los mejores del mundo. Además, la financiación de este proyecto, aprobado en 2003 entre ambas Administraciones, ha sido siempre puntual y suficiente para crear una estructura muy sólida. Podríamos haber crecido más si hubiera habido más financiación. Pero las cosas están cambiando y habrá posibilidad de crecer. En la ciencia se necesita más financiación y un mayor desarrollo industrial.

--En la práctica científica parece no haber fronteras. De hecho, cerca de un 30% de los investigadores de Alba son extranjeros. ¿Qué crees que aporta esta realidad a un mundo con conflictos latentes como la inmigración o los refugiados?

--La prioridad en la ciencia es ir adelante en el conocimiento. El hecho de la procedencia de las personas es secundario, no se le da importancia. En general, no hay fronteras entre los científicos y se ve trabajar juntas a personas que vienen de todos los ángulos del mundo. Esto es enriquecedor y crea un ambiente fantástico. Y también querría decir que para trabajar en esta infraestructura no buscamos a un Einstein o una Marie Curie. ¿Que viene una Marie Curie? ¡Alfombra roja! Pero necesitamos todo tipo de perfiles: ingenieros, informáticos, administrador, recursos humanos, técnicos, secretarios... Es el trabajo de equipo lo que cuenta. No basta tener al gran científico con una gran idea. Necesitas a un técnico con manos de oro para ponerla en función.